Editorial Contrapunto •  Opinión •  23/05/2017

El Salvador y la naturalización del abuso sexual

Cifras oficiales detallan que cada día más de cinco niñas y adolescentes son víctimas de diferentes agresiones sexuales en el país.

La policía Nacional Civil (PNC) informó que en 2016 se recibieron 3 mil 947 denuncias por diversos delitos sexuales, entre ellos: violaciones, estupro y violación en menor incapaz. El 54.24% de las denuncias fueron recibidas de los departamentos de San Salvador, Santa Ana, La Libertad y Sonsonate.

De acuerdo a datos policiales, las víctimas más vulnerables a este delito son niñas y jóvenes entre 10 y 19 años de edad. Cada día más de cinco niñas y adolescentes son víctimas de diferentes agresiones sexuales.

“Los delitos sexuales generalmente provienen de familiares y personas conocidas de las víctimas. Estos pueden ocurrir en una casa conocida por la víctima, algún predio baldío, cafetales, hospedajes, hoteles, vehículos y otros”, afirmó la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA).

La vocera institucional y encargada de Niñez y Adolescencia del Instituto de Estudios de la Mujer, (CEMUJER), Ima Guirola, sustenta también que las violaciones suelen venir de todos lados, es decir, también son cometidas por personas “comunes y corrientes” y no solo por pandilleros o funcionarios de seguridad.

“Esto significa que la violencia sexual contra las mujeres no tiene clase social; el victimario puede ser igual un obrero, un campesino, una persona analfabeta, alguien de la ciudad, un diputado, un ministro, un periodista, un presidente. No hay límites”, dijo Guirola.

Datos estadísticos del Instituto de Medicina Legal (IML) revelan que de enero a marzo de 2017 se han realizado 1 mil 183 análisis de identificación de semen y sangre humana en caso de violaciones sexuales.

El pasado 8 de marzo, un pandillero fue sorprendido infraganti mientras violaba a una niña de 12 años de edad en el municipio de Ataco, departamento de Ahuachapán. El hecho ocurrió luego de que pandilleros se dieran a la fuga en la referida zona al percatarse de la presencia policial.

El marero que violaba a la niña responde al nombre de Jonatán Romero López, quien al ser capturado dijo que la víctima era su compañera de vida.

Otro de los casos emblemáticos fue la violación sexual que cometieron en 2016 cuatro agentes policiales en perjuicio de mujer mientras se encontraban departiendo en una fiesta navideña, según informó la Policía.

Investigaciones revelaron que los agentes, quienes estaban destacados en la delegación del municipio de Santiago Texacuangos, invitaron a la víctima a una fiesta el 16 de diciembre de 2016 en la delegación de San Marcos. La mujer, luego de consumir bebidas alcohólicas, fue abusada sexualmente.

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/05/22/el-salvador-y-la-naturalizacion-del-abuso-sexual/


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