André Abeledo Fernández •  Opinión •  11/09/2017

Catalunya, ¿imponer la legalidad o la razón?

Las llamadas a «defender la legalidad» en Catalunya contra el «desafío separatista», son algo más que curiosas, rozan un ridículo peligroso, porque mezclan en dosis muy elevadas lo más rancio del nacionalismo español con lo más hipócrita del oportunismo político.

Es como si la “España, una, grande y libre” volviese a los ruedos en blanco y negro en pleno 2017.

Algunos piden sacar a los tanques “pacíficamente” a las calles para evitar un violento referéndum.

Algunas han llegado a hablar de espadas, como en la reconquista o en las Cruzadas, para combatir las pérfidas urnas.

La Guardia Civil vigila peligrosas imprentas donde se podrían imprimir papeletas para votar violentamente. Y cientos de policías se ofrecen voluntarios en todo el Estado español para desactivar peligrosas “urnas ilegales”.

Tertulianos con la vena del cuello hinchada denuncian la ilegal consulta y se quejan de la existencia de los independentistas, los independentistas son ahora auténticos dictadores, que aun siendo según los tertulianos muy poquitos, consiguen engañarnos a todos y gobernar en Catalunya.

Denuncian también el violento proceder de los secesionistas que llegan al punto de hablar catalán para que no se les entienda.

Y cometen impunemente sacrilegios como pitar el himno español en el fútbol, o incluso abuchear a la sacrosanta figura del Rey de España y a la muy democrática institución monárquica, a la familia Real, que no se somete a referéndum ni pamplinas, ni ponen su futuro en manos de la lotería de las urnas, que por eso los ha elegido Dios y Franco para ponerse a la cabeza del Estado.

El «se rompe España» vuelve a ocupar un espacio central en los medios, dejando en segundo plano su otro tema preferido, Venezuela.

Repiten desde el Gobierno de Madrid que actuarán con dureza contra los que intenten romper la legalidad. Pero tranquilos corruptos de España que solo se refieren a Catalunya y a los malísimos independentistas.

Yo sigo pensando que ni el derecho a decidir, ni el derecho a la autodeterminación son un peligro ni un problema, para mí el problema es convertir el Estado en una cárcel de pueblos con el peligro que eso conlleva para la convivencia.

André Abeledo Fernández (Concejal de Esquerda unida de Narón, militante comunista y sindicalista organizado en la CIG).


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