dolmendedombate.com •  Opinión •  10/08/2016

La sala de fiestas del Dolmen de Dombate

Urge una gestión profesional muy alejada de la actual feria en la que algunos pretenden convertir el monumento de referencia del megalitismo gallego. En esta ocasión y durante el fin de semana fue un concierto de folk en su entorno.

¿Era el lugar apropiado? Pues desde luego que no, sobre todo teniendo en cuenta que Cabana de Bergantiños cuenta con un magnífico auditorio municipal para este tipo de lides. Es el Ayuntamiento, que utilizando el símil, vuelve a dar la nota.

Hay que reconocer que tampoco ayuda el convenio de colaboración que este año ha renovado la Diputación Provincial de A Coruña, que en una infame cláusula, la 2.3.4, afirma que hay que aprovechar «la acústica del centro arqueológico» y también «su protección contra las inclemencias del tiempo», lo que abre las puertas a cualquier tipo de actividad imaginable.

Los diputados provinciales del BNG Xesús Soto (Patrimonio) y Xosé Regueira (Cultura), quedarán retratados para la posteridad no sólo por ser los que junto con Manuel Muiño (alcalde de Zas y primo hermano del ínclito regidor de Cabana) permitieron que la catedral gallega del megalitismo pasase a manos llenas al Partido Popular, sino por el recuerdo de su actuación política.

Como ya se ha escrito, con razón reconocía Anxo Quintana -exvicepresidente de la Xunta en la etapa del Bipartito- tras abandonar el partido después de cuatro décadas de militancia, no compartir «ni en la forma, ni en el fondo, ni en la táctica, ni en los objetivos» el proyecto político actual del BNG porque «cuando la visión crítica de la organización, en vez de excepción, se convierte en norma, es síntoma de que estás en el sitio equivocado». Por eso, y por este tipo de escarceos con el Partido Popular al que históricamente tanto ha criticado, el actual BNG va camino de convertirse en una fuerza residual más allá de sus feudos municipales.

Mientras tanto, el patrimonio sufre y su prestigio se debilita, por eso es necesario que en este momento la Xunta haga valer la responsabilidad que le otorga la actual legislación sobre patrimonio arqueológico e imponga su criterio como autoridad de referencia en cuanto a los bienes de interés cultural en territorio gallego. Algo que supone pedir casi un milagro cuando por ejemplo en Triacastela, los adláteres de la Consellería de Cultura están permitiendo sin rubor las detonaciones mineras de Cementos Cosmos justo encima de Cova Eirós, mayor santuario paleolítico del noroeste peninsular.


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