PCE y UJCE Aragón •  Opinión •  24/05/2018

El PCE y la UJCE de Aragón ante la escalada represiva

El PCE y la UJCE de Aragón ante la escalada represiva

«Hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa.» (Carlos Marx, Federico Engels)

En Partido Comunista de España y la Unión de Juventudes Comunistas de España en Aragón consideramos que es momento de denunciar una vez más la escalada represiva que estamos sufriendo en un contexto de aplicación intensiva de medidas políticas neoliberales: reformas laborales, de pensiones, recortes en los servicios públicos, privatización de los mismos, desmantelamiento y saqueo de derechos básicos fundamentales.

Todas estas imposiciones del poder económico, a través del régimen político que padecemos, han precarizado todavía más la vida de la mayoría trabajadora y son motivos suficientes por los que inevitablemente llamamos a la movilización, a la crítica y a la protesta. Ante ello el régimen reacciona paralelamente articulando mecanismos dirigidos a sofocar nuestro grito, a criminalizar a quienes luchamos por la justicia social, a pisotear la libertad de expresión, a vapulear el derecho a huelga y a endurecer la ya inclemente mano de hierro de una justicia implacable con las personas más vulnerables.

Desde el PCE y la UJCE en Aragón denunciamos, como siempre hemos hecho, a quienes al servicio del poder económico crean ‘mordazas’ para silenciar y criminalizar la contestación social. No es cierto que utilicen la Ley para dar respuesta a la necesidad de la mayoría, esta les importa poco, ya que la verdadera violencia es este sistema del hambre y de la desigualdad: el capitalismo. Acusamos a quienes sostienen este Régimen del 78 y este sistema económico cruel de imponernos resignación, paro, pobreza, ignorancia, frío, largas listas de espera y desguazarnos el planeta; de censurar escudriñando tweets, versos, obras de teatro, canciones, eventos populares que no se atienen a su ortodoxia y juegan a despistarnos mientras, de paso, silencian la desvergüenza de su impune corrupción y de las élites a las que sirven.

El próximo lunes 28 de mayo dos personas empleadas en el Bar Sunset Boulevard que decidieron luchar por un trabajo digno y dos personas de las varias que se solidarizaron con su lucha serán juzgadas en Huesca. Se les acusa de delitos de amenazas, injurias, calumnias, coacciones y desórdenes públicos. La acusación particular pide 6 años de cárcel para cada una de estas cuatro personas y 35.000 euros de indemnización por los perjuicios morales y económicos causados, de los cuales el sindicato CNT aparece como responsable civil subsidiario. Por su parte el Ministerio Fiscal pide 2 años de prisión para cada una de ellas.

La cadena de hechos nos es, lamentablemente, demasiado conocida: la plantilla decide formar una sección sindical, en este caso de CNT, con el fin de organizarse, luchar por sus derechos y por un trabajo digno y en pocos días una es sometida a un despido disciplinario y el otro a un despido encubierto, no renovándole el contrato. De forma paralela a la vía jurídica que siguió el conflicto, se llevaron a cabo piquetes, mesas informativas y reparto de folletos sobre el caso. Es a lo largo del desarrollo de estas acciones cuando se producen las identificaciones, acusaciones, la represión, en definitiva, de quienes una vez más combaten la injusticia.

Desde el PCE y la UJCE en Aragón consideramos que el caso de “lxs tres del Sunset y una que pasaba por allí” forma parte del lamentable, extenso y cada vez más virulento historial de represión y criminalización del Estado a lo largo de estos años de crisis económica y de régimen. Alfon, Andrés Bódalo, los titiriteros, Cassandra, Pablo Hasel, Valtonyc, Guillermo Toledo, los y las más de 300 sindicalistas que en 2015 estaban procesados por organizar huelgas y piquetes, las identificaciones, denuncias y detenciones a feministas en el 8M, los 10 de Zaragoza, los 8 de Yesa conforman, junto a otros y otras muchas, y constituyen todas ellas ejemplos dignos de lucha por las libertades y derechos fundamentales. El régimen monárquico bipartidista tiene claro que necesita las calles y plazas en silencio para que todo siga igual.

La militancia comunista va a seguir participando, solidarizándose y apoyando toda lucha que busca construir una realidad socialmente justa para todas las personas, porque otro mundo no solo es posible, sino urgentemente necesario.


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