Federico Rubio Herrero •  Memoria Histórica •  15/11/2022

¿Quién resultó vencedor, realmente, en la «crisis de los misiles»? (Cuba-1962)

A comienzos de 1962, Jruschov decidió desplegar en Cuba treinta y seis misiles balísticos de alcance medio (1.000 millas náuticas) y veinticuatro misiles balísticos de alcance intermedio (2.200 millas náuticas). El líder soviético no tuvo ningún reparo en hacerlo. En sus memorias recuerda que pensó que «ya iba siendo hora de que Estados Unidos se enterase de que significaba tener su propio territorio y su propia gente amenazados».

¿Quién resultó vencedor, realmente, en la «crisis de los misiles»? (Cuba-1962)

Al igual que en la crisis de Berlín, al principio, Kennedy rechazó una solución diplomática de la amenaza de los misiles. Estaba convencido de que pensar en negociaciones a aquellas alturas se interpretaría como el reconocimiento de la debilidad moral de sus argumentos y de la debilidad militar de su postura.

Al mismo tiempo, sin embargo, Kennedy se negó a aprobar el método opuesto: la acción militar directa contra las bases de misiles soviéticos en la isla, y se decidió por una cuarentena o bloqueo naval, máxime, cuando el 27 de octubre, la batería de cohetes antiaéreos    de la URSS emplazada en la zona de La Anita, a unos siete kilómetros de la ciudad de Banes, y siguiendo la orden, inapelable, del General Georg Alekseevich Voronkov (Jefatura Soviética ubicada en Camagüey), disparó dos misiles SAM, tierra-aire, con un alcance de 30 kilómetros, cada uno, a un avión espía norteamericano U-2, derribándole aparatosamente y cayendo sus restos en la zona de Veguitas Tres. El piloto se llamaba Rudolph Anderson, tenía 35 años y ostentaba el Grado de Mayor de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. (El cadáver fué devuelto a su país, el 4 de noviembre).

Finalmente, la URSS y Estados Unidos llegaron a un acuerdo. Jruschov, accedió a retirar los misiles soviéticos. A cambio Kennedy, prometió públicamente que Estados Unidos no intentaría otra invasión a Cuba y -sin informar de ello al pueblo norteamericano, al Congreso ni a los aliados europeos- aseguró a Jruschov, que una vez terminada la crisis, retiraría los misiles «Júpiter» (IRBM) de alcance intermedio de Turquía. Así se hizo seis meses después, con la más absoluta discreción, y argumentando un cambio de estructuras tácticas, ante el desconcierto de la opinión pública estadounidense.

El 20 de noviembre Kennedy ordenó el cese del bloqueo naval de Cuba y de la alerta aérea.

Fuente: Ronald E. Powanski (La guerra fría, Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991).


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