Manuel E. Yepe •  Opinión •  13/07/2018

México vuelve a su lugar en la vanguardia

¡México y Latinoamérica están de fiesta! ¡México eligió un Presidente a la altura de su papel en la historia!

Una amplia victoria electoral, arrolladora e inobjetable, convirtió a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el próximo Presidente de los Estados Unidos de México. Su candidatura fue presentada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido fundado por él y el de más reciente registro nacional, formando la alianza Juntos Haremos Historia con los partidos del Trabajo y del Encuentro Social. Su prestigio descansa principalmente en su honestidad y su lema electoral, ya hecho realidad, es “la esperanza de México”.

La victoria popular de AMLO en la patria del cura Hidalgo, Benito Juárez, Emiliano Zapata, Pancho Villa y Lázaro Cárdenas constituye un hito en la historia política de América Latina y el Caribe e inclina significativamente la balanza de poder a favor de las luchas populares, la unidad de América Latina y el apoyo a los gobiernos progresistas contra el neoliberalismo.

El ascenso de un gobierno popular cuya política exterior presagia una lucha constante en defensa de la soberanía, la independencia, la no intervención y la solución pacífica de los conflictos articula con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz acordada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en su II Cumbre de La Habana, instrumento vital para la defensa de la paz en la región.

La inseguridad y la violencia; las desigualdades sociales y la pobreza, todo unido a la corrupción galopante y la tensa relación con Estados Unidos, cuyo presidente ha amenazado con construir un muro en la frontera con México para aislarse del mundo y hacerlo por cuenta del erario mexicano, son algunos de los retos más urgentes y arduos que deberá enfrentar AMLO al asumir la presidencia de México el primero de diciembre, tras una transición que será de cinco meses. En lo que respecta a las relaciones de México y Latinoamérica en general con el vecino del norte, siempre resuena el proverbio “¡Pobre México!, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos!” y ahora se recuerda el profético estudio publicado por AMLO en abril de 2017 en Le Monde Diplomatique, acerca de la estrategia que llevaría a Donald Trump a la presidencia en Estados Unidos y la situación que se crearía para México bajo su presidencia:

“Hace alrededor de dos años el futuro presidente (Trump) y sus asesores comenzaron a estudiar de manera sistemática el ánimo de los estadounidenses. Entre los sentimientos más frecuentes encontraron la decepción, la irritación, la ira, la tristeza y la desesperación. Bastaba aprovechar este humor general, convertirse en su portavoz y avanzar en su interpretación con la esperanza de impregnar a toda la sociedad.

“Mucho antes de la asunción de Trump, era evidente que su campaña antimexicana no se originaba en un análisis económico de su país, sino que obedecía (y obedece) al interés político de sacar provecho del sentimiento nacionalista estadounidense”.

El flamante presidente electo de México promete cortar el “copete de los privilegios”, terminar con la “mafia del poder”, acabar con la corrupción mediante el ejemplo y dar prioridad a los pobres. Este hijo de comerciantes, nacido el 13 de noviembre del 1953 en Tepetitán, estado de Tabasco, y conocido como AMLO por sus iniciales, encarna para muchos mexicanos el anhelo de cambio.

Es un líder de masas que transmite seguridad y confianza en su discurso. A un solo llamado suyo, decenas de miles de personas llenan las plazas públicas.

Desde el punto de vista ideológico no es fácil encasillarlo, pero generalmente la prensa y la gente lo conceptúan como un político de izquierda o como un político honesto.

En lo económico apuesta por el mercado interno, fijar precios de garantía para el campo y revisar la apertura al capital privado del sector del petróleo.

En lo social AMLO busca reducir las desigualdades pero evita pronunciarse en temas que entrarían en una agenda tradicional de izquierda, como el aborto y los matrimonios homosexuales.

Después de haber perdido en las elecciones del 2006 y el 2012, en la actual campaña moderó su discurso para atraer a sectores que antes desconfiaban de su prédica progresista pero nunca se deslizó más allá de su identificación con los humildes.

De hecho, propone un cambio comparable con las grandes transformaciones de la historia como la Revolución Mexicana del 1910, forma parte del sistema político.

Ha declarado que se inspira en los padres de la patria, que dejaron lecciones para luchar por la justicia, por la democracia, por la soberanía nacional.

*Manuel E. Yepe, periodista cubano especializado en política internacional, profesor asociado del Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa de La Habana, miembro del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz.

Fuente: MartianosHermesCubainformación


Opinión /