Manuel E. Yepe •  Opinión •  31/03/2018

Probados rapaces anidan en la Casa Blanca

Donald Trump parece haber completado su equipo de halcones “todos estrellas” que reafirme la dureza de su poder al frente de la única gran potencia del planeta.

John Bulton, detractor de Naciones Unidas y propugnador de la guerra contra Irak, Irán, Corea del Norte, Cuba y Venezuela, será, a partir del 9 de abril, EL Consejero de Seguridad Nacional. Siendo subsecretario de Estado para el control de armas, Bolton fue portavoz de la justificación de Bush para invadir a Irak aludiendo la supuesta y falsa posesión por su Presidente, Sadam Huseín, de armas químicas y biológicas que nunca aparecieron, ni existieron.

Mike Pompeo, a quien Trump presentó como el miembro más leal de su gabinete, ha sido designado jefe de la diplomacia en Washington, es seguidor de la filosofía ultraconservadora del Tea Party. Su carrera política ha sido financiada por los reaccionarios hermanos Charles y David Koch, uno de los grupos de poder de la extrema derecha más influyentes de Estados Unidos.

Con el favor de los hermanos Koch, en 2010 Pompeo fue electo Representante a la Cámara hasta que Trump lo nombró director de la CIA. En el desempeño de ese cargo provocó temores de un retorno a la práctica de los asesinatos de líderes extranjeros cuando invocó el posible asesinato del líder comunista norcoreano Kim Jong-un. Pompeo se ha mostrado partidario de un “cambio de régimen” en Corea del Norte y de sabotear los acuerdos nucleares con Irán.

La pareja Bolton-Pompeo, contará con el concurso de Nikki Haley, embajadora en la ONU, siempre recordada por su despótica amenaza de tomar represalias contra países cuyos representantes diplomáticos votaran contra la decisión de Washington de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.

Común a todos los recién nombrados dirigentes diplomáticos de Trump es su postura injerencista y “monroista” respecto a la América Latina y su afinidad con el senador republicano Marco Rubio, una controvertida figura que destaca por su agresiva posición respecto a Cuba, país que jamás ha visitado, por lo que los medios lo definen por como cubanoamericano oportunista.

En días recientes, la Embajadora Nikki Halley convocó a un encuentro en la Universidad Internacional de la Florida con los congresistas anticubanos Ileana Ros-Lehtinen, Marco Rubio, Carlos Curbelo y Mario Díaz-Balart para debatir sobre “cómo se puede fortalecer la democracia en América Latina y especialmente en Venezuela y Cuba” aunque, según dio a conocer el senador Marco Rubio, también se trataron temas acerca del estado actual de negocios estadounidenses en la región latinoamericana.

Rubio ha mostrado su regocijo por el nombramiento del nuevo Consejero de la Casa Blanca: “Conozco bien a John Bolton, es una excelente elección y va hacer un gran trabajo como asesor de seguridad nacional”, escribió Rubio en su cuenta de Twitter.

Retribuyendo los favores que Trump aparentemente le debe, el senador Rubio ha incrementado su ascendiente en la actual política exterior estadounidense al ser nombrado Embajador de Estados Unidos en la OEA el ex representante en la Cámara estadual de la Florida Carlos Trujillo, una figura política incipiente, afín al senador.

Se recuerda que el flamante Secretario de Estado Pompeo ha sido uno de los principales puntos de apoyo con que ha contado Marco Rubio para armar la siniestra historia de los ataques sónicos contra funcionarios acreditados en la Embajada de Estados Unidos en La Habana. El diseño y desarrollo de este plan se atribuye por algunos observadores a planes de la CIA encaminados a entorpecer y eventualmente interrumpir el proceso de acercamiento con Cuba iniciado por la administración de Barack Obama y, al mismo tiempo, colocar al ambicioso senador Rubio bajo luminarias presidenciables que le señalen como probable candidato del partido republicano para suceder a Donald Trump en las elecciones de 2020.

Mike Pompeo, el ahora nombrarlo al frente del Departamento de Estado en sustitución de Rex Tillerson, era considerado un congresista republicano de línea dura desde antes de haberle nombrado Trump director de la CIA. Se le atribuye como mérito haber jugado un papel importante como mediador entre la agencia y su comandante en jefe, que ha no ha vacilado en comparar a los servicios de inteligencia estadounidenses con los de los Nazis.

Horas antes de anunciar Trump que se encontraría con el líder norcoreano, Pompeo fue visto en la Oficina Oval con el Presidente en ocasión de un encuentro en la Casa Blanca con una delegación surcoreana.

Anteriormente Pompeo había jugado un importante papel en la investigación acerca de los supuestos intentos rusos de influir en las elecciones estadounidense del pasado año.

*Manuel E. Yepe, periodista cubano especializado en política internacional, profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana, miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.


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