Al-Hakam Morilla Rodríguez •  Opinión •  23/01/2018

450 años del Levantamiento Morisco: ¿congreso para la paz?

«En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca». Napoleón
 
Desde mediados de noviembre pasado hermosos cantos de sirena (‘Recordar la guerra, construir la paz’ titulan ahora a su tinglado propagandístico) nos llegan desde la UGR, Universidad de Granada, regida por Pilar Aranda – vinculada en su trayectoria profesional al PSOE en cargos directivos -, de la mano de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra, con mayoría de sus responsables legales adscritos al susodicho partido. 
 
Anunciaron un congreso internacional a un año vista, para la segunda mitad de noviembre del presente, al que se ha sumado la Junta de Andalucía y las Diputaciones pepera de Almería y sociata de Granada. No hay motivo para fingir en Andalucía una oposición que no mantienen en el resto del Estado, donde el exantisusanista ‘Noesnoperosí’ Sánchez ahora hace carrera de mayordomo de Moncloa, habiéndole prestado uno de sus diputados canarios para aprobar al exjefe de Bárcenas en sus presupuestos de la indigencia, y aullando a diario por los media junto con su camarada de pactos Falangito Rivera para que el Estado de Excepción del 155 prosiga sine die. Un rodillo propio de su presunta ‘democracia’, esa tan ‘orgánica’…
 
Podría pensarse por el nativo y familiar origen maño de la rectora de la UGR (Universidad de Granada) una mayor sensibilidad por nuestra historia. Tengamos presente que ¡un tercio! de la población aragonesa fue condenada a una masiva deportación religioso-racista a principios del S. XVII, genocidio sin parangón alguno en el mundo hasta el de los nazis con los judíos no sionistas de Europa en el S. XX. No nos dejemos tramar por fuegos de artificio espurios. Igual que pocas cosas hay más dañinas que el odio homicida de algún gallego ejerciendo de machaca del eclesiástico-imperialismo, tampoco hay nada más traidor que servir a los mismos fines siendo de una noble y hermosa tierra, a pesar suyo, la del maquiavélico y promiscuo matarife aragonés Fernando ‘el católico’.
 
El 450 aniversario de la mal denominada ‘guerra de la Alpujarra’ – con objeto de minusvalorar su extensión como un simple levantamiento focalizado – no hace justicia a la realidad. El imperialismo de Felipe II pensaba que iba a darse un simple paseo militar tras el heroico Levantamiento por la Liberación andalusí del 25D de 1568, pero por vez primera los tercios, hasta entonces imbatidos en el campo de batalla, mordieron el polvo mediante tácticas de guerrilla desde el sur de la malagueña Serranía de Ronda hasta las montañas de Almería y Murcia, necesitando tres años para ‘vencer’ – jamás convencer – a los andalusíes (los Países Bajos tomarían buena nota de los errores estratégicos de nuestros antepasados moriscos, y en la Guerra de los Ochenta Años no cejaron hasta extirpar por completo al españolismo clerical-imperialista de su nuevo y pujante Estado de los Canales, una vez libre de aquellas engoladas sanguijuelas papistas, vendidas al teocrático estadúnculo romano).
 
Entendemos que los tres años del Aniversario de este Genocidio vayan a coincidir con las elecciones europeas, municipales, autonómicas y generales, y al centralismo rojipardo, al que se le llena la boca de ‘memoria histórica’ a la carta, no pueda soslayar ésta, como si hizo en otros precedentes vergonzosos. Recordemos la conmemoración patética del 800 Aniversario del fallecimiento de Averroes ¡y en su misma Córdoba natal! Se limitaron de mala gana, como pretenden hacer ahora, a hacer el paripé de unas cuantas conferencias para especialistas y alguna que otra minucia más. ¡Qué poca gratitud con el obliterado maestro andalusí de Tomas de Aquino! Por el contrario, el único rival oriental intelectual del genio cordobés sin precedentes desde Aristóteles,  el gran Avicena, en su efemérides natalicia en 1980 la prolongaron orgullosos  ¡durante diez años! turcos, árabes y persas, disputándose su significación universal con toda clase de homenajes.
 
No pidamos peras al olmo, conocemos ya de sobra la altura de miras del nacional-catolicismo, por eso no nos debe extrañar que el Reino Unido, Holanda, Francia y hasta Estado Unidos posean enclaves coloniales en Latinoamérica, y no hayan por allá concedido el menor poder político ni aun testimonial a los peninsulares ibéricos, pese a haber permanecido allí cuatro siglos y tener una lengua común desde Tierra de Fuego a California. Debéis entended a nuestros hermanos de allende el Charco, la bipolar indefinición de no conocer si nos saquea con impunidad una monarquía o un teocrático Jefe de Estado junto al Tíber no se hizo al gusto de todos.
 
Basta abrir la web confeccionada para publicitar el teatrillo españolista del congreso ‘450 Rebelión de las Alpujarras (1568-2018)’. Allí nos damos cuenta que continúan con la misma ‘damnatio memoriae’ o criminal negacionismo del Legado vivo andalusí, por parte del aparato docente y político centralista en la Colonia-‘sur’. Se refieren al exterminio y esclavización de los moriscos como ¡’medida quirúrgica de la Corona’! Cínicos eufemismos fascistoides para describir lo que supuso la aniquilación de la Herencia milenaria de una de las más singulares civilizaciones que hayan existido, en todo el planeta.
 
Comprendemos que resulte difícil aclararles a un número creciente de generaciones de musulmanes – en su mayoría de origen inmigrante -, el motivo de que en las ciudades de los Reales Alcázares de Sevilla y la colosal Alcazaba de Almería no existen ni siquiera mezquitas de nueva planta. O que no se explique la causa de que el árabe culto, hablado por innumerables sabios y poetas de Al-Andalus de alcance universal,  no es idioma optativo en colegios e institutos. Al contrario, pisoteando su propia ‘constitución’ (Art. 16), la ‘asignatura’ de religión católica la tenemos que sufragar los contribuyentes agnósticos, ateos, indiferentes o de otras confesiones, cuando somos la gran mayoría de la población. Por si no fuese suficiente, además el aprendizaje de los dogmas medievales católicos cuenta para subir la nota media, cual ‘maría’, razón por la que muchos se apuntan a supercherías teológicas.
 
Adoptan por si fuera poco, para marcar la pauta a los domesticados expertos que traigan a su propagandístico congreso, la discutible tesis del ‘despoblamiento’ tras aquella guerra que supuestamente provocaría que no haya más que castellanos ‘viejos’ – mas no ‘eternos’, que diría Cervantes con fina ironía – en los términos del antiguo reino de Granada y por extensión en los de Al-Andalus. Cómo subsisten tantos arabismos – a despecho de los esfuerzos aculturizadores de los carcas de la ‘limpia, fija y da esplendor’ – y la fonética específicos en el Idioma Andalú (mal llamado ‘castellano’ o ‘español’), junto con la gastronomía, el folclore, usos y costumbres andalusíes ¡hasta nuestros días!, y por qué la Inquisición (ahora llamada ‘congregación para la doctrina de la fe’) sigue vigente hoy, no conseguirá ser dilucidado por las peregrinas teorías interesadas de las falaces ‘repoblaciones’ exageradas, solapando a los que retornaron con nombres cambiados. 
 
No nos vengáis con anacrónicas monsergas de moros y cristianos, de cruzaditas o guerritas santas. La Pragmática Sanción de 1567 prohibiendo milenarias tradiciones para ‘blanquear ‘ a la población, y sembrar cizaña, no puede camuflar la verdadera causa de aquel conflicto largo tiempo silenciado… que vuestra usura e incompetencia para el comercio nos condenaba a la miseria al ceder al pútrido y belicoso imperio de los Austrias el monopolio de los beneficios de la sericultura, con el fin de sufragar sus despilfarros e incesantes guerras. Vamos a tratar de llevarnos bien, lacayos rojigualdos de la sotana ‘limpios de sangre’, a pesar de vuestras rancias fabulaciones andalusófobas de matriz ensotanada. No porque nos preocupe que nos reduzcáis como siempre, a ‘izquierda’ y derecha, al ostracismo o a la invisibilización. Ya estamos más que acostumbrados a vuestros procedimientos de lobos parajesuíticos camuflados con piel de oveja. Sobre todo debería no resultaros indiferente por vosotros mismos, porque en 1492 y 1568 perdimos todos.
 
Los británicos llegaron a jugar al fútbol con cabezas de aborígenes, pero en Australia allí permanecen sus naturales tocando el diyeridú y lanzando el bumerán, con sus derechos de Pueblo nativo reconocidos. Los colonos franco-británicos en Norteamérica masacraron Naciones indias enteras, sin embargo sus descendientes aún sobreviven con plenas garantías y apoyos públicos para salvaguardar su identidad. Hitler intentó por la vía de los Campos de Concentración y las deportaciones a Palestina borrar del mapa a los hebreos contrarios al partido del converso Herzl en Europa, pero los podemos ver con su kipá y largas patillas por Bruselas, Amberes o Rotterdam. Stalin con todo el aparato de terror soviético trató de hacer una limpieza étnica de los tártaros de Crimea; no obstante una minoría de sus nietos mantiene su Legado vivo en esa Península del Mar Negro (por mucho que algún impresentable clerical-‘andalucista’ se deje querer por los tentáculos del zar Putin y simule no distinguirles). 
 
Incluso la elitista alta burguesía catalana, tan racista como puede llegar a ser,  llegó a tener disecado a un jefe bosquimano en Bañolas (Girona), exhibiéndole en un museo hasta el año dos mil; pero raro será pasearse por cualquier lugar de Catalunya sin encontrar un negro integrado con respeto, no asimilado, en su admirable sociedad intercultural. Algo similar sucede en Bélgica, Francia, Reino Unido, Holanda y Alemania, cuyos imperios perpetraron atrocidades en toda África: no ha sido óbice para que negros y ‘moros’ ya nacionalizados dirijan empresas, bailen en discotecas, se casen en normalizado mestizaje, participen en películas, radio y televisión… 
 
¿Y vosotros, monárquico-papistas peninsulares, qué… no menos de doce a quince millones de habitantes llegaron a islamizarse en los tiempos del mayor apogeo de Al-Andalus, y no podéis presentar ni a un morisco vivo autóctono en ese congresito-propaganda vuestro?, ¿no sentís el menor pudor al minimizar sin resultado o estar colaborando con el mayor genocidio de la Historia de la Humanidad ( ver http://lagacetadealmeria.es/triple-genocidio-andalusi/ ).

No engañan a nadie, mantengámonos en la máxima alerta. Aunque a caraperro ¡450 años después! pretendan en vano aparentar ‘construir la paz’. Su artera pax contra los vencidos, la ‘paz’ de los cementerios, de la humillación, del expolio, de la desculturación y del olvido.
 
* Al-Hakam Morilla Rodríguez, Coordinador de Liberación Andaluza. Cuenta de twitter bloqueada por la censura: @lascultura . Nueva: @liberacionan

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