Pablo Varas •  Opinión •  18/04/2018

Chile. Frente Amplio y más de lo mismo

Finalmente el Frente Amplio que abundante tinta derramó a raudales desde su lanzamiento, no eran los enemigos claros, certeros y prístinos que dijeron ser cuando se conocía que Sebastián Piñera gobernaría Chile por cuatro años. En esta primera foto presidencial el telón cayó al suelo, mala pieza teatral frenteamplista, sin aplausos.

Nacieron en la élite y a pesar de algunas explicaciones en unos cuantos grupos con muy poca representatividad, nunca se fortalecerán ni aceptarán en su interior posiciones que sirvan, y sean fundamentales en el proceso de acumulación de fuerza y alcanzar el poder, finalmente de eso se trata todo. Hay incontables casos en diferentes periodos de la historia donde las posiciones que parecían las más correctas no llegaron a dar pasos significativos, y se convirtieron en elementos de análisis y razones para entender tal o cual periodo.

Definieron Boric/Jackson/otros su entrada a la política manifestando que en el segundo gobierno de Piñera estarían en la primera línea de la oposición para defender lo poco en derechos sociales se ha conquistado. Seremos muy duros manifestó una diputada frenteamplista con un fuerte perfil izquierdista. Condenaron todas las políticas públicas que desde 1990 se han redactado y forman parte de la raquítica institucionalidad chilena.

Fustigaron y con toda la razón a la Nueva Mayoría por la actitud obsecuente y servil con el modelo, por la debilidad para alterar el injusto y excluyente rumbo heredado de la dictadura. Hicieron públicos su apoyos  a las demandas de NO +AFP y se comprometieron a defender el agua como un derecho de todos los chilenos, en el único país donde el vital elemento está en manos de unos cuantos privilegiados porque la clase política así lo ha dictado y redactado.

En las elecciones presidenciales nunca llegaron a un acuerdo para dejar meridianamente claro su apoyo o no al candidato Guillier. Mensajes tras mensajes que llenaron titulares pero temieron de preguntar verdaderamente a la calle, a interpretar a la plaza pública, al movimiento popular que existe, a ese que miran desde la altura y que no está en su cuadro de honor.

El Frente Amplio fue a buscar votos legítimamente por todas las urgencias, como por ejemplo para cambiar la ley de pesca de Longueira/Piñera/UDI/RN y también algunos de la Nueva Mayoría. Nunca manifestaron renacionalizar el cobre ni proponer una consulta nacional para que el pueblo decida qué hacer con el Litio, o los recursos naturales, o los asuntos de frontera. Más de los mismo finalmente.

Las primeras propuestas parlamentarias frenteamplistas estaban muy alejadas de las que se escucharon durante su trabajo parlamentario/presidencial, pequeñas señales para hacer avanzar la pesada carga de propuestas legislativas que han quedado a mitad de camino abandonadas durante los gobiernos PPD/PS/PRSD/PDC/PC.

Pecaron de ingenuos los frenteamplistas, les dijeron en su propia casa. Llegan para dar oxígeno al piñerismo/populista que es un proyecto con esencia Nueva Mayoría y ahora en un ensayo empresarial donde hacer parecer que todo cambiará, cuando en realidad no se concretarán los cambios que todo un país necesita.

La derecha los saludó ufana. Los frenteamplistas estaban juntos en la misma mesa con los que defienden Punta Peuco, con el largo listado de políticos investigados por cohecho, fraude al fisco, boleta y factura falsas. Los que niegan la despenalización del aborto en tres causales. Los que insisten que la educación es un bien de consumo. Un pie en la calle y otro en el parlamento fracasó. Todos terminan  convertidos en acólitos de la SOFOFA/CPC (gremio del gran capital).

Nadie podría negar el desolado estado del SENAME. La falta de propuestas y tratamientos concretos para superar ese pobre mundo que está latente y desde muchos años en el centro de la patria. Pero nadie habla de la raíz del problema por todos conocidas, las condiciones en que viven los niños pobres, hijos de padres pobres con toda una familia de casi eterna pobreza, para ser más claros, cuando se llamaban callamperos con sus casas de fonolas, y Lo Prado era Barrancas.

El SENAME aunque existan todos los esfuerzos, toda la voluntad posible será eternamente la foto más dura del modelo neoliberal, el perfil violento de los salarios mínimos de hambre, la evidencia de país subdesarrollado aunque insistan en cifras con las cuales pretenden ocultar lo evidente. Avalados sin el menor tapujo entreguista por la CUT corrupta y antidemocrática en manos comunistas/democristianos/socialistas. Nunca en la historia del movimiento sindical chileno los trabajadores habían sido olvidados y postergados en oscura negociaciones entre dirigentes y empresarios.

Superar el SENAME es un país justo y de ecuánime repartición de la riqueza, con derechos sociales amplios y garantizados. Piñera y su proyecto es justamente todo lo contrario. Asistir a ese convite de característica medievales sin insistir en las verdaderas razones para hacer disminuir los niños en la calle, y convertidos desde la infancia en carne de presidio, muestra precariedad y falta de criterio político. Poco recorrido y desconocimiento de la derecha depredadora.

Mal inicio para el Frente Amplio, los cuatro años en el parlamento que deberán recorrer los que nacieron justamente para hacer política diferente, para distanciarse de la vieja política que ellos condenaron y enviaron al fuego eterno pero que en algún momento si la utilizaron en el caso Mayol/Jackson/distrito 10.

El Frente Amplio está en deuda. Se esperaba más desde el primer día, nada asegura que sean más de lo mismo ya conocido.


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