Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  01/04/2017

Una bandera infamante para Almería

«En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida». Federico García Lorca.

Con desprecio total de nuestra historia milenaria, la Diputación pepera compinchada con la Junta españolista, nos pretenden endosar el pabellón asesino de los extranjeros saqueadores genoveses de la ciudad del rey-poeta Almutasín. El día 31 de marzo han perpetrado esa brutal imposición, sin atender a las muchas consideraciones en contra que han aportado almerienses sensibles y distintos colectivos (ved nuestro artículo ‘¿Banderas de Almería mercenarias extranjeras?’, o las notas de prensa de Nación Andaluza denunciando las maquinaciones del PP con una organización ultra suya clientelar, que se ha posicionado exhibiendo esa ominosa enseña con los neonazis, los últimos 2 de enero del Terror en Granada).

La cruz de sant Jordi tinta en sangre de almerienses presidirá balcones, la lucirán los clerical-franquistas de siempre muy ufanos, porque para ellos el aciago día de la conquista de Almería por corsarios papistas genoveses y catalanes, con la ayuda de castellanos, les complace, les excita. Aquel emporio comercial mediterráneo almeriense a partir de ese saqueo y matanzas, celebrado enarbolando esa bandera del oprobio, quedaría reducido a una pequeña ciudad empobrecida, la cual nunca más recuperaría su esplendor sin igual.
 
Por eso esa mezquina enseña que portaron por vez primera en la ciudad unos expoliadores criminales no puede representarnos. Está maldita y traerá sin duda la calamidad, la desgracia a los que habiten o laboren -junto con sus allegados o cuantos se les asocien- en los edificios donde sea expuesta. El rojo de esa cruz mercenaria y traidora conduce a quien siquiera la mire sin aborrecerla a un destino aterrador. El espíritu de tantos inocentes aniquilados perseguirá a los seguidores de ese símbolo de muerte más allá de la tumba. Trajo el dolor, la miseria a la ciudad de la Alcazaba, antaño radiante emporio comercial del Mediterráneo, donde por vez primera está documentado que se izó la Verde y Blanca, por tanto la bandera más antigua de toda Europa.
 
¿Almería merece tener por estandarte el que tremolan unos ultras mentirosos que odian Andalucía, jugando a ‘cruzados’ de opereta, siguiendo la gastada táctica centralista del ‘divide y vencerás’? ¿De unos babosos imperialistas de pacotilla sin dignidad ni vergüenza, sicarios de Madrid recreándose en su falaz y mercenaria propaganda de chusqueros cipayos?
 
Digamos no a esa bandera con la cruz de sant Jordi impuesta por los clerical-franquistas. Representa la humillación a Almería, Andalucía y toda humana condición. Por tantos niños almerienses que quedaron huérfanos cuando ese pendón apareció para secuestrar, robar y matar. Rechacemos la asistencia a cualquier acto presidido por ese esperpento atroz, que no representa a nadie salvo a los cómplices de la barbarie.
 
¡Por la Tierra Madre almeriense libre, Al-Andalusía soberana, los Pueblos y la Humanidad!
 
Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. 

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