Eduardo Montagut •  Memoria Histórica •  12/11/2018

El homenaje a Galán y García Hernández en el Congreso de los Diputados en 1931

En el mes de agosto de 1931, las Cortes republicanas aprobaron que los nombres de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández lucieran en uno de los lienzos (en lápidas) del palacio de la Carrera de San Jerónimo, según propuesta del Gobierno por el sacrificio que hicieron con su vida para hacer “posible la aurora de la libertad en España”. Vamos a ver el debate parlamentario que suscitó.

En el mes de agosto de 1931, las Cortes republicanas aprobaron que los nombres de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández lucieran en uno de los lienzos (en lápidas) del palacio de la Carrera de San Jerónimo, según propuesta del Gobierno por el sacrificio que hicieron con su vida para hacer “posible la aurora de la libertad en España”. Vamos a ver el debate parlamentario que suscitó.

La proposición fue defendida por el presidente del Gobierno, Niceto Alcalá-Zamora, para pedir la unanimidad de la Cámara. No se trataba de enaltecer o juzgar la sublevación anticipada sino el ejemplo moral de ambos capitanes que sacrificaron su vida por una idea. La Cámara debía homenajear este aspecto. Es interesante observar que el Gobierno no estaba pidiendo en sí el homenaje al hecho militar, aspecto que podría ser interpretado como un intento del ejecutivo para que no se convirtiera en un argumento que pudieran emplear los militares descontentos con el nuevo régimen, y así encontrar una justificación para una sublevación.

Manuel Carrasco Formiguera, miembro de la Coalición Catalana Republicana, que encuadraba a los partidos de centro e izquierda del catalanismo, y que al año siguiente ingresaría en la Unió Democràtica de Catalunya, además de ser uno de los más fervientes defensores de la conciliación de la República con la Iglesia Católica, pidió la palabra, aunque Besteiro, como presidente de la Cámara, insistió en que se votara por unanimidad para que el homenaje fuera del “tono” que merecían los “héroes”. Pero Carrasco Formiguera insistió en pedir la palabra para expresar que no se oponía a que prosperase la proposición, pero la minoría catalana deseaba que se uniese a los nombres de los dos militares otros que también habían dado su vida por la libertad. Besteiro interrumpió al político catalán para indicarle que si tenía otros nombres los propusiese a la Cámara por los medios reglamentarios.

Joaquín Beunza, miembro de la Coalición católico-fuerista, y diputado por Navarra en la minoría vasco-navarra, se opuso a la proposición porque, aunque era partidario de premiar el heroísmo y el espíritu de sacrificio, no le parecía que hubiera que hacerlo en este caso porque los militares no debían poner sus fuerzas al servicio de ninguna idea. No le hubiera parecido mal el homenaje si los dos capitanes hubieran pasado al retiro antes de “lanzarse a la vida política”. La intervención provocó rumores.

La proposición salió aprobada por aclamación.

Hemos consultado la crónica en el número 7016 de El Socialista.

 

 


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