Gonzalo Sánchez •  Opinión •  09/10/2017

El fascismo ha llegado a España: franquistas sin complejos

El fascismo ha llegado a España: franquistas sin complejos

Ya no podemos engañarnos más, el franquismo lleva gobernando España desde 1939, durante la transición pintaron el escudo de la monarquía encima del águila negra pero el procés catalán ha actuado como disolvente y la pintura empieza a caerse. Los hijos de los franquistas que aún dominan los poderes se han olvidado el disfraz de demócratas en casa y han asustado al mundo entero con su represión y su falta de disposición al diálogo.

Ante la amenaza de que los catalanes quieran hablar sobre su futuro mediante las urnas, el fascismo español ha visto una oportunidad para crecer bajo el argumento de “la unidad de España”. Banderas con el águila franquista ondean en no pocos balcones, y si alguien se queja, otro le responderá “yo no soy fascista ni nada de eso pero… ¿dejamos que ganen los independentistas?”

Aceptar un mal de semejante calibre para impedir que un conjunto de ciudadanos se exprese mediante el ejercicio democrático es normalización del fascismo y eso está pasando hoy, ahora. Lo sé porque esa respuesta me la dieron a mi el fin de semana pasado cuando alerté de una bandera franquista ondeando en el edificio de enfrente. Esperaba una condena tajante, y recibí una sonrojante justificación.

Hoy, en el mismo lugar, un polideportivo municipal de la ciudad de Madrid con nombre de general fascista, un hombre se me ha acercado hablando, yo iba escuchando música y no oía lo que decía, así que por educación me quité los cascos.

– ¿Cómo dice? Pregunté yo.

-¡¡QUE ARRIBA ESPAÑA!! Me respondió él con la voz muy alta.

– Ese no es mi rollo. Alcancé a responder.

Me quedé roto. No esperaba que alguien me fuera a saludar al estilo fascista. Pensé que seguían en las sombras, que solo lo dirían si estaban seguros de que quién recibiera el mensaje sería un fascista tan asqueroso como el que lo emitiera. Pero no, a plena luz del día, rodeado de gente, sin saber si yo comulgaba con sus ideas o no, lo dijo, sin complejos, y no pasó nada. La gente bajó la cabeza y siguió a lo suyo, nadie se escandalizó ni comentó nada.

¿Eran todos fascistas? Lo más probable es que no. ¿El fascismo está logrando normalizarse? Yo creo que sí. La situación, mirando el ascenso de la ultraderecha en Europa, es peligrosa, sobre todo porque cuando el PP se quite el disfraz, descubriremos que el fascismo ya está aquí, con el apoyo de Ciudadanos y el silencio cómplice de un PSOE que ha elegido bando en el Régimen del 78 pues siempre, desde el principio ha formado parte de él. Recae en Unidos Podemos y sus alianzas luchar contra el fascismo que viene, ¿serán capaces de aprender que ante esta situación hace falta ruptura y no reformismo? Por el bien de los ciudadanos que hacen vida en la península ibérica, espero que sí.

Gonzalo Sánchez. Twitter: @ProtestFor36


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