Nicolás Ramón Contreras Hernández •  Opinión •  21/01/2017

Trump: otro emperador en un orden global de embusterías

Cuando escuché el discurso de Donald Trump, no pude evitar recordar el del expresidente Uribe en Colombia al asumir su primer mandato en el año 2002, cuando echando mano de la histriónica veintejuliero por excelencia, dijo hablar desde las colinas de la historia y en un aparte de su carreta dijo que en su gobierno daría seguridad democrática a todos, para evitar que los líderes de izquierda fueran asesinados por pensar distinto. En esta ocasión, Trump comenzó su exordio echándole vainas a los expresidentes invitados: Bush, Carter, Obama el saliente, Bil Clinton el carnicero de Yugoslavia y su no menos genocida esposa, Hilaria de Clinton.

     Dijo que había que quitar el poder a una minoría de Washington que se había enriquecido mientras en USA desaparecían las fábricas, la seguridad y la prosperidad, todo lo cual el regresaría de nuevo, como en el mundo ideal entre los años 50 y 60 cuando USA era el país del mundo libre gracias a Hollywood y a sus satélites mediáticos, que habían logrado imponer con éxito esta tesis, proyectada en la serie Leave it to Beaver, famoso seriado programado en horario estelar entre los años 50  y 60, una de las que mejor publicitó el famoso sueño americano…

      Pero este sueño era un derecho casi exclusivo de blancos anglosajones y protestantes, porque los afroamericanos eran cazados y exterminados por el Kukux Klan, reprimidos en manifestaciones donde la policía despachaba para el otro mundo hasta 115 niggers de una sola tacada, cifras de una pesadilla maquillada con Obama, bajo cuyo doble periodo imperial esta llaga cancerosa de la policía matando afrogringos por deporte, no se puede ocultar gracias a la existencia de Telesur, Hispan TV, Sputnik y RT – los dos últimos  canales rusos – acusados por una montonera de canales gringos con más presupuesto y satélites alrededor del mundo, que de hampones profesionales del embuste,  ahora se dan por robados por los dos medios informativos eslavos. 

 

Obama y Trump: dos contrastes mediáticos globales

     Pero Obama y Trump, los dos emperadores protémpores del USA imperio son dos contrastes en la era global de las telecomunicaciones: el primero recibido y celebrado con mucho fervor por un sector del movimiento afroabyayalense colombiano y del resto del patio al sur del Río Bravo, aún estancado en el maniqueísmo garveyista del negro bueno y el blanco malo, con la pantomima cándida de urnas en Puerto Tejada, Palenque de San Basilio entre otros pueblos de Colombia, donde un político mediatizado por la serie El Desafío – Silvio Carrasquilla – llegó al límite del ridículo persiguiendo a Obama para regalarle un burro en la visita imperial de Obama a Cartagena, cuando pasó revista a la colonia que tiene en el gobierno y un sector del pueblo de mi país. 

     A Trump en cambio lo recibe el fenómeno mediatizado del rechazo global casi generalizado – con algunas excepciones como en Filipinas, India, Myanmar o Rusia – por su sinceridad discursiva, direccionada según las fobias que les duelen a las mayorías que sí pueden votar en USA según su sistema de colegio electoral de democracia indirecta, votantes empobrecidos, desempleados y desencantados de Obama y su kombo, quien encontró 44 millones de pobres y dejó 52.  Sin embargo, Trump, al igual que Uribe, Marine Le Pen, Macri, Duterte, Erdogán,  Fujimori y su hija Keiko, expresan esa paradoja de fascistas con más o menos apoyo mediático por no ser hipócritamente correctos, y con mucha capacidad mediática – a favor o en contra – para ganar elecciones.

Hablando de combatir al terrorismo…

     Así como en término de inclusión, educación para todos y justicia social,  a Trump no se le puede creer mucho por la presencia en su gabinete de multimillonarios mezquinos individualistas como Rex Tillerson, Betsy de Vos, Wilbur Ross o el especulador de la banca tahúr de Wall Street Steven Minuchin, quien es el nuevo secretario del tesoro  entre otros señores – respectivamente –  todos podrido en dólares;  cuando el nuevo emperador protémpore habló de que iba a barrer el terrorismo islámico de DAESH de la faz de la tierra, no puede menos que soltar una carcajada que hizo sobresaltar a mis hijas que jugaban distraídamente cerca,  de donde miraba al gran demagogo diciendo como iba a hacer a USA más grande.

     Sí no fuera un embustero profesional, Trump no tendría que ir tan lejos para exterminar a los cerebros del terrorismo que dice exterminará. Por allí cerca se hallaban de invitados tres organizadores de la peste que azota a Siria y a muchos Estados más en el oriente medio y Europa: John Kerry, John MacCain y David Petraeus. Los dos exmilitares de este paquete siniestro, se reunieron en Jordania con el líder de esa agrupación –Abu Baker Al Bagdadí, cuando todavía todo ese saco de alimañas se contaban en el mismo saco del falso Ejército libre Sirio. Petraeus es asesor de Trump para asuntos militares. Tendría Trump que bombardear al Estado sionista Askenazi, y a media OTAN, incluyendo a Merkel y al reino de Dinamarca, que acaba de mandar fuerzas especiales para apoyar a los terroristas que Trump dice que combatirá en llave con Rusia.

El mejor chiste del discurso de Trump…

     Sin duda el chiste más protuberante en el discurso de Trump por el tamaño del embuste dicho, una rara especia discursiva entre preterición, paradoja e hipérbole, fue cuando prometió – casi lo mismo que Obama- que USA durante su ejercicio imperial no se dedicaría a invadir a otros países para imponerle su sistema de gobierno, sino que recuperaría la distribución de la riqueza y la eficiencia productiva del sistema estatal gringo, que los demás países no tendrían más que hacer, si no copiarlo e implementarlo voluntariamente.

     Allí los asesores de Trump – además de Petraeus – dan a entender que la frase hay que entenderla en sentido contrario: John Kelly el rezandero por la invasión a Venezuela y coordinador de la guerra civil contra el presidente Nicolás Maduro desde el año 2013 cuando estaba al frente del Comando Sur; John Mattis el monje guerrero o perro loco, otro pistolero experto en invadir países insumisos como Irak, Siria o Afganistán, figuran en un listado que incluye a Erick Prince el fundador de Black Water – ahora Academy y propiedad de Monsanto – una empresa que entrena y vende mercenarios, esos que luego aparecen como terrorismo islámico, Yijadismo o paramilitarismo: Nicolás Maduro y Evo Morales, deben dejarse de pendejadas con un embustero cargado de armas nucleares y matones.

Otros embusteros en Abyayala…

     Pero si el nuevo emperador gringo nos harta de mentiras, al sur de las fronteras Abyayalenses del imperio gringo, los embusteros campean también armados hasta los dientes, sembrando de campesinos asesinados los conucos y saqueando el erario público. En Colombia, donde Santos y Uribe hacen el papel de enemigos,  está en marcha un nuevo plan pistola como el sufrido por la Unión Patriótica en los años 90 del siglo XX. Con cuatro campesinos asesinados en Montelibano y Puerto Libertador en el departamento de Córdoba, ascienden a 9 las víctimas en 20 días de lo que va de 2017, en cuanto a líderes sociales asesinados vinculados a Marcha Patriótica. El Ministro de defensa de Santos, Luís Carlos Villegas, un histórico en el liderazgo del gremio de la desaparecida industria nacional  – la fantasmal ANDI –  sigue negando la existencia de los paramilitares,  esos fantasmas que surgen de la torre de marfil de embustería sanguinaria de este histórico representante del Estado profundo, esos núcleos empresariales que armaron el paramilitarismo actual.

     Entre tanto el humorista Jimmy Morales, el flamante lacayo de USA con banda presidencial en nombre de Guatemala, el mismo que afirmó combatir con puño de hierro a los corruptos, acaba de mirar para otro lado y calladito trata de pasar de agache la saliva que le cayó en plena cara cuando un hermano y un sobrino fueron cogidos con la mano en la plata del erario público. En Guatemala, como en Méjico, donde está el más arrodillado de los lacayos incondicionales de USA, acaban de matar a dos líderes campesinos. Almagro se mete la lengua en el bolsillo trasero, no dice nada. Como que son los mismos fantasmas de Villeguitas el colombiano que dirige un ministerio de guerra, sin haber prestado el servicio militar.  Y el embuste de cierre: la CIA dice que iba a convencer a su madre putativa histórica Inglaterra, para que las Malvinas les fueran devueltas a la junta militar, que tantos servicios ejemplares imperiales habían hecho al servicio de USA, torturando, asesinado o desapareciendo a izquierdistas en el vecindario

Epílogo en honor al embustero mayor

     En Trump tenemos el más impredecible e impopular de los USA emperadores protémpore. Decir que hará lo que dice o lo que no dice, es pura carreta trasnochada. Por eso,  hoy 21 de enero de 2017 sólo se puede inferir por las imágenes de encapuchados y uniformados como los “estudiantes” o “luchadores por la libertad” que armó Obama contra Venezuela en La Salida de 2014, haciendo lo mismo que en Táchira y Chacao, es decir, actuando como comandos urbanos que rompían vitrinas y quemaban canecos de basura, que a Trump le acaban de hacer una advertencia: en casa también le pueden hacer un impeachment o juicio político, o una revolución de terciopelo, que puede dar lugar a una guerra civil empezando el siglo XXI. Esto sería como dejar al imperio herido de muerte.


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