ASEAM por un bloque de comercio multilateral
La XXXVII Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) realizada durante cinco días en Vietnam, país que durante su presidencia pro tempore ha impulsado el desarrollo económico y comercial del grupo, ha sido catalogada como un rotundo éxito.
De la mano de la ASEAN, se concluyó este 15 de noviembre, después de ocho años de negociaciones, el mayor tratado de libre comercio del mundo, nacido con el nombre de Asociación Económica Integral Regional (RCEP) que engloba a 15 países de la región Asia Pacífico.
Los diez miembros de la ASEAN (Vietnam, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur y Tailandia) junto con China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, rubricaron virtualmente el convenio sobre la RCEP que contribuirá a la recuperación económica tras la pandemia de la covid-19.
Aunque India se retiró de las conversaciones en noviembre del año pasado, los actuales firmantes han dejado la puerta abierta en caso de que decida unirse.
En términos concretos, los integrantes de la RCEP (en el que Estados Unidos quedó fuera) poseen alrededor de un tercio de la economía del planeta, con un Producto Interno Bruto (PIB) combinado de unos 26,2 billones de dólares y una población cercana a 2 200 millones de consumidores en la región con mayor crecimiento del mundo.
Entre sus proyecciones figuran la reducción de tarifas comerciales, el fortalecimiento de las cadenas de suministro basadas en reglas comunes en cuanto a la información sobre el origen de los productos, así como la sistematización de las normas que regulan el comercio electrónico.
Con esta Asociación, China sale fuertemente favorecida por convenios con aliados de Estados Unidos que le ayudará no solo a introducir sus amplias gamas de mercancías en toda la zona, sino también a reducir sus dependencias de los mercados y de tecnologías extranjeras.
El gigante asiático expande la influencia en otras zonas del planeta con el nuevo impulso que le ofrece su proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda que se abre paso hacia las regiones euro-asiática, Europa Occidental, África y América Latina.
Pero innegablemente que una de las principales causas de la ratificación de RCEP se le debe al presidente estadounidense Donald Trump quien en noviembre de 2017 sacó a Washington del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), con las consiguientes afectaciones comerciales para varias compañías de su país.
Mientras Trump se enreda en entramadas discusiones sobre las elecciones presidenciales que perdió recientemente, China profundiza la expansión de su comercio con todos los continentes, ha logrado detener los graves efectos económicos-sociales que provocó la pandemia y se estima que será uno de los pocos países del orbe que mostrará números de crecimiento positivo con alrededor de entre 3,5 y 4 %.
En este contexto destaca que por primera ocasión, China y Japón lograron un acuerdo de libre comercio y otro bilateral de reducción de aranceles.
En cuanto a la ASEAN, su estrategia de cooperación económica ha posibilitado que en los últimos 12 años (excluyendo este 2020 por la pandemia) haya crecido en conjunto un 6 % muy superior a las de cualquier organización regional del orbe.
Este mecanismo de integración agrupa a 625 millones de habitantes y ha creado un mercado y una base de producción única, con libre circulación de capital, servicios, bienes, inversión y personal calificado
El PIB total de sus miembros alcanza los 2,60 billones de dólares, que la convierte en la sexta economía del planeta y para el 2050 aspiran a lograr 9,2 billones de dólares para pasar al cuarto peldaño a nivel mundial.
En los 53 años transcurridos, la ASEAN ha sido una plataforma para la integración y la cooperación entre sus afiliados. Sus 10 miembros han trabajado activamente para promover la unidad, el desarrollo y la sustentabilidad, además de resolver las disputas y problemas en forma pacífica.
Durante la XXXVII Cumbre, fue aprobada la adhesión de Cuba al Tratado de Amistad y Cooperación en el Sudeste Asiático (TAC) y de esa forma se convirtió en el primer país del Caribe y quinto de América Latina integrante de esta plataforma, promovida por la ASEAN.
Al participar en el magno evento en forma virtual debido a la pandemia, el ministro de Relaciones Exteriores de la Isla, Bruno Rodríguez Parrilla señaló que la firma del documento ocurre en un contexto internacional que demuestra el extraordinario valor de la solidaridad y la cooperación para afrontar los retos globales como la Covid-19.
El canciller cubano explicó que la Isla del Caribe tiene interés en ampliar la cooperación con la ASEAN en los sectores biotecnológico y farmacéutico, la exportación de servicios profesionales e insertar otras vías como la prestación de servicios médicos, la enseñanza del idioma español, la cultura, el deporte y el enfrentamiento al cambio climático.
Además, Cuba propone valorar la creación de un centro conjunto de investigación y desarrollo de productos biotecnológicos en uno de los parques tecnológicos existentes en esta comunidad; cooperar en la conducción de ensayos clínicos fase III multinacionales y crear alianzas productivas para la manufactura de los candidatos vacunales desarrollados por la Isla contra el Sars-CoV-2.
Innegablemente que el multilateralismo se abre paso con mayor fuerza en el mundo frente al unilateralismo.
Sugirió, además, la posibilidad de colaborar, desde el archipiélago antillano, en áreas de la biotecnología y la industria farmacéutica, la exportación de servicios profesionales, la prestación de cooperación médica, la enseñanza del idioma español, la cultura, el deporte y el enfrentamiento al cambio climático. Se refirió también a la oportunidad de crear alianzas para la producción y desarrollo de los candidatos vacunales contra la COVID-19.
Nos enorgullece ser el primer país caribeño en adherirse al Tratado de Amistad y Cooperación y lo agradecemos a todos los miembros de la ASEAN, con quienes compartimos valores, concertamos posiciones y cooperamos en los organismos internacionales sobre la base de la defensa del multilateralismo y de los propósitos y principios de la Carta de la ONU.