Rómulo Pardo Silva •  Opinión •  13/07/2018

Las democracias reales son oligarquías

En qué país democrático el gobierno no representa los intereses de una élite adinerada. En muy pocos.

“La situación actual es de descontento social, con tres de cada cuatro ciudadanos de América Latina con poca o ninguna confianza en sus gobiernos. Y un 80 % cree que la corrupción está extendida en las instituciones públicas”, precisa un estudio realizado por la Corporación Andina de Fomento-banco de desarrollo de América Latina (CAF).HispanTv

Casi la mitad de los niños y niñas de la Argentina vive por debajo de la línea de pobreza. Las cifras contrastan con las ofrecidas recientemente por el Instituto Nacional de Estadísticas (Indec), que mencionaba una “presunta disminución” de los índices de pobreza. El Ciudadano

Si ese 80% de ciudadanos y los padres de ese 50% de niños tuvieran el poder habrían cambiado esa realidad. No lo tienen.

Un artículo de Miguel Angel García Alzugaray muestra hechos de una investigación:

“El estudio realizado por investigadores de Princeton y Northwestern analizó extensivamente información de políticas públicas aprobadas desde 1981 para determinar el estado del sistema estadounidense. Estas leyes implementadas fueron comparadas con las preferencias de los estadounidenses promedio, las preferencias de los más ricos y las preferencias u opiniones de grupos con intereses especiales. Los resultados muestran que la política estadounidense sirve los intereses del grupo afluente o de la élite económica que despliega una poderosa influencia a través del cabildeo…

“Los investigadores concluyen que: “El punto central que emerge de nuestra investigación es que las élites económicas y los grupos organizados que representan los intereses de las corporaciones tienen un sustancial impacto independiente en la política del gobierno de Estados Unidos, mientras que los grupos masivos y los ciudadanos promedio tienen poca o nula influencia independiente”. Aún cuando estos grupos manifiestan su desacuerdo con la política pública, rara vez ven reflejados sus intereses en cambios puntuales. Otro estudio reciente muestra cómo las protestas y las manifestaciones públicas tienen también poca o nula efectividad para lograr los cambios de la política pública.

Este axioma, también es válido para la Corte Suprema de los Estados Unidos, el máximo órgano judicial…”.

No es que no existan muchas democracias en el planeta, es que son eso, oligarquías directas o por medio de sectores medios acomodados útiles. Porque si una minoría es dueña de las industrias, la tierra, los bancos, los medios, las divisas, los empleos… no puede ser de otro modo.

Por un Movimiento para una nueva civilización solidaria de socialismo sustentable.

No conservadurismo progresista a la izquierda

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