César Pérez Navarro •  Actualidad •  12/03/2022

La UE expone públicamente su intención de modificar el sistema eléctrico marginalista y desligar al fin el precio de la luz y el gas

La crisis del sistema energético impuesto desde la Unión Europea se ha puesto en evidencia con la guerra de Ucrania. El sistema marginalista que fija  el precio de la electricidad a partir del precio del último kilovatio/hora que entra en cada momento puede hacer quebrar a Europa.
La UE expone públicamente su intención de modificar el sistema eléctrico marginalista y desligar al fin el precio de la luz y el gas

El sistema, denominado bajo la expresión «beneficios caídos del cielo«, en relación al enriquecimiento de las compañías eléctricas no se sostiene. El funcionamiento es más sencillo de lo que quieren que parezca. En esencia, primero se compran los kilovatios/hora más baratos y después se añaden los caros, hasta que llega el último de ellos. Y es este, el más caro que entra, es el que fija el precio de todo. Es la causa fundamental del encarecimiento de la electricidad, que a su vez está encareciendo otros sectores y elevando peligrosamente la inflación en todo el mundo y hasta más del 7% en España.

La invasión de Ucrania ha sido el golpe definitivo para que Bruselas se haya decidido finalmente a desligar el precio de la luz y el gas, más aún cuando desde EE.UU. se está exigiendo que deje de importarse el gas ruso, que abastece actualmente cerca de la mitad de la demanda europea.

Estos días se paga a 200 euros el megawatio/hora de gas, mientras que hace dos años su precio era diez veces menor, 20 euros el megawatio/hora

La UE discutirá las opciones para que el gas deje de marcar el precio de la luz en la próxima reunión del Consejo Europeo los días 24 y 25 de marzo. Es uno de los acuerdos a los que han llegado los Veintisiete tras la cumbre de la Unión Europea de Versalles el pasado viernes.  «Abordaremos y evaluaremos con urgencia medidas concretas para afrontar el impacto del aumento de precios de la energía sobre los ciudadanos y empresas de la UE, especialmente en aquellos más vulnerables», explica un comunicado.

La propuesta fue tuiteada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: «Los consumidores y las empresas necesitan alivio ahora. A finales de marzo, la CE presentará opciones para desligar la subida de precio de la electricidad de la del gas».

Las medidas «no solo son urgentes, sino necesarias»

Esta revisión del sistema energético llega tras las quejas por parte del Gobierno español y, en menor medida otros países, durante los últimos meses. Pedro Sánchez, ha anunciado que iniciará una gira con líderes europeos para aunar posiciones frente al auge de precios de la electricidad de cara a la próxima reunión del Consejo Europeo los días 24 y 25 de marzo, en la que espera que haya decisiones para atajar la escalada de precios.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea ha asegurado que considera «factible» que la Unión Europea prescinda para final de año de dos tercios de las importaciones de gas ruso, algo que algunos expertos consideran insensato;

«Reducir el consumo de gas ruso en un 66% puede significar una crisis económica de grandes proporciones. Hace mucha gracia, porque dicen que reducirán las importaciones de Rusia y queda la idea implícita de que lo sustituirán con importaciones de otros sitios. Pero es que esa cantidad no se puede traer de ninguna otra parte. Se puede suplir una pequeña parte, pero no toda. Inconscientemente, se prepara un decrecimiento y una drástica reducción del consumo». Son palabras de Antonio Turiel, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, en una reciente entrevista en Vilaweb.

Sin embargo, Von der Leyen matizó en la conferencia de prensa al término de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Versalles que «es algo factible. No es una prohibición (del gas ruso), sino una reducción«.

Der Leyen asegura que a finales de mayo se empezará un plan para reducir la dependencia del gas, petróleo y carbón de Rusia para 2027 a partir de toda una serie de medidas, que van de la diversificación de los países proveedores de gas a la aceleración en el despliegue de energías renovables. Antonio Turiel mantiene, sin embargo, que llegará un descenso sobre todo en la producción de gas a causa del fracking, lo que hará que desde 2023 EE.UU. vea disminuidas sus reservas de gas.

En la misma entrevista, el experto en agotamiento de los combustibles fósiles concluye que «Rusia produce la tercera parte del uranio enriquecido del mundo, que se usa también en centrales nucleares americanas; los EEUU importan minerales de hierro de Rusia; Rusia también controla la producción mundial de níquel y de más metales críticos. Es que es impensable. Si tú intentas tomar medidas contra Rusia, automáticamente hundes el mundo en una crisis económica. Y al lado de esta crisis la de 1929 parecerá una broma»,

El presidente Joe Biden informó de que quedarían prohibidas las importaciones de crudo y gas natural ruso en el país, una decisión que, admitió, podía tomar EE.UU. dada su capacidad productiva nacional, muy superior a la de la Unión Europea.

El canciller alemán, Olaf Scholz insistió, sin embargo, en su rechazo a una prohibición de las importaciones de gas ruso, aunque negó que Alemania esté actuando de freno en esa propuesta, que defiende EE UU, y ha asegurado que es la posición común europea: «Es una decisión consciente, fundamentada y comprensible. No podemos interrumpir por nuestra parte esas importaciones».

Un 55% de las importaciones de gas a Alemania proceden de Rusia, porcentaje algo más bajo para el carbón -un 50 %-, mientras que en lo que respecta al petróleo se sitúa en el 35%.

Está por ver si estas medidas tan necesarias como urgentes pero que caminan en contra de los beneficios de las grandes compañías eléctricas serán temporales o de carácter estructural.

*Con información de Agencias. 


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