Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  12/10/2017

Inopia andaluza y ‘utopía’ (rentable) catalana

«La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar». Eduardo Galeano.

Los pleitos de los amos, vistos desde las colonias meridionales del imperio cañí y de las JONS adoptan una perspectiva diferente. Los perfiles se contemplan como aquellas rencillas medievales entre el marqués y su suegra, o su hermano, allá en lo alto del castillo, mientras los siervos de la gleba se disputaban a muerte los nabos podridos con los que sobrevivían. Pasaba en la Europa medieval, claro… mientras en Al-Ándalus surgía el Primer Renacimiento continental. Disculpen los megalomaníacos etnocentristas del ‘norte’ peninsular – y también ahora del sur de Europa -, pero pertenecer al primer Pueblo que en la Edad Moderna europea ha proclamado una declaración unilateral de independencia con éxito durante tres años (el 25 de diciembre de 1568 por Fernando de Válor, Abén Humeya), algo más que segundos o días… eso marca carácter, a no ser que se reivindique uno de acomplejado ‘andalucista’ bailando sardanas, por si otras naciones le prestan barato la dignidad identitaria, cuando la propia en el fondo la desprecia extraviada en su ignorancia.

Otros Pueblos puede que que se traguen el envenenado cebo de ‘reformas constitucionales’ o federalismos de opereta adobados por rojipardos tardofranquistas impúdicos, pero a nosotros no nos dan el pego mediático: los colores de la cuatribarrada y la rojigualda son los mismos no por casualidad. Sus altas burguesías y aristocracias siempre han sido socios en la empresa de expoliar otras tierras conquistadas. Bastó ver como el diario La Vanguardia – antes La Vanguardia Española – se pondría las pilas en cuanto el hijo del rey de Franco hablara de seguro con el conde de Godó, propietario del rotativo, para reconducirlo por la senda de la tizona, del mismo ‘fiel acero’ romanista del supernumerario de la Caixa Isidro Fainé…

La Vanguardia (‘española’) mutó entonces como por ensalmo. De más catalanista que el sable de Maciá pasó al síndrome de aquellos periodistas franceses de los tiempos de Napoleón, para los cuales el ‘ogro de Córcega’ al escaparse de la isla de Elba pasó a ser su ‘amado emperador’, en cuestión de días, al recuperar su despótico poder en París. Ya se notaron los primeros indicios de la claudicación a los pies de Moncloa cuando el periodista del citado rotativo de Barcelona, Enric Juliana, se puso las anteojeras andalúfobas para vislumbrar sólo las fabricadas comitivas del ‘a por ellos’ a la salida de los tricornios en Huelva y Córdoba, y no cuando partían de Guadalajara y Cantabria, donde la inducida ‘performance’ fue la misma. Atizarle al ‘moro del sur’ para ayudar a sus empresarios a explotarnos sin piedad de forma aún más salvaje – si cupiese -, suele ser el primer indicio de que se disponen a rendir pleitesía a Zarzuela los ‘republicanos’ de sainete. Acto seguido nos endosaron ese grotesco editorial apocalíptico donde conminaban a recular de la DUI para evitar las penas del infierno (es decir, Juliana y Junqueras jamando menos perniles con Priorato gran reserva).

Si bien nosotros no seremos tan negativos al encontrarse el Pueblo hermano de Catalunya ante la traición de su rampante alta burguesía, acobardada por las arbitrariedades de los opusinos Montoro y Guindos… ¿No ha servido de nada la nueva decepción colectiva catalana, después de movilizaciones populares independentistas sin precedentes? Algunos no compartimos ese superficial análisis, lo sentimos, cínicos goebbelillos fabricantes de la ‘opinión pública’. Toda esa hedionda progresía jacobina que hoy se siente muy ocurrente, comentando lo bien que se lo monta su inciensado señorito pontevedrés exjefe de Bárcenas, con su catalanofobia solapada y perdonavidas habitual, se olvida de que ellos mismos con su doble moral han quedado en entredicho. Las máscaras del antidemocrático Régimen impuesto en el 78, y no votado por la mayoría de la población del Estado, marchitas se han caído como las hojas del otoño.

En primer término, repugnaba contemplar el mohín de disgustito, modulado y efímero, de la Brunete reporteril, cuando el 1-O aporreaban a los votantes catalanes para intimidarles y que no saliesen de sus casas, intentando deslegitimar sin resultado un referéndum participado por casi dos millones y medio de personas. Tampoco les duró mucho la ‘indignación’ cuando la organizada jauría nazifascista disfrazada de civil se encontró con bula para el linchamiento en Valencia, en su Día festivo de la Comunidad. ‘Salieron de cacería’, llegó a afirmar un heroico viandante que se enfrentó con varios perros muy machotes que pateaban a dos mujeres al azar, abatidas en plena vía pública, en el centro de la ciudad del Turia. Aunque tranquilos, la diligencia del ministro Zoido no tardará en identificar a los agresores, sobre todo a los ‘constitucionalistas’ sin uniforme que pudieran haber apalizado de forma aleatoria a los pacíficos vecinos, sabiéndose impunes… ¿quién habría de atreverse a pensar no que rebrota el fascismo sino que pudiera estarse gestando o amparando desde las cloacas del Estado?

Había que fingir, siquiera virtualmente, que una supuesta ‘mayoría silenciosa’ sacaba la bandera de la jefatura nacional del Movimiento, trocada en ‘demócrata’ por la mágica varita del camarada Adolfo Suárez y siete padres putativos sin Asamblea Desti/Constituyente alguna. Centenares de autobuses – quién los pagó sigue siendo un misterio – salieron de Madrid y otros puntos del Estado hacia Barcelona. Aún así, por mucho que tergiversasen los media del Movimiento amamantados con publicidad institucional, en Barcelona desde la Plaza de Urquinaona hasta la Estación de Francia (30.000 Mts. cuadrados) no podían caber más de ciento y poco mil personas, con luengo baremo (por qué la guardia urbana infló la muchedumbre hasta un cuarto de millón es otro enigma, a no ser que previesen la inminente bajada de pantalones). Y eso que los setenta u ochenta mil residentes en Catalunya que debieron asistir iban a merendarse las paridas ultranacionalistas españoleras, entre océanos de demagogia lerrouxista, de las ‘conjuras’ de la menguante estrellita del papel cuché, el marido de la Preysler (¿si tanto le disloca su España por qué no reivindica de nuevo el Virreinato y que Perú vuelva al redil?); y las del patético Borrell – ‘¡cuidado con él!’, decía el bueno de Tip -, el cual no sabe como promocionarse desde que fuera investigado como consejero de Abengoa, esa macroempresa andaluza de las renovables que ha sufrido más desgarros por el centralismo que la túnica del cristo.

Y quizá sí… puede que no haya sido en balde esta nueva acrobacia del Procés, eterno rito de Melquisedec inacabable mientras sirva para que ‘sone’ más la bolsa. Las máscaras de ‘demócrata’, de ‘izquierdista’ y hasta de ‘andalucista’ con barretina, se han tornado al fin deleznables a vertiginosa velocidad. La ‘izquierda’ del PSOE, la más europeísta, la del PSC… al dar patente de corso a sus militantes para que hiciesen bulto en la manifestación totalitaria nacionalista rojigualda, hace tres días, junto a Falange, VOX y los mamporreros políticos de Falangito Rivera (exempleado del opusino directivo de la Caixa Fainé), ha dejado no sólo al inescrupuloso Iceta, sino a su secretario general el guaperas de Tetuán residente en el exclusivo Pozuelo de Alarcón, a la altura de un sargento chusquero con camisa azul. Y su ‘Mataora’ Susana en la colonia-‘sur’, fanática partidaria de la intervención centralista de la Autonomía catalana – ejecutada ya de facto en sus finanzas, comunicaciones postales y seguridad -, aún más a la derecha amancebada políticamente con Ciudaenanos en su reserva cortijera… ya sólo puede dibujarse a sí misma con tintes de sacrificada ‘mártir’ por la sacrosanta ‘unidad’ por la fuerza clerical-nacionalista, al precio de consentir o apoyar si fuese preciso una discriminación norte-‘sur’ estatutario-económica ilegal e ilegítima, en relación a Catalunya, todavía más escandalosa.

Por otro lado, la constatación de que la burguesía catalana ha hecho más en cuatro años que el PCE en cuarenta por la recuperación del sentimiento republicanista, algunos deberían hacérselo mirar. Como otros progres tragasapos que sensu contrario a como el Matarife de El Ferrol hacía coincidir los derbis futboleros para boicotear las huelgas generales, los mandamases de Vistalegre II aprovechan el mediatizado gatillazo a medias del Parlament para fumigar a su presidenta de la Comisión de Garantías; los del Grupo Prisa para con igual discreción descabezar al caducado multimillonario Cebrián, con objeto de poner a otro, no menos polémico, testaferro de su clamoroso fracaso empresarial; y sin olvidar a que estos días ha quedado difuminada la resolución judicial que demuestra el fraude electoral del partido en el gobierno, el mismo que sienta cátedra de observancia y respeto por la ley.

Y ahí sigue tan pancho Mariano el del ‘sé fuerte’, con su escrivariano Consejo de devotos ministrillos infatuados, tratando de convencernos de que la ‘legalidad’ está de su parte, gracias a su legión tripera de aúlicos ‘periodistas’, desde el partido en el poder con más casos de corrupción de Europa. Esos ‘liberales’ tan demócratas que consienten sin rechistar todo tipo de delitos, y gran parte de su facinerosa inmunidad, merced según parece a jueces elegidos por ‘cuotas de partidos’, a los que importará la esencial Separación de Poderes un ardite. Acontece en Españistán, la irrisión del mundo entero y capital del frikismo universal, donde se puede ver a fiscales haciendo de abogados defensores, como en el caso Nóos; o a jueces como Elpidio Silva, expedientados y apartados de sus funciones, si osan tratar de detener a algún protegido beneficiado de la Obra – y que acabaría tal vez suicidándose al retirarle ésta su apoyo a lo ‘cosa nostra’ -, el cual desde la rescatada a fondo perdido Bankia había arruinado a miles de pequeños ahorradores y pensionistas.

Continuaremos en la colonia-‘sur’ esperando la tragicomedia del Godot del soberanismo catalán que nunca termina de llegar… No cesarán las asimetrías económico-competenciales y el foso discriminador norte-‘sur’ peninsular, mal solapado por la propaganda de Canal-Sur… sana. Los mismos desvergonzados parajesuitas del ‘andalucismo’ proseguirán interesándose por la autodeterminación autóctona, por los fundamentos de una verdadera democracia o por el esplendor andalusí, mucho menos que por las butifarras, las ‘calçotadas’ o las tuiterías de Rufián.

Ojalá que Catalunya y Euskadi alcancen su inalienable Derecho a la Autodeterminación refrendado internacionalmente. Si es al perpetuo coste de seguir marginando y depauperizando a los infelices parias del colonizado ‘sur’ en la sala de espera, no, gracias. Y otros habrá que se conformen engañándose a sí mismos, o con alguna noble utopía para mirar hacia el futuro… mas la nuestra andalusí, indígenas gallináceas de sacristía, tiene tiempo, lugar y sabe que le aguarda el mañana.

Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. Cuenta de twitter bloqueada por la censura: @lascultura . Nueva: @liberacionan


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