Eduardo Montagut Contreras •  Memoria Histórica •  02/08/2016

El encuadramiento juvenil en el fascismo italiano: Opera Nazionale Balilla

Uno de los aspectos a los que más atención dedicó el fascismo fue el del encuadramiento de la infancia y la juventud en organizaciones fuertemente jerarquizadas para su educación y adoctrinamiento en los nuevos ideales y valores totalitarios. El caso de la Opera Nazionale Balilla, (ONB), las Juventudes fascistas italianas, es un ejemplo de los que se dieron entre los regímenes fascistas y autoritarios. Intentemos ver qué fue.

La ONB se creó el 3 de abril de 1926. Se estableció una división interna en función de la edad y el sexo. El primer contacto de los niños con el fascismo debía hacerse a temprana edad, ya que con seis años eran denominados “Hijos de la Loba”, en alusión al mito de la Loba Capitolina, y Rómulo y Remo.

Los Balillas eran los chicos entre los ocho y catorces años de edad. El nombre de Balilla, al parecer, procede de una especie de héroe italiano del siglo XVIII, que tenía ese apodo, y que participó en el norte de Italia en la Guerra de Sucesión de Austria. Las Piccole Italiane serían las chicas de edades similares. Después, estaban los Avanguardisti, que eran los chicos entre quince y dieciocho años y las Giovani Italiane. En cada nivel existían preceptores que organizaban intensas sesiones y jornadas de deportes, ejercicios físicos, actividades culturales y recreativas, como excursiones.

A partir de los dieciocho años se ingresaba en los Fascios Juveniles de Combate. Si se era universitario estaban los Grupos Universitarios Fascistas (GUF).

Como decíamos al principio, Mussolini pretendía educar a las nuevas generaciones, pero a pesar del carácter totalizador del fascismo, en Italia la Iglesia Católica tenía un entramado organizativo infantil y juvenil muy desarrollado y establecido en todos los rincones del país. En 1928 se prohibieron todas las organizaciones juveniles pero el fascismo italiano no se atrevió con las católicas. Sería un ejemplo más de las complejas relaciones entre una ideología y forma de entender el Estado que todo debía abarcar (niños, jóvenes, mujeres, trabajadores, ocio, deporte, etc..),  con una institución harto poderosa como era la Iglesia Católica.

En 1937 la ONB se convirtió en la Gioventú Italiana del Littorio. Se calcula que al final de esa década habría encuadrados en este sistema más de siete millones de personas.

¿Se cumplió el objetivo de adoctrinamiento de la infancia y la juventud italianas? Si lo comparamos con el caso alemán, mucho más sistemático y que formó a muchos alemanes y alemanas que combatieron con verdadero fanatismo en la guerra hasta el último momento, podemos afirmar que no. Los italianos y las italianas demostraron un muy limitado fervor nacionalista cuando el país entró en guerra y que terminó de evaporarse con los primeros reveses militares y las terribles noticias que llegaban de todos los frentes, especialmente del ruso.


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