Fernán Medrano •  Opinión •  14/12/2018

La contrarrevolución está siendo tuiteada

 
Dice Evgeny Morozov que la revolución no será tuiteada; pero se le olvidó explicarnos si la contrarrevolución sería tuiteada, o no.
 
Un ejército de bots y trolls goebbelianos, por ejemplo, han desempeñado un papel protagónico en la difusión de fake news (falsas noticias) para enlodar la honra y el buen nombre de nuestros compañeros Lula da Silva, Dilma Rousseff y Fernando Haddad, principalmente.
 
Ése es el modus operandi trazado por los golpistas duros y blandos para la imposición de gobiernos neofascistas y/o para imposibilitar la llegada y la implementación del programa político de los gobiernos progresistas, y de todo aquél que guarde algún compromiso con las mayorías pisoteadas.
 
Asi fue como actuaron para que Jair Bolsonaro arribara a la Presidencia de Brasil. Le hallaron el camino a Bolsonaro, poniendo a Lula en la cárcel sin que se detuvieran demasiado en el principio de inocencia ni en el debido proceso del expresidente brasileño.
 
No es una profecía, pero cabe pensar que ellos continuarán exportando su estrategia a todos los países de Latinoamérica, puesto que les ha funcionado en el gigante sudamericano. Por eso es menester que nos mantengamos alerta y tomar medidas efectivas al respecto; no se debe descartar la posibilidad de que el libreto aplicado contra Fernando Lugo, Lula y Dilma, también será aplicado con ligeras diferencias contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México, verbigracia.
 
Ya todos hemos podido ver el polvorín tóxico que intentaron levantar los medios dominantes de México y de América Latina por la invitación que le hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, para que asistiera al acto de posesión.
 
Contra el excandidato presidencial colombiano Gustavo Petro se empleó la campaña más sucia de la historia electoral del país. Se orquestó una operación electrónica de desprestigio contra el candidato del movimiento político Colombia Humana;  y desde las redes sociales se difundieron profusas mentiras, sobre todo desde las más populares: Facebook yTwitter.
 
Las redes sociales consienten una forma de comunicación instantánea, la cual es aprovechada por el ejército de bots y trolls goebbelianos para tener éxito en su operación de desprestigio contra determinado movimiento político o persona.
 
El ejército de los bots y los trolls goebbelianos sabe que una de las maneras de que las fake news se viralicen es incitando a la gente a que publique comentarios de cualquier clase, sin que por ello importe mucho si es para aclararla o desmentirla.
 
La actitud de los usuarios de querer desmentir la información falsa termina siendo contraducente, puesto que en la medida que la publicación con contenido falso y provocador es comentada, ésta se va haciendo visible cada vez más para mucha gente (cauta e incauta), entre la cual habrá cierta cantidad que creerá que ese embuste es verdad; y así dichas noticias se van posicionando en las redes sociales y en todo Internet para causar daño.
 
Así es, pues, como se logra uno de los objetivos fundamentales de las campañas de difusión de fake news, cual es la viralización de los embustes con fines de desinformar y confundir.
 
Frente a esta realidad, cabe formularnos una pregunta: ¿Qué hacer? Lo primero que nos corresponde hacer es escudriñar la verdad, verificar la veracidad de las noticias con los medios serios, de prestigio y los no mercantiles; nos toca ser informadores cívicos; crear blogs y fundar portales informativos. Sobre todo, nos atañe ser rigurosos a la hora de retuitear y de dar like a las publicaciones en las redes sociales, y no ser cajas de resonancia de las fake news, para que la contrarrevolución no siga siendo tuiteada.

 


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