Tamer Sarkis Fernández •  Opinión •  22/01/2018

Siria: impresiones de un reencuentro

INEVITABLE RETRACCIÓN ESTATAL

El Estado sirio –en el nivel consistorial- no puede atender al mantenimiento urbano ni a la retirada/reposición de infraestructuras, de modo que la gente toma la delantera pero no adscrita en grupos civiles o para-estatales, sino en base a vecindario.

Tampoco puede llevar a cabo la vieja función crediticia (bancos cooperativos agrarios, bancos de crédito agrícola, para la vivienda, Banco Nacional…), después de los saqueos armados, hechos por la banda de asesinos “Ejército Libre de Siria”, a los nudos centrales que guardaban los depósitos de Valor (por ejemplo, en Raqqa). Así pues, la banca privada (y concretamente el Banco Franco-Saudí) multiplica sus sucursales, sus operarios, sus clientes y sus ámbitos operativos. Es uno de los puntos con mayor actividad cotidiana de Tartous. A esto se añade el número de sirios dependientes, por un motivo u otro, de crédito, fenómeno antes inexistente (otra realidad económica y salarial, y otra política económica y de subvenciones a los bienes fundamentales para la persona y para su familia). Un fenómeno paralelo es el de los prestamistas individuales: el mercado negro crediticio, consentido por las autoridades locales. Los avales son duros: usualmente tierras.

El despotismo bancario es palpable: los depósitos son manejados cerrándose toda puerta posible a la recuperación del dinero en cuenta. El “vuelva usted mañana” se prolonga cuanto les haga falta (a los bancos). La estrategia es desesperar al cliente que aspira a retirar sus fondos, o bien hacerle sentir en indefensión y objetivación. También los desplazados adinerados engrosan las filas de clientes nuevos: no se fían de poner sus ahorros a recaudo doméstico, en un nuevo hábitat que les resulta desconocido y amenazado. ¿Cómo es posible la ausencia de veda estatal a la presencia, en suelo sirio, del Banco Franco-Saudí?

La guerra ha sacado lo mejor de cada uno y a la vez lo peor. En lo que se refiere al vínculo social y de reciprocidad orientado hacia la reproducción social, mi percepción es que los individuos y las familias han venido retrayéndose, lo que se une a una pesada carga emocional compartida de pena y de melancolía. Es algo que se percibe en ciudades como Tartous sin ir más lejos, donde el ánimo del transeúnte era jovial y raudo. Ahora se ve, en el andar, en las actividades, en la atención comercial…, una marcada inercia.

Constatable es el encarecimiento de los bienes mercantiles, y sobre todo las oscilaciones pronunciadas en función de los avances, los retrocesos, los posicionamientos y re-posicionamientos en el terreno militar, que obviamente encarecen los riesgos de transporte, el tiempo de transporte, y por ende el precio final mercantil. Aun bajo tales circunstancias, las exportaciones sirias a Líbano siguen siendo cuantiosas, favorecidas por un cambio monetario muy funcional al importador, tanto como por factores de productividad y de calidad de producto. Triste también la escasez de hidrocarburos: casas de campo sin estufa de gas, cuyos moradores encienden hogueras afuera para calentarse en la noche con el calor irradiante. Se recurre a la madera y en las zonas lejanas a bosques se queman muebles.

Existe concentración, con arreglo a áreas, de los núcleos económicos: si bien antes la relación entre actividad, fuerza de trabajo y división del trabajo llegó a estar más repartida, en la actualidad los municipios débiles no han podido resistir, de modo que presentan notable desertización económica. La fuerza de trabajo se desplaza, por tanto, a las capitales provinciales (pero no solamente: también a los núcleos regionales más pequeños, como por ejemplo Saafita, cuyo mercado –en el sentido económico y en el sentido físico- es impresionante). Hay traslado de fuerza de trabajo de ida y vuelta, y también migración interna.

La cuestión fronteriza es destacable: hay negocio por medio de proletarios super-precarios, quienes cobran una parte por agilizar trámites de entrada y salida, al tiempo que terceros se llenan también los bolsillos.

El extraordinariamente mudable precio de los hidrocarburos marca la actividad diaria y la disposición a la misma: uno se levanta con ánimo –o con compromiso, o con obligación…- de llevar a cabo su actividad, pero atento al precio de la gasolina y al bolsillo propio.

Relativo a la cuestión de la enseñanza secundaria y universitaria en la provincia de Tartous: apertura de Liceo francés y de centros escolares británicos y estadounidenses, donde en parte se estudia en el idioma de los capitalistas propietarios. No se trata de plantas reconvertidas, sino de edificios de nueva planta: adquisición de terrenos, recalificación, regularización, etc.

En cuanto al transporte público: anteriormente no era necesario, ya que los precios de la empresa privada transportista eran más que asequibles para la inmensa mayoría de los sirios. Actualmente, la relación desplazamiento-riesgo ha incrementado considerablemente el precio del transporte. El problema es que no hay estructuras estatales de transporte (merecedoras de tal nombre), ni tan siquiera en el nivel intra-municipal (salvo Damasco, Alepo…). Los populares “micro” siguen funcionando, pero las líneas de trayecto, en la provincia de Tartous, son mucho más tupidas entre costa y montaña que a través de la línea costera. La alternativa es la confianza en que un conductor pregunte y traslade a la persona.

LA BUROCRACIA DETENIDA EN EL TIEMPO

La cuestión de la administración civil: los archivos no han sido informatizados y literalmente se cuartean entre las manos del administrativo. En ciudades como Tartous, la humedad y el tiempo han literalmente borrado, no ya los contenidos, sino las páginas. El registro directo sobre la superficie se torna impracticable, aunque se adjuntan hojas grapadas superpuestas. Los datos de nombres, apellidos, registro de propiedad y mercantil…, en muchas ocasiones se han destintado. La cosificación burocrática se siente a flor de piel: se trata tareas desanimadas no sólo en el plano procedimental, sino sobre todo para la experiencia del propio trabajador. Se percibe un indiferentismo y se sufre el oportunismo del cobro y de la multa por cualquier excusa de papeleo. A veces no se trabaja de verdad porque ni siquiera hay medios para ello. Da la impresión de que muchos de ellos son pagados como forma de cooptación y para asegurar el encuadramiento estructural y en tal medida la lealtad o al menos la conveniencia, sin obtenerse, del pago, un trabajo realmente útil ni al país ni a su Estado. Además, la miseria de recursos de trabajo es enorme. El trato se ha cosificado en la relación entre el sujeto civil y la administración civil; pero también se ha cosificado en la sanidad y los hospitales, en el comercio y en general en todo contexto laboral de atención.

Hay carencias de procedimiento, técnicas y de tecnología de control y de seguridad en edificios públicos: en el Palacio de Justicia, en el cuartel militar, en la administración, en hospitales, etc. Uno entra y sale desde el anonimato y sin obstáculo ni cuestionamiento. Igualmente en los accesos a ciudades por carretera. Los registros son laxos y no constantes.

CAPITAL BAJO LA LÓGICA DE LA RECONSTRUCCIÓN, PERO TAMBIÉN EXISTENCIA DE CONSTRUCCIÓN BAJO LA LÓGICA DEL CAPITAL

La sobre-construcción se evidencia. El Capital no susceptible de ser rentabilizado en sectores que, bien han desaparecido, bien están en retracción o incluso sus Unidades de producción han resultado derruidas, es Capital que se posa en la construcción. La consecuencia es un parque ciclópeo de vivienda y residencial, que salpica el paisaje de la cordillera litoral hasta donde la vista alcanza. El coste adicional de cableado, instalaciones, acabados, puertas, ventanas, ventilación, instalaciones…, no es cursado por los constructores ni por las empresas vendedoras (si las hay al margen del propio constructor), a no ser que la venta esté ligada, y, por su parte, el comprador potencial no acaba adquiriendo de no acabársele de acondicionar la vivienda; de este modo, no hay compra-venta. Este hecho no importa demasiado a la lógica del constructor, quien aguarda a que el precio de la vivienda se incremente todavía mucho más bajo un contexto más favorable –menos peligroso, de recuperación, de inyecciones financieras, etc.

Por su parte, el parque de realojamiento para desplazados, de carácter periférico y de extrarradio, es de calidad excelente, pero desprovisto de estructura urbana circundante e incluso viariamente desligado respecto de la ciudad adjunta. Hay una fracción de vivienda en efecto de realojamiento, que se cubre, y una fracción de negocio, que no se cubre, al ser muy cara (su venta o arrendamiento) para el desplazado pobre o empobrecido o desprovisto de lo que tiene por las fuerzas agresoras imperialistas, y a la vez desestimada para quien puede realojarse en el centro urbano. Una porción considerable en este tipo de construcción corresponde a iniciativa militar, cuya acción es ética y no tiene que ver con el negocio, sino con disponer de una reserva de hábitat para población militar, familias y población civil a socorrer. Por supuesto las adjudicaciones están mediadas por el nivel de nexo social del candidato, con el Ejército. No hay que olvidar tampoco las decenas de estructuras colectivas habilitadas a la acogida, atención y alojamiento de desplazados, a iniciativa de la Administración civil y de la militar, y no solamente en la capital sino en pueblos. Hablo de polideportivos, escuelas, edificios cooperativos y sindicales…, de modo que nadie queda desguarecido a cielo abierto.

Por otro lado, urge una ley de protección de costas tanto como de la cordillera litoral, que introduzca elementos controladores de la edificación abusiva, bien sin perspectivas reales de compra en el mercado, bien de segunda residencia. También podrían ser unidades residenciales re-orientables a la acogida de personas desplazadas, previa identificación biográfica y de su lealtad a Siria y a su independencia y Soberanía Nacional.

ENTRE MELANCOLÍA Y VITALIDAD

Tartous vive un profundo cambio económico, marcado por el auge excepcional mercantil, de diversificación empresarial, de oferta de estudios, de parque automovilístico… Muchos de los desplazados tienen dinero y han abierto un negocio o/y gastan. El empobrecimiento relativo circundante comporta, en sí mismo, un efecto de atracción hacia la capital. Los precios han subido pero ello ha beneficiado a pequeños propietarios rurales ahora cada vez más en abastecer directamente al mercado urbano, o quienes incluso venden directamente en Tartous, y cuyos costes más bajos les permiten competir y garantizarse una cuota de mercado extensa. Existen usos inéditos en Tartús, como el hiyab “a la turca”, que no encuentra oposición expresa en el espacio público. La mendicidad existe –sobre todo infantil-, así como la búsqueda de cualquier materia para su venta (hecho que jamás significa pernoctación en la calle gracias a la habilitación de plantas de acogida). Mientras, por vez primera en al menos casi dos décadas varios tramos de playa aparecen cristalinos; pero el motivo es que bañan el pie de las terrazas de ciertos buenos restaurantes. Desarrollo de comercio especializado en estratos medios pudientes venidos a Tartús, y por supuesto en el personal exterior residente.

Es de suponer la continuidad del pluriempleo y de itinerarios laborales de lo público a lo privado y a la inversa. A su vez, en la medida en que existe vínculo afectivo o de afinidad entre el pretendiente y la pretendida, y él puede garantizar el desarrollo de la vida familiar, se avanza el momento de contraer matrimonio, sin dejar para más adelante el desenlace matrimonial del compromiso. Si es preciso, la familia (usualmente del prometido) participa hasta donde puede en la garantía de unidad doméstica.

Es constatable la diversificación de la oferta artesanal, joyera…, en Tartús, tanto como su sofisticación y merchandising. La retracción en la producción interna ha hecho crecer la importación desde Líbano, fenómeno que genera nuevos fraccionamientos y desarrollos en la clase burguesa burocrática.

Siempre hay muchísimas personas y familias disfrutando del paseo marítimo, como distracción pero también como desafío a la amenaza mercenaria. Lamentablemente, algunas playas se han privatizado a lo largo de la línea costera tartusina, exigiéndose coste de acceso. El mayor volumen de segundas residencias costeras quizás haya sido construida en las zonas circundantes a la ciudad de Latakia.

EL GLORIOSO EJÉRCITO ÁRABE SIRIO Y SUS HÉROES DEL PUEBLO

El Ejército es el máximo baluarte de ejemplaridad y ética en el seno del Estado sirio, haciendo gala de desinterés y de entrega bajo condiciones de penuria. Existe soberanía alimentaria y no hay malnutrición civil, aun pagándose el precio de la malnutrición militar, a veces severa y palpable en los rostros de los jóvenes soldados.

La Administración militar es antitética a la civil en no pocas dimensiones del trato, de la ética procedimental, de la atención y en cuanto a su ausencia de oportunismo y tampoco venalidad. El desabastecimiento, la ausencia de maquinaria detectora de arsenales y peligros, y de seguridad, más las largas guardias, son realidades soportadas con resignación y por no generar una disfuncionalidad de actuación que sería negativa para Siria; pero debe constar la iniquidad situativa y material perjudicial para el ejército y para el propio desarrollo de sus tareas.

Es insostenible e indignante el grado de “liberaciones” venales respecto de la función militar o miliciana de apoyo, o dependientes de capital social burocrático. En lo que respecta a las rondas de vigilancia urbana y a los accesos y salidas, debe ser señalado cómo en un radio amplio de puntos de control o de vigilancia, los ciclos de turnos incluyen a los mismos jóvenes con demasiada frecuencia, hecho que significa el absentismo de otros tantos.

Contra el estereotipo “occidental” de invasión rusa, no hay patrullado urbano ni rural ruso. Tampoco acuartelamiento ni pilotaje de reconocimiento. Existen dos bases militares desde las que salen los misiles contra objetivos seleccionados (Deir Ezzor, el Sur hasta el momento de su liberación y algún otro enclave yihadista).

Contra la propaganda “occidental”, el EAS está lejos de obtener prebendas o sobre-sueldos a través de imbricaciones con la burguesía burocrática. Sucede todo lo contrario: si bien disponen de acceso prioritario a algunos bienes de distribución pública, no son ellos quienes mercadean con la asignación por ejemplo de vivienda, sino la burguesía burocrática misma. En el caso del EAS, un elevado status social coexiste con una retribución material modesta incluso para varemos de oficialía superior (las condiciones históricas iniciales de la oficialía militar eran extraordinariamente pobres, al pertenecer la mayoría al credo alawí). En primera línea de frente no están los secundones o quienes no tuvieran un supuesto “benefactor”, sino, en cambio, combaten quienes tienen mayor rango, mayor status pero también mayor compromiso. Muchos Generales y altos oficiales, lejos de apoltronarse en la lejanía, combinan sobre el terreno la dirigencia con el combate abierto en primera línea de frente.

Una familia de Hama nos explicaba su infortunio y sufrimiento bajo los mercenarios y los sectarios. Al ser liberada, algo tan básico como poder sentarse en una cafetería a tomar un café o lo que les viniera en gusto, se convirtió en todo un puntal valorativo respecto de la experiencia subjetiva propia. Hasta tal punto deviene densificado el horizonte de expectativas individuales y familiares bajo el Terror “occidental” ejercido por las huestes sectarias.

Es impresionante la cantidad de héroes alawíes soldados y Oficiales militares caídos en combate o asesinados por los mercenarios en el transcurso de su vida cotidiana. Los pueblos del Jebel al Ansariyeh están encartelados por completo y suman cientos de jóvenes las hileras de fotografías gigantes flanqueando los paseos y las avenidas. Se trata de pueblecitos montañeses de las tierras abruptas cercanas a la costa, cuyas bajas en el EAS y en los comités de defensa superan con mucho a las sufridas por el municipio de Tartous, en proporción al número total de habitantes. En los homenajes a los soldados y Oficiales muertos en combate o víctimas de atentados, se puede apreciar con claridad el cariz profundamente popular de la Alta Oficialía, a través de sus vínculos con los familiares y personas allegadas, de su amistad con ellos, etc.

Existe una melancolía colectiva fortísima y al mismo tiempo la percepción compartida de que no hay peligro ni (con casi total seguridad) va a haberlo en la zona costera y de la cordillera litoral. Ello revela amor, naturalmente, hacia la patria y a todos los sirios. Muchas personas opinan que, a pesar de los pesares, la vida en Siria (considerada globalmente), sigue siendo mejor que en “occidente”, y subrayan el clima de sociabilidad entre vecinos, la continuidad del máximum de precios a bienes de primera necesidad y a estructuras, la soberanía alimentaria, etc. No es cierto que existan hoy zonas fuera de riesgo ni durante mi estancia existieron tampoco. Los mercenarios y su Terror golpearon Latakia durante el verano y lo hicieron también en otras ciudades controladas por el EAS, pero siempre expuestas a incursiones indetectadas. El aeropuerto damasceno sigue cerrado al tráfico aéreo. A menudo el énfasis puesto en el “aquí en esta zona no pasa nada”, es el consuelo al que el ciudadano sirio se agarra para auto-sostener sus emociones mientras presencia la barbarie imperialista cometida contra Siria.

MONEDA

La devaluación de la lira siria es superlativa y su reverso indisociable es la inflación. Quien puede ahorra en lugar de ponerla en circulación, aguardando un futuro de repreciación monetaria. Esa acción sustentada se traduce en depresión de la inversión y del gasto empresarial expansivo, al contraerse el consumo mercantil final, fenómeno que a su vez ocasiona una aceleración estatal de emisión monetaria a fin de estimular el gasto, hecho que trae una nueva devaluación adicional y así sucesivamente, en un ciclo presidido, así pues, por la llamada “estanflación”: estancamiento más inflación con repercusión de agudización recíproca.

La devaluación monetaria impulsa la compra de oro como materia estable rectora de Valor. En previsión de mayores caídas del Valor monetario, el oro es una inversión de futuro. Otro bien previsible a valorizarse es la tierra, especialmente la edificable o susceptible de recalificación, y en vista a los desplazamientos demográficos. Aun así, muchos de los desplazados han iniciado ya su regreso a sus áreas de origen si éstas han sido liberadas.

VÍNCULO SOCIAL, INDUSTRIA, HONOR A LOS COMBATIENTES POR SIRIA

Hay cierto cambio de percepción, no demasiado extendida pero sí presente, que asocia tout court “religión” con “terrorismo”, asignándosele a la campaña de Terror un transfondo irracional y determinado por el “ser confesional”. A la par, la relación con la población sunní llegada a la costa, es amable y empática, comunicativa si es preciso, en la cotidianiedad.

Existe relativa inconsciencia respecto de la racionalización de uso de recursos como la electricidad, que sufre cortes y cuyos generadores no se encuentran en las mejores condiciones de mantenimiento, habiendo sido destruidos muchos de ellos. En los pueblos existe un “calendario” de aplicación de cortes con arreglo a viviendas y las familias son capaces de prever cuándo toca a cada una.

El plan imperialista para dislocar el vínculo, con toda Siria, del habitante regional, no solamente no ha prosperado, sino que el apoyo al frente de combate sigue siendo masivo. Las respuestas contra residentes sunníes no se han producido en ningún caso y, al contrario, la ayuda y afabilidad se pone continuamente en contraste a fin de apagar cualquier resquicio o cualquier potencialidad de foco adherido a los enemigos de Siria.

Municipios como al Shaih Saad han multiplicado por diez o incluso más su población. Los sunníes llegados han construido mezquitas, sin que se les incordie por frecuentarlas, ni a ellos ni a sus lugares.

Realidad de los supuestos “desplazados” y en realidad huidos alepinos de la burguesía comercial, quienes por decenas de miles compraron en Beirut y allí se instalaron, viendo derrotadas sus huestes armadas filo-”occidentales” y peones de las fuerzas liberalizantes de la economía y las importaciones e inversiones.

Desgaste del paradigma auto-identificativo con cualesquiera diversidades de la realidad siria, y que era provisto por una cosmovisión nacional hoy día tristemente contra-influenciada por la masacre confesional salafista, wahabí, sunní integrista, etc.

Alguien me contó cómo había quedado el barrio damasceno de al-Qabuun: “No queda nada. Llana como esta mesa de madera”. Decenas de miles de sectarios participaban de los encarnizados ataques contra cualquier objetivo en Damasco.

Mientras la industria ha sido sujeta a un plan imperialista de destrucción, golpeándose tanto plantas como maquinaria, los talleres y pequeñas fábricas siguen funcionando a pleno rendimiento y disponen de recambios.

En un contexto donde la capacidad del Estado ha sido extraordinariamente mermada y donde, paralelamente, los nexos clásicos de identidad nacional y ciudadana han entrado hasta cierto punto en crisis, las ideologías de Soberanía meta-identitarias también entran inevitablemente en crisis. Es el caso del panarabismo, que se desmorona a la par del avance perceptivo poblacional con respecto a sus limitaciones: el entorno geográfico árabe y el resto del Mundo Árabe han jugado una baza política importante contra Siria, si bien hallando variable oposición poblacional en la calle y siendo incapaces de ocultar las muestras de solidaridad popular con la resistencia anti-sionista y antiimperialista. Por motivos distintos, sucede lo mismo con los sectores demográficos filo-liberales, incapaces de explicarse el golpe dado por “occidente” a los intentos sirios de lograr un encaje económico mundial más abierto y atractivo a posibilidades de venta e inversión. Se fortalece, en cambio, el nacionalismo sirio de corte cultural e historicista, con sus axiomas de crítica al legado abrahámico en el islam tanto como de crítica a todo intento de articular una salida política árabe a la cuestión del ser-sirio-en-el-mundo y a la cuestión de la confrontación irreconciliable con sus enemigos por antonomasia: el liberalismo, el confesionalismo, el (neo)colonialismo, el imperialismo y el sionismo. Crece también en fuerza la identidad gentilicia de consanguineidad o al menos de orígenes y legado compartidos, bajo el vínculo común religioso y su sistema de creencias, comportamientos, relaciones y pautas justamente para la reproducción del nexo comunitario y social.

Tanto en los pueblos como en las ciudades, las secuencias de retratos de mártires en las calles son interminables. Cuando los asesinados pertenecían al PSNS, las referencias lo evidencian. A su vez, banderas y encartelado político del PSNS preside las arterias principales de gran número de pueblos, sin que siempre estén presentes símbolos panarabistas o de loa a la república árabe actual.

El Estado sirio jamás ha dejado de pagar a ninguno de sus funcionarios y sigue garantizando las jubilaciones, extendidas también a los sirios residentes fuera del país que han cotizado mínimamente y que, por supuesto, han cursado los trámites de rigor.

Es impresionante contemplar la coexistencia, en la subjetividad de cada individuo, entre el pesar y la conciencia colectiva siria, y la valoración siempre vitalista del momento compartido. Aun así, los rostros y andares son marcados por ese arrebatamiento de la nación operado por el imperialismo y sus mercenarios.

MANIPULACIÓN PERIODÍSTICA “OCCIDENTAL” Y PERCEPCIÓN COLECTIVA DEL STATU QUO MUNDIAL

La vigilancia de costas, o está casi ausente, o bien se ejerce a través de radares y demás dispositivo diferido. La policía secreta obviamente ha de abundar, si bien no contemplé una sola escena de intervención por la misma.

Los restaurantes son un negocio pujante, motivado por el aumento de población y especialmente por la llegada de personal solvente (militares rusos, asesores, funcionarios de Naciones Unidas, etc.).

La presencia de la ONU viene marcada por sus símbolos, aunque no hay actividad visible ni contacto perceptible en áreas rurales de economía a la baja.

El papel de Trump es visto con escepticismo pero a la vez se vuelve evidente a la población, la retirada de formación, armamento, impulso y permisividad estratégica y territorial, a los mercenarios del llamado “ELS”. La opinión más extendida es que “poco puede hacer él” pues el poder residiría “en otros”. Por otro lado, sí se es consciente de que el proyecto de generación de un sedicente “Kurdistán” está a flor de piel y en implementación. Hay consciencia en relación a las implicaciones militares y divisionistas portadas por un germen de separación territorial, que podría generar un efecto dominó (con la correspondiente respuesta en cadena) de consecuencias militares no sólo regionales.

La actividad política municipal no se detiene, a pesar del riesgo sobre el terreno y de la dificultad –de acuerdo al caso- para desplazar destacamentos y personalidades. En lo que se refiere al transporte civil, el oficio de transportista tanto mercantil como de pasajeros ha experimentado un incremento de trabajadores a pesar del riesgo. También las tarifas han subido.

La población se muestra capaz de imbricar las acciones terroristas en “occidente”, al fenómeno de los supuestos contingentes de “desplazados” internacionales, quienes llegan con instrucciones de provocar desestabilización y hartazgo a través de atentados, y en tal medida impulsar respuestas supuestamente “estratégicas” de intervención favorecedora a sus aspiraciones regionales, viéndose alterada la correlación de fuerzas.

Las imágenes “occidentales” reales de la Siria derruida no siempre corresponden a ruina y escombros reales, sino a amplísimas zonas en reconstrucción, y por tanto con aspecto de destrucción interna de viviendas. En muchos casos, la cámara muestra estructuras de edificios sin acabar, tachándolos, con falsedad, de plantas castigadas por las bombas.

Cuando la prensa muestra amplias zonas geográficas continuas ocupadas por los mercenarios y los sectarios, ello es manipulación, ya que la mayoría de las veces no existe implantación sólida paramilitar ni por supuesto social. Se trata de zonas expuestas a incursiones, bombardeo y ataques desde tres o cuatro epicentros de concentración mercenaria. Abundan los edificios desmoronados en el vertical de planta, que la prensa enseña con falsedad como si hubieran sido dañados por el bombardeo aéreo.

En Latakia, y contra lo que mentía un entrevistado, a quien llamaban “refugiado sirio” en cierto diario del País Vasco, no hubo bombardeos de la aviación siria, sino atentados llevados a cabo por los sectarios. Nosotros estábamos allí y leímos la entrevista –pura calumnia- publicada en cierta fecha por ese medio. Cuando visitamos Latakia, vimos impactos de bala en las fachadas de unos cuantos edificios; esos impactos que nosotros percibimos se produjeron todos en un área concreta de esa ciudad costera.

 

UNA ENTRE VARIAS CONVERSACIONES QUE JAMÁS OLVIDARÉ (SOBRE EL PLAN PREMEDITADO EXTERMINACIONISTA DESDE EL INICIO -2010)

Nos han sido transmitidas experiencias por parte de víctimas alawíes y cristianas de los asesinos integristas sectarios y de los mercenarios ya desde 2010, es decir, desde el inicio de la falsedad de “movilización popular pura y desviada o traicionada a posteriori” (aludida así por el trotskismo, por la socialdemocracia y sus ONGs, y, en general, por “occidente”). Las familias cuentan cómo comandos procedentes del exterior (externos a la región) tenían identificada la religión de ciertas casas y de sus pobladores. Se encarnizaron de manera especialmente ruin con las familias numerosas. Otro dato relativo a la premeditación de dichas incursiones, es que fueron directamente a asesinar a los niños pequeños y a los jóvenes en edad -o pronta edad- de defender Siria.

Tamer Sarkis Fernández

En Granollers, enero de 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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