Alvaeno •  Opinión •  13/09/2018

Políticos y masters falsos: cortinas de humo

Puesto que los hechos ya no les importan,
he empezado a sentir miedo.

Nicolás Meleni.

Arden las redes sociales con este tema: los masters de nuestros políticos que han sido obtenidos de un modo fraudulento en esa “prestigiosa” universidad que lleva el nombre de nuestro emérito rey corrupto.

Todos, o casi todos, comparten titulares en los que se denuncian estas “prevaricaciones”, arden las redes ante esta injusticia, qué sinvergüenzas los unos y los otros por meterse hasta el cuello en la mierda. Sí, todo está mal hecho, se hacen favores los unos a los otros, eso sí, los de arriba, porque para los de abajo los favores son la patada en el culo, eso sí, de las fuerzas del orden pagadas por todos y a la orden de los que nunca pagan, los de arriba, los de abajo cada vez están más abajo, tanto que parecen haber comenzado a escavar en las catacumbas del subsuelo buscando raíces, o trufas como cerdos bien amaestrados, ese subsuelo que fue rellenado con cadáveres, cientos, miles, o millones, la historia de la humanidad está escrita con sangre derramada siempre por los de abajo, no, la de los arriba, la sangre, se mantiene a bien recaudo protegida por sus espectaculares ejércitos que velan, eso sí, por la seguridad del pueblo, por la defensa de las fronteras de las patrias, de las banderas, de los infelices ciudadanos sumidos todos en la cuestión de cómo llegar a fin de mes, mientras la prensa oficial, “sensacionalista”, “amarilla” airea que el ministro tal, o la ministra cual, o el político tal, o fulano, o mengano o zutano han conseguido sus títulos universitarios de un modo no lícito, mientras tras la cortina de humo siguen desapareciendo millones de euros del erario público.
Pues todos a la cárcel por cometer delitos, el primero el emérito rey, que por su condición de intocable, hace, deshace y roba lo que le da la gana. Mientras ellos roban a mansalva y ya sin escrúpulo alguno y además no les importan los hechos, como dice el escritor Nicolás Meleni, del que he usado la frase que encabeza este artículo, hay que comenzar a sentir miedo.

Miedo, sí, de eso se trata, de imponer la política del miedo al pueblo, doblegarlo con el discurso del miedo, encarcelar a todos aquellos que no estén de acuerdo con el sistema y además lo expresen libremente, sí, encarcelan a cantantes, a raperos, a poetas, a músicos, por sus letras, sí, no miremos para otro lado, que no nos despisten sus cortinas de humo, sus masters obtenidos fraudulentamente, que no nos entretengan, que dimitan, que vayan a la cárcel, que devuelvan lo robado, que se les inhabilite de sus cargos y se les condene a no volver a ejercer ni como políticos ni como gobernantes, ni como nada, pero eso se haría en un país verdaderamente democrático, país que por desgracia solo puede existir en algún cuento, en alguna novela o lo que es lo mismo, en la ficción literaria, un país que podríamos llamar “el país de nunca jamás”, pero eso son, por supuesto, falacias, utopía irrealizables, porque visto lo visto y analizado lo analizado, lo peor puede que esté por venir sobre todo, repito la frase de Meleni, “cuando no les importan los hechos, he empezado a tener miedo”, porque cuando la bestia se desata, y ya parece que está desatada, se relame y afila sus garras para devorarnos a todos.

SALV-A-E los que van a morir te saludan.


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