Hedelberto López Blanch •  Opinión •  24/07/2018

Turquía, una potencia estratégica

La milenaria Turquía tiene una enorme importancia estratégica, tanto política como económica para toda la región del Asia central, Europa oriental y occidental, Medio Oriente y el Mediterráneo.

Su localización le permite que por el suelo turco atraviesen o pasen oleoductos, barcos petroleros y líneas de gas provenientes del Asia central y del Cáucaso que abastecen las cocinas y la calefacción de los apartamentos de Europa central y occidental.

Además, las grandes firmas de comercio energético occidentales, rusas y chinas deben contar con Ankara para efectuar ese negocio de comercialización y refinamiento sin altercados que desestabilicen los mercados de las materias primas o de los productos de valor agregado.

Como un país central en medio de otras naciones en conflictos, en la actualidad 3,5 millones de sirios y 500 000 afganos, iraquíes, palestinos, han encontrado refugio en su territorio que le representan una fuerte carga económica y política.

Turquía, con una superficie de 785 350 Kilómetros cuadrados y una población de alrededor de 81 millones de personas, aparece en el lugar 18 en el mundo por su Producto Interno Bruto que según el FMI alcanza 909 850 millones de dólares.

En años recientes, el país sufrió ataques terroristas y un frustrado golpe de Estado contra su presidente Recep Tayyip Erdogan que junto a otras acciones en los mercados internacionales, la inflación y el desempleo, motivaron la depreciación de la lira, su moneda oficial, la que se ha ido recuperando en los últimos meses tras las medidas adoptadas por el gobierno.

El país se sustenta en tres sectores fundamentales: los servicios, la industria y la agricultura, y se le considera como una economía emergente. En 2017 el PIB creció un 7,4 %, encabezado por la industria 8,8 %; la construcción 6,9 %; agrícola 4,6 %; los servicios relacionados con el comercio, el transporte, alojamiento y alimentación alcanzaron 10 %.

Esta importante nación euro-asiática también se ha ido acercando a países de América Latina y el Caribe y con tal motivo, conversé con la embajadora de Turquía en Cuba, Berris Ekenci quien desde que presentó sus cartas credenciales, ha desarrollado una destacada actividad para incrementar los intercambios con la Isla.

Para Ekenci, las relaciones diplomáticas entre ambas naciones están en un nivel excelente y el pasado año celebraron el 65 aniversario de su establecimiento. Asimismo, en 2015 realizó una visita oficial a Cuba el presidente Erdogan mientras en 2017 el canciller Bruno Rodríguez estuvo en Ankara las cuales han dado nuevos impulsos a esos contactos.

Asegura la diplomática que desde hace un año se han incrementado los arribos de empresarios turcos a la Isla pues existe un marcado interés por invertir en los sectores de la salud, turismo, agricultura, infraestructura y transporte.

Asimismo, ambos gobiernos laboran por aumentar el intercambio comercial que solo alcanzan los 40 millones de dólares anuales lo cual no esta de acorde con el alto nivel de las relaciones diplomáticas y políticas.

Una amplia delegación cubana, presidida por la viceministra de Comercio Exterior, Ileana Núñez Mordache viajó a Estambul donde se reunió con representantes de las empresas privadas y posteriormente fue a Ankara para sostener intercambios con el viceministro de Economía, así como la agencia turca Desarrollo y Cooperación y con el sector del Tesoro.

La inauguración de la línea Turkish Airlines a principios del pasado año, con tres vuelos semanales, ha incrementado la llegada de empresarios, no solo de ese país, sino de otros de la región con el objetivo de conocer las posibilidades de negocios que se han abierto en la Isla debido a las nuevas leyes para la inversión extranjera.

De los 2 000 turistas turcos que visitaban Cuba en años anteriores, la cifra cerró en 2017 con 19 000 visitantes que se irán incrementando en el futuro. Por las facilidades ofrecidas por los vuelos de la Turkish Airlines y el apoyo del gobierno cubano, se pudo efectuar un Foro empresarial en La Habana con la participación de 40 representantes de empresas de mi país, argumentó la diplomática.

Explicó que actualmente la mayoría de los intercambios entre ambas naciones se realizan por medio de terceros, fundamentalmente por la lejanía geográfica y por las medidas de bloqueo financiero que mantiene Estados Unidos contra la Isla pero se esta buscando la forma de realizarlos directamente.

A los empresarios que arriban a la Isla, dijo, les expreso que aunque es difícil realizar comercio con esas dificultades, siempre hay soluciones como lo han hecho compañías italianas, francesas, españolas, chinas, rusas, y que la decisión final es de ellos.

Resulta otro asunto importante que Cuba haya decidido entregar a la compañía turca Global Port la administración del puerto de cruceros de La Habana lo que abre un amplio futuro para el incremento del turismo hacia la Isla.

La Zona Especial de Desarrollo Mariel es también un punto de interés para inversores de mi país que han conocido de forma directa los beneficios que representan para sus negocios en toda la zona de América Latina y el Caribe.

Por último, la embajadora Berris Ekenci significó que después de un período con pocas relaciones de negocios, en ambas partes existe la voluntad de ampliarlas y están afianzando mecanismos para incrementarlas.

*Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.

 MartianosHermesCubainformación


Opinión /