Arthur González •  Opinión •  29/03/2018

Una vez más agreden a Cuba

El 22 de marzo de 2018, Cuba fue nuevamente agredida por las mentiras fabricadas por el Gobierno de Estados Unidos y repetidas por muchas de las Organizaciones y Fundaciones diseñadas para reproducirlas, y atacar a países que tienen gobiernos no aceptables para la Casa Blanca.

La autora del ataque fue la Fundación Bertelsmann de Alemania, al dar a conocer el llamado Índice de Transformación, (BTI), con el que intentan “demostrar” los países que tiene más o menos democracia en el mundo.

Para esa Fundación, al servicio de los intereses yanquis, los países con “menos” democracia son precisamente aquellos que Estados Unidos no acepta sus programas sociales y proyección política, económica y social a favor del pueblo, como son Cuba, Venezuela, Corea del Norte y Siria, considerados como los “peores del mundo” en materia de democracia.

Le siguen en orden, los calificados como “democracias altamente deficientes”, entre estos Ecuador, Honduras y Guatemala, mientras Brasil, El Salvador, Panamá, Bolivia, República Dominicana, Colombia, Perú, Paraguay y México son considerados solo como “democracias deficientes”.

Es tal la obsesión contra la Revolución socialista cubana, que sitúan a la Isla como el “peor” país en materia de democracia en América Latina, algo muy difícil de creer por los ciudadanos de otras naciones que ven morir asesinados a sus hijos con total impunidad y funcionarios gubernamentales enriquecidos de forma corrupta por el robo y el peculado, algo que no se conoce en Cuba desde 1959.

Antes del triunfo revolucionario en Cuba, en el mundo nadie hablaba de derechos humanos, democracia, elecciones libres, libertad de expresión y otras calificaciones mal traídas.

A Venezuela, la mencionada Fundación alemana, la califica como “país inmerso en una dinámica de radicalización en la primavera de 2017, donde se agravó de forma dramática la situación de los derechos humanos”; sin embargo no acusa a Estados Unidos por ser responsable del desarrollo de una implacable guerra económica, que intenta provocar el descontento popular y además, financiar grupos de oposición para la ejecución de actos terroristas, incluido el asesinato de personas simpatizantes con el chavismo y la agresión a instituciones gubernamentales.

En Cuba no existe el asesinato de periodistas ni de “disidentes” al servicio de Estados Unidos, lo que ocurre diariamente en México, Honduras, Guatemala y Colombia, situación no denunciada ni tampoco sancionada por la Casa Blanca, ni sus aliados europeos.

La Fundación Bertelsmann ignora que anualmente mueren 6 millones de niños por enfermedades prevenibles y curables, pero ninguno es cubano, porque gracias a la Revolución socialista que tanto desprecian, toda su población recibe servicios de salud gratuitos, incluidas las operaciones de trasplantes de órganos, algo que ni Estados Unidos realiza.

Todos los niños cubanos están cubiertos con 11 vacunas que los protegen de 13 enfermedades, muy diferente a los 29 millones de infantes que en el mundo no las reciben.

Hoy más de 300 millones de niños sufren explotación y se ven obligados a trabajar desde los primeros años de vida, sin poder asistir a las escuelas, pero ninguno es cubano, porque gracias al socialismo la educación es totalmente gratuita hasta los niveles superiores de enseñanza y obligatoria hasta 9 grado.

Eso sí es democracia, aunque el imperio trate de ocultarlo y querer medir parámetros muy alejados de la realidad en que viven, bajo el sistema capitalista, millones de seres humanos.

La Fundación alemana no habla una sola palabra de los más de mil 200 millones de personas que sobreviven con menos de un dólar al día, uno de cada 5 en todo el mundo, y que no les permite acceder a una alimentación adecuada. Tampoco evalúa en su “Índice de Transformación”, que más de dos mil 400 millones de personas no disponen de acceso al saneamiento básico y unos 970 millones no alcanzan fuentes de agua potable, situación desaparecida del panorama cubano después del 1ro de enero de 1959.

Estados Unidos en su afán por recuperar su neo colonia cubana, ha desplegado innumerables planes de terrorismo, intento de asesinato a sus líderes principales, envió una invasión mercenaria a Cuba financiada y entrenada por la CIA, la que fue derrotada por el pueblo, introdujo en la Isla virus y gérmenes patógenos para enfermar y matar al pueblo, su flora y la fauna, acciones reconocidas por los agentes de la CIA.

Cada año el Departamento de Estado entrega fondos millonarios a diferentes Organizaciones y Fundaciones, diseñadas para sus campañas anti cubanas y anti venezolanas, al ser tratados ambos países bajo un mismo Directorado de la CIA, con la ilusión de derrocar sus gobiernos de un solo golpe.

El sistema político de Cuba es autóctono, sustentado en la voluntad del pueblo, como resultado de las tradiciones patrióticas de lucha por la independencia y la soberanía, que en 1959 erradicó los modelos basados en la explotación del hombre, la discriminación racial y de sexo, algo que demuestra su verdadera democracia.

En el año 2002 se realizó un referéndum y el 99,25% de los electores cubanos, en libre y participativo ejercicio democrático, ratificaron la Constitución y aprobaron la inclusión del precepto que patentiza la voluntad ciudadana de declarar irrevocables el carácter socialista de la Revolución y el sistema político y social escogido por el pueblo.

Eso no es aceptado por Estados Unidos y de ahí sus campañas mediáticas para confundir y engañar, pero como expresó José Martí:

“No es tan fácil a los norteamericanos convencernos de la bondad de su sistema democrático electivo”

 *Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.

Fuente: MartianosHermesCubainformación


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