Arthur González •  Opinión •  17/12/2017

Continúa la escalada de Estados Unidos contra Cuba

Estados Unidos no se conforma con ver a Cuba transitar libremente a pesar de la guerra económica que le han impuesto desde hace 58 años. Año tras año sufren al comprobar que sus planes terroristas y de subversión, no pueden derrocar a la Revolución socialista y aun así persisten en su empeño.
Las más recientes acciones de la Casa Blanca, fueron desmontar la sutil e inteligente política subversiva diseñada bajo la administración Obama, quien pretendió desmontar el socialismo desde adentro, utilizando hábilmente la maniobra del acercamiento diplomático para como el mismo expresó:
“Aumentar considerablemente nuestro contacto con el pueblo cubano. Tendremos más personal, y nuestros diplomáticos podrán participar de manera más extensa en toda la isla…incluida la sociedad civil y con los cubanos que buscan alcanzar una vida mejor. […] Nadie espera que Cuba se transforme de la noche a la mañana, pero creo que el compromiso estadounidense, mediante nuestra embajada, empresas y ante todo nuestro pueblo, es la mejor manera de representar nuestros intereses, y apoyar la democracia y los derechos humanos”.
Al no palpar resultados con esa nueva línea política, los ideólogos de la actual administración Trump, decidieron regresar al reforzamiento de su añeja guerra económica, con la pretensión de que el pueblo cubano se lance a las calles a protestar, tal como hicieron antes en Polonia y ahora en Venezuela.
Ese retornar al pasado conllevó a la fabricación de la historieta de los falsos ataques acústicos y las inventadas enfermedades a algunos de sus funcionarios diplomáticos en La Habana, todo con el propósito de amedrentar a los estadounidenses que visitaban la isla bajo licencias ampliadas por Obama, quien perseguía el traslado de sus valores y símbolos, pero que finalmente beneficiaron económicamente a Cuba.
Como parte de la escalada diseñada para llegar al rompimiento de relaciones diplomáticas, Trump retiró a la mayoría de los funcionarios de su misión diplomática y cortó el otorgamiento de visas para emigrar y visitar temporalmente a Estados Unidos.
Para crear un incidente que le permita justificar el rompimiento de relaciones diplomáticas, en días pasados designó a Philip Goldberg como futuro Encargado de Negocios, personaje vinculado a la CIA desde que estuvo en Kosovo, Bolivia y Filipinas, lugares donde fomentó revueltas callejeras y alentó a la oposición a ejecutar acciones contra el gobierno, por lo cual fue expulsado o fuertemente criticado por los mandatarios.
Es evidente que algo similar sueñan con ejecutar en La Habana y de ser declarado persona non grata, tener el pretexto deseado.
Para allanarle el camino, el pasado 30.11.2017, el diplomático Lawrence J. Gumbiner, quien ocupa actualmente el cargo de Encargado de Negocios en la misión habanera, sostuvo una reunión con Berta Soler, “presidenta2 de las agónicas “Damas” de Blanco, en la que le manifestó el apoyo de su gobierno a la llamada “oposición cubana”, la que no tiene respaldo popular alguno, ni membresía respetable.
Según declaraciones de Berta a la prensa de Miami, pocos días después del arribo de Gumbiner a Cuba, estando ella en uno de los centros ilegales que mantiene la embajada yanqui para la preparación de la contrarrevolución, él se enteró que ella estaba ahí y fue a conocerla. Semanas después la titulada “presidenta”, recibió una llamada telefónica desde Washington, donde le indicaron que acudiera a la embajada el 30 de noviembre a las tres de la tarde, para una entrevista oficial con ese diplomático.
Esa acción confirma el plan para continuar la escalada contra la Revolución, pues no fue una iniciativa personal del diplomático, sino una decisión del Departamento de Estado yanqui.
Agregó la “presidenta”, que Gumbiner le confesó estar “muy preocupado por la situación de la “oposición” y la “represión” gubernamental, en particular por las “Damas” de Blanco”.
No caben dudas de lo que se está cocinando en Washington contra La Habana, porque si realmente estuvieran tan “preocupados” por lo que es realmente una represión, deberían tomar acciones contra México, país donde solo en el Estado de Coahuila, no menos de 118 personas por cada cien mil de sus habitantes, son víctimas de algún abuso, según datos aportados por la CDHEC, y el Censo Nacional de Derechos Humanos 2017, publicados por la prensa mexicana.
Se afirma que Coahuila, es uno de los once estados de la República mexicana, donde se ejecuta el mayor número de violaciones a los derechos humanos en los últimos tres años, sin que Estados Unidos emita una sola declaración en apoyo al pueblo mexicano.
Otro aspecto que demuestra la doble moral de la Casa Blanca, es el silencio que guardan ante la alarmante situación que sufre Puerto Rico, donde la coalición de grupos cívicos y académicos denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el alarmante incremento de la pobreza que mantiene a muchas personas en condiciones infrahumanas, sin que los colonialista de Washington hagan algo para mitigar esa situación.
Con la sangre fría e inteligencia que poseen los cubanos, demostrada en 58 años de enfrentamiento a los planes de la CIA, sabrán tomar las medidas necesarias y evitar las provocaciones de la actual administración yanqui y como tantas, culminarán en fracasos.
Ignorantes de la historia de Cuba los trasnochados que aspiran a someterla nuevamente, porque como dijera José Martí:
“Ancha tumba construye con sus propias manos las maldades, donde el espíritu del
pueblo lanza a los que han querido enterrar en ella la conciencia de la nación”

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