Una Extremadura digna •  Opinión •  05/04/2024

ASAJA busca reducir el precio del salario, llevar a mínimos el valor de la fuerza de trabajo obrera e incrementar la explotación

Ante las declaraciones de algunas organizaciones agrarias como ASAJA, que viene a señalar que hay que suprimir los subsidios para que los jornaleros que los cobran se vean obligada a vender su fuerza de trabajo, tenemos que decir:

1.- Como viene ocurriendo desde hace siglos, a pesar de que se superó el esclavismo y el feudalismo, algunas de las ideas que sustentaban estos modos de produciendo siguen vigentes en la sociedad, sostenidas y difundidas por aquellos sectores sociales que controlan los medios de producción de bienes y servicios.

2.- Esta minoría social de grandes propietarios siempre encuentra las causas de sus problemas en la clase obrera, es decir, en quienes en la escala económica y social se encuentran por debajo. De manera inteligente, con la colaboración de ciertos medios de comunicación, extienden sus ideas a la sociedad y las propagan entre los pequeños propietarios que también poseen medios de producción, pero que para obtener unos ingresos normales necesitan estar auto explotados, trabajando horas y horas en mayor cantidad que el propio obrero. Es decir, aprovechan la oportunidad para sacar tajada política, económica e ideológica de las tendencias hacia la concentración de la propiedad que impone el propio desarrollo del capitalismo. 

3.- Como hemos indicado, estos señores al frente de organizaciones sociales reaccionarias encuentran como causantes de sus problemas a los obreros, y simultáneamente presionan al Estado para que elimine cualquier tipo de ayuda, y así se vean en la necesidad de vender su fuerza de trabajo al precio más bajo posible. Esta clase de capitalistas no tienen escrúpulos que los que necesitan trabajen lo más barato posible, y les permitan incrementar y acumular su capital. Estas ideas las difunden con todos los medios a su alcance a la sociedad. 

4.- Sin embargo, los pequeños propietarios que tienen enormes dificultades para mantener sus negocios y sus explotaciones agrarias tienen que ser conscientes de que los culpables de las dificultades que están pasando no residen en las ayudas sociales que reciben cierto número de trabajadores/as que están en desempleo, ni en los salarios que exigen para poder vivir dignamente. Los problemas en el campo vienen provocados por quienes se quieren adueñar de toda la tierra productiva y llevar al mundo rural a su vaciamiento. Estas grandes multinacionales y fondos de inversión no necesitan que haya gente en los pueblos, ni al propio Estado le interesa que haya gente en los pueblos pues así tendrá que destinar de sus presupuestos menos cantidad a gastos sociales, a infraestructuras, servicios públicos, etc.

5.- Los responsables del empobrecimiento de los agricultores son las grandes multinacionales y monopolios que venden las maquinarias, los abonos y los productos que necesita el campo para producir a precios desorbitados. Los problemas los provocan las grandes entidades bancarias que formando parte del conglomerado de multinacionales financian las adquisiciones e inversiones a intereses desproporcionados. Los problemas los generan los grandes intermediarios y las grandes superficies que controlan la distribución y la venta, y en gran parte ya, avanzan en el control de la producción. Los problemas los genera el gobierno del Estado Español que siguiendo las directrices de la UE en manos de los países ricos del Norte, impone políticas que benefician a los grandes emporios industriales, como acuerdos comerciales con terceros países para el intercambio comercial, o las concesiones de espacios geográficos de pesca, y venta, etc.

6.- Por tanto, que no nos engañen que son los grandes monopolios, los fondos de inversión y el Estado como facilitador quienes son los verdaderos enemigos de toda la gente que vive en el mundo rural, desde trabajadores autónomos, agricultores y otros grupos sociales que viven de su trabajo utilizando sus propios medios de producción. No cabe duda de que contra estas políticas son contra las que hay que rebelarse, y hasta que no acabemos con ellas las cosas van a seguir igual, los grandes propietarios haciendo su agosto y enriqueciéndose y el resto de las clases trabajadoras (obreros, agricultores, autónomos, etc.) empobreciéndose y abandonando el mundo rural.


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