Notitia Criminis •  12/06/2011

José Bono brama ante el desmantelamiento de su tinglado manchego

A la misma hora en que José Manuel Tofiñó era desalojado de la alcaldía de Illescas, Bono, viendo impotente el colapso de su régimen en Castilla la Mancha, no ha podido contener al jesuita iracundo que lleva en si.

Refiriéndose a los acontecimientos de Illescas ha declarado a la prensa “que Izquierda Unida va a quedar reducida ‘a lo más sectario del Partido Comunista’ y, además, sin disciplina porque ‘el caso que le hacen a Cayo Lara -ha añadido- es el mismo que hacen en mi pueblo a la Cipriana en los títeres’.

Esto lo dice el individuo de la Hípica Almenara; el de la floreciente red de empresas familiares; el de las obras hechas por El Pocero y pagadas aún no sabe nadie por quién; el del caso Seseña; el de la permuta de los apartamentos de lujo en Estepona; el del fabuloso patrimonio inmobiliario; el que alegremente recibe regalos de su amigo el constructor Rafael Santamaría; el amigo íntimo del detenido en la operación Astapa Antonio Barrientos; el que puso al frente de CCM a Hernández Moltó; el que no ha evitado y quizás haya instigado, el préstamo de más de 200 millones de € a los “malayos” Roca, Pedro Román y Enrique Ventero; el del aeropuerto de Ciudad Real; el del Reino de Don Quijote; el postulante a ingresar en la “Guardia de Franco”; el que besuquea manos de cardenales y obispos cuando le conviene; el…

¿Le duele a Bono la “pinza”? Pues suponiendo que haya “pinza”, que no la hay, deberá saber este Lerroux moderno que puesto que la corrupción es, además de repugnante, una intolerable sobreexplotación del pueblo del que él se alimenta, si fuera necesario, contra ésta, contra la corrupción, no pinzas, sino tenazas se habrán de utilizar.

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