Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  15/12/2017

Al-Andalus y Catalunya: anhelo de libertad

Este artículo está dedicado a la genial almeriense Carmen de Burgos, primera mujer periodista y corresponsal de guerra en el E. español, en el 150 aniversario de su nacimiento.
 
«(…) la ley es a menudo la voluntad del tirano, y siempre es así cuando viola los derechos del individuo». Thomas Jefferson
 
Siempre ha sido ése el objetivo perseguido por cualquier colonialismo. Hacer que los colonizados crean en sus patrañas para desculturizarles, hasta el punto de alienar a sus víctimas expoliadas por completo, despojados de su identidad con otra instrumental que les parasita. Lo estudió a fondo el indispensable Frantz Fanon (en Piel negra, máscara blanca, entre otros escritos clásicos) y el gran medievalista de la USE Emilio González Ferrín, autor de Hª Gral de Al-Andalus, el cual advierte que la tendenciosa y manipulada historia oficial que conocemos, la que se imparte en colegios e institutos, habría que denominarla con propiedad ‘historia eclesiástica de España’.
 
Sabemos que no nos hallamos realmente en una democracia no sólo a la luz de los datos históricos incontrovertibles. Ni hubo la preceptiva Asamblea Destituyente que rompiese con la golpista dictadura previa, ni Asamblea Constituyente que recogiendo todas las iniciativas populares, estableciese la estricta y formal Separación de los Tres Poderes en origen, ejercicio y funciones. Cualquier lego intuye que la práctica totalidad de los autodenominados ‘constitucionalistas’ pretenden hacer malvivir a la sociedad civil en un simulacro ‘democrático’, erosionando derechos y garantías para detentar total impunidad si cometen tropelías. No únicamente su laxitud y colaboracionismo en materia represiva… su desprecio o ignorancia acerca de las funciones del Senado les desenmascara.
 
Así ‘M. Rajoy’ ha ignorado la comparecencia a la que estaba obligado en más de la mitad de las ocasiones en que ha sido convocado ante los senadores. ¿Para qué sirve entonces ese Poder, sin el cual la ‘democracia’ no pasa de burda pantomima? La Cámara Alta debería poder perfeccionar o rechazar los proyectos de ley que les presenten. No acatar ‘decretos-leyes’ balando cual corderitos en el redil dispuestos al matadero del Absolutismo 2.0. Por ello su voto debería ser siempre en conciencia y secreto, sin que estar supeditado a intereses partidistas (no digamos si estuvieran motivados por lobbys clericales al servicio del estado extranjero romano u otros, hecho criminal que más que como prevaricación está tipificado como traición, penado con treinta años de prisión mayor).
 
Antes que el propio Tribunal Constitucional, cada uno de los senadores libremente debería dirimir con pertinencia la interpretación y el alcance de una ley, sin imposiciones partidistas. Así se evitarían abusos de autoridad que nos conducen hacia una deriva totalitaria de consecuencias imprevisibles. Pongamos por caso en la aplicación del Artículo 155 de la Constitución, la cual no habilita según la jurisprudencia más cualificada para cesar presidentes autonómicos ni sus gobiernos, imponer un estado de excepción ilegal e ilegítimo sobre la población de una Comunidad Autónoma… ¿y qué podría impedir al Banco Azul no hacer permanente o a capricho su implantación? Eso se denomina fascismo (sí, FAS-CIS-MO), y nos retrotrae a los tiempos del enano de El Ferrol, que también tenía ‘leyes’ y hacía ‘elecciones’, sin que dejase de ser identificado por ello en los países civilizados como un brutal y macabro autócrata.
 
Con respecto a la interpretación del ‘delito de odio’, por no ejercer sus funciones un Senado como debiera, tenemos otro coladero para torticeras arrogaciones y exégesis. En puridad ese delito se estableció para salvaguardar los derechos de las minorías de conciencia, étnicas o sexuales. No para que si alguien dice que odia alguna comida, o el frío, por ejemplo, pueda ser imputado al albur de un complaciente o puntilloso fiscal de turno. Ni mucho menos para que si funcionarios se extralimitasen en sus funciones y un ciudadano protesta y se defiende pudiera aplicarse a este último esa acusación con cinismo. O para conculcar la Libertad de Expresión y de Prensa bajo este subterfugio infame. Otra vez nos precipitaríamos por esta posible arbitrariedad hacia el despotismo totalitario. Sobre todo si fuera un ministro o un presidente del gobierno el que tal extremo perpetra. En tal caso la dimisión debería exigírseles en todos los foros, y cívicamente sin descanso en las calles.
 
El Ejecutivo se permite desde hace demasiado tiempo intromisiones en el Poder Judicial – elegido en sus más altas instancias por ‘cuotas de partidos’, y contaminado según Jueces para la Democracia por una secta vaticanista -, reduciendo el fundamental Senado a un burdo teatrillo de palmeros. De ahí que al no existir control del poder se permitan desafueros como el de la elección de una empresa para el escrutinio de elecciones – con turbios antecedentes escandalosos – sin concurso público, ni garantías a ‘doble llave’, o supervisión internacional y del Código Fuente informático por parte de los partidos opositores. Por suerte Catalunya no es la colonia andaluza, y en la primera asociaciones civiles efectúan su propio conteo paralelo de votos en las Autonómicas.
 
¿Puede concebirse que el esperpento neovirreinal que padecemos en la Junta de Andalucía habría llegado a auspiciar el subdesarrollado régimen clientelar que ahora se juzga, al estilo del PRI mexicano, si hubiese existido una sociedad civil organizada y consciente de en qué consiste una auténtica democracia? Para condenar a la sociedad civil de la Nación del Guadalquivir a una pobreza espantosa, a una Sanidad con listas de espera convertidas en ‘corredor de la muerte’, y una Educación tercermundista… los políticos y sus lacayos instrumentales del aparato docente y la prensa servil, se encargaron de anular o pervertir el Espíritu del 4 de Diciembre. Al fumigar la libertad política encarnada en el Pueblo, por la vía de la programada ignorancia y la impostura, cualquier camarilla partidocrática con procedimientos mafiosos puede detentar la autoridad. El precio que ha de pagarse es el de una alienación, de una miseria insufribles. Y terrores todavía más vesánicos y crueles, como la inhumana barbarie de meter en la cárcel de Archidona (Málaga) a inmigrantes que no han cometido delito alguno. El que consiente o no lucha activamente para impedir estos crímenes de lesa humanidad se hace cómplice de los mismos.
 
Tras cuarenta años de despotismo y expolio la monarquía de partidos se hunde en su propio cenagal de corrupción y opresión sistémicas. Ya no puede dar más de sí. Las tramas de los EREs o la Gürtel, así como convertirnos en rehenes de una deuda pública impagable sin precedentes, expresan efectos de carencias político-administrativas intolerables. Sólo las repúblicas de los Pueblos del Estado español, coaligadas en el camino de nuestra liberación política anhelada, obtendremos la victoria final frente a la tiranía monárquico-papista… ¡Libertad a los presos políticos que no han cometido delitos de sangre ni violencia alguna! ¿Así entendéis el significado de la Navidad, fariseos rojipardos nacionalcatólicos, aherrojando con crueldad a inocentes en mazmorras y continuando con los desahucios en el crudo invierno, sin piedad contra mujeres, niños, enfermos y ancianos…? ¡Viva Al-Andalusía, Catalunya y todos los Pueblos de la tierra libres! ¡Venceremos!
 
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. Cuenta de twitter bloqueada por la censura: @lascultura . Nueva: @liberacionan

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