Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  06/01/2017

¿’Andalucismo’ federalista vs Podemos?

«El fascismo es deseo de muerte, triunfo de Thánatos, aniquilación de la fuerza de amar».  Víctor Atobas
 
Todos los incautos o demagogos que creen descubrir la pólvora con el cuento del ‘federalismo’, incluso invocando los tiempos anacrónicos y fuera de contexto de la decimonónica Rebelión Cantonalista, no propugnan ningún cambio. Representan la fosilización del centralismo en traje de camuflaje. El propio ‘Estado de las autonomías’ del tan corrupto como arrogante nacionalismo español, en realidad es un tipo de federalismo asimétrico norte-‘sur’. Por ello le entusiasma a Urkullu y su tropa de estómagos agradecidos a Madrid. Y mientras no cese de acentuarse la discriminación a los masocones tragasapos meridionales de la Península Ibérica, mayor número de palmeros encontraréis en Euskadi, Navarra y otros lugares al norte del Estado.
 
Ese hediondo federalismo jacobino siempre ha anhelado sojuzgar con la máxima intensidad a las colonias. En especial a la subordinada y despreciada Andalucía (junto con los Países históricos anejos de Extremadura, Murcia y sur de La Mancha). Por eso el presidente de la I República Pi i Margall y el jefe del Movimiento Adolfo Suárez compartían idéntico anhelo: dividir el solar andaluz actual con una barbarie superior a la de Javier de Burgos en el XIX. Dos ‘territorios’ artificiales segregados, al este y al oeste, por aquello del ‘divide et impera’.
 
No por casualidad el sistema provincial presente, plagiado del departamental francés, no busca vertebración popular o histórica alguna, sino convertirnos en taifas extrañas las unas a las otras. Preguntad a un almeriense por hechos acaecidos en Córdoba, a un granadino por los problemas de los sevillanos, a un jiennense por cuestiones que preocupan a los gaditanos, a un malagueño por lo que acontece en Huelva… si en vez de ser provincias de la misma Nación fuesen perdidas islas en el vasto océano no encontraríais mayor falta de empatía inducida, ignorancia autosatisfecha y desaprensión miserable. No debe sorprendernos, la antigua prensa local del Movimiento, adquirida por la alta burguesía vasca y su BBVA ha hecho suyo el ideal falangista de que sin dudarlo desde Miranda del Ebro hasta Tarifa todo es Castilla, y el imperio rojigualdo constituye nuestro único destino posible: qué se note la diferencia ‘racial’ entre la txapela y la bata de cola.
 
No sólo en Euskal Herria, el jesuitismo maestro de otras sectas vaticanas no menos depredadoras, pretende fabricar el espíritu de los Pueblos colonizados como los nazis inventaban esencias a lo ‘deus ex machina’ desde tiempos de los godos (por cierto, bárbaros originarios del norte del Mar Negro, más al oriente que la Península Arábiga). Por eso el geriátrico clerical-fascista -mal instruido a golpe de Enciclopedia Álvarez y padre Ripalda- comete pifias que provocan el hazmerreír del mundo entero. Así efemérides genocidas como la invasión castellano-papista del 2 de enero en el Reino de Granada, o ahora con el 525 aniversario del exterminio y expolio de los Pueblos de Abia Yala (la mal llamada ‘américa’), tratan infatuados de reivindicarlas con la patraña de la ‘evangelización’. Sin embargo no cuela la engañifa. Hace quinientos años, en 1512, también aniquilaron la monarquía cristiana más antigua de Europa, el Reino de Navarra, sin dejar piedra sobre piedra, y sin necesidad de invocar mendaces excusas de santo oficio pesebrero contra la herejía.
 
No nos confundamos con interesadas falacias. A nadie se le puede ocultar ya que el nacional-catolicismo carece de ‘ideología’… excepto para encubrir la de la doble pe: el Poder y la Plata a cualquier precio. ¿Cómo puede  ser que sedicentes ‘patriotas’ andaluces o españoles -a ‘izquierda’, derecha o centro- no se vean reconocidos en su traidora complicidad, consciente o tácita, con el Estado vaticano en una esperpéntica cesión de soberanía, siendo los triperos seglares mercenarios de la clericalla, la infecta garduña farisea, enemigos todos a muerte de la libertad y de toda condición humana? No ya ciudades leonesas o castellanas, convertidas por la real jeta en verdaderos mayorazgos eclesiásticos, usurpando la mayoría de inmuebles urbanos para su buchaca extranjera romana; incluso cierto autodenominado ‘andalucismo’ oblado trata de fagocitar cualquier milenarismo identitario autóctono en la Nación del Guadaquivir, presentándose de radicales nacionalistas de opereta, siguiendo la estrategia del finiquitado rojasmarquismo -en clave de garrula farsa- para la demolición de un soberanismo andalusí desclericalizado (ved los artículos ‘Rojasmarquismo, semblanza aproximativa’ y ‘Clerical-andalucismo: misión cumplida’). Y la prueba del algodón: al desenmascarar sus patrañas, en los organitos de opinión para su senil parroquia ‘andalucista’, a los andalusíes nos vienen últimamente censurando. Sin imaginar siquiera hasta que punto de corazón se lo agradecemos. De modo implícito así atestiguan lo certero de nuestro juicio sobre ellos.
 
Ni pueden ocultar los pseudoandalucistas de sainete su islamofobia ni su racismo; pero sobre todo su hediondo clerical-fascismo. ¿Les habéis visto alguna vez posicionarse frente a la rapiña papista en una Andalucía donde se pasa hambre? ¿Escuchasteis alguna vez la menor queja contra los intentos de desculturizar e indoctrinar a las masas empezando desde la educación infantil? ¿Tal vez os sorprendieron al arremeter con denuedo sobre siglos de oscurantismo inquisitorial hasta el franquismo? No, en absoluto. Su especialidad reside en  demonizar a Podemos (¿!). No decimos que no puedan ni deban ser criticados éstos numerosas veces más que merecidamente; no obstante ¿con exclusividad mientras ni con la boquita pequeña se les oye rechistarles a los del PP y a los de su marca blanca Ciudadanos,  formando éste gobierno en la Junta? ¿Acaso han demostrado ser peores los primeros que estos últimos? Nada de nada, embaucadores. Los ‘andalucistas’ de faralaes y exhibicionismo fraudulento sólo hacen el papel de cipayos, capataces coloniales del señorito purpurado-rojigualdo. De ahí su cinismo proverbial de fantoches federalistas paraespañolazos.
 
Fijaos para terminar que el Confederalismo no les hace salivar lo más mínimo, porque al contrario que su vacuo federalismo de cartón piedra el otro aglutina fuerzas en verdad soberanistas y democráticas, como vemos con Colau y Domènech en Catalunya, con posibilidad de decisión organizativa propia, sin estar supeditados a criterios foráneos. ¿Qué harán entonces si la formación de Teresa Rodríguez decide parecerse por escrito y orgánicamente a sus homólogos de En Comú en Andalucía, asumiendo nuestra historia específica, en vez de equipararse a los impresentables regionalistas tipo Lambán en Aragón o el asturiano Javier Fernández? No habrá entonces potencia capaz de contener la convergencia de todo el andalucismo -salvo los patéticos fantasmas de sacristía disfrazados de siempre-, dándole a Pablo Iglesias en las próximas Generales un respaldo sin precedentes. Los reaccionarios curitas que aleccionan con discreción entre ágapes y vinazos a los ‘andalucistas’ en la Colonia-‘sur’, ¿no les tienen advertido a sus sicarios envueltos con disimulo en la blanquiverde que por ese camino sí que ‘los referéndums los carga el diablo’…?
 
La mantis religiosa se camufla en el entorno natural para pillar desprevenidas a sus presas, pero ¡quién sabe!, ¿y si en vez del incauto machito de su especie, al que devorará tras el polvo, le espera el alcaudón que dará buena cuenta de ella empalándola? Mórbidos hipócritas traidores travestidos con la Arbonaida, caducados carcamales mezquinos, temed a quienes con nitidez os ven en las sombras, y reafirman sobre la Madre Tierra la potestad invicta de Eros: la incontenible fuerza de amar.
 
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza: @lascultura

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