Piden acabar con el uso abusivo de las “declaraciones responsables” en las actividades de restauración y ocio en la Comunidad de Madrid
- La federación vecinal ha registrado un documento de propuestas en el marco de la tramitación de la reforma de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (LEPAR).
- Entre aquellas se encuentran la exclusión o limitación del uso de las declaraciones responsables, ligar los expedientes sancionadores a los propietarios de los locales, la exigencia de papeleras en terrazas y veladores, el freno a la sobreocupación de estos elementos en algunas zonas, la exclusión de los locales de apuestas de la LEPAR y la regulación de las “dark kitchens”.
- “Nos preocupan las intenciones del sector del ocio de simplificar el catálogo LEPAR en una suerte de única licencia apta para todo. A la vista está la tendencia de convertirlo todo en un bar con algo, sea lo que sea, lo que entendemos como muy perjudicial para la sociedad madrileña”, sostiene la organizació.
Madrid, 22 de diciembre de 2020. La economía no lo es todo, y mucho menos en estos momentos de crisis sanitaria. Su actividad no puede estar por encima de nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas, de nuestro derecho al descanso y a disfrutar de un entorno saludable en nuestros barrios, pueblos y ciudades. Siguiendo esta línea, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) registró el pasado viernes un documento de propuestas y reflexiones con la intención de que la Comunidad de Madrid las tenga en cuenta en la tramitación de la actual reforma de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (LEPAR). Lo hizo ante el organismo competente, la Dirección de la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112, que depende de la Consejería de Justicia, Interior y Víctimas.
Entre las medidas principales se encuentran la exclusión o limitación del uso de las declaraciones responsables para la autorización de actividades recogidas en la LEPAR, ligar los expedientes sancionadores a los propietarios de los locales, mayores recursos humanos para la vigilancia y control, la exigencia de papeleras de mesa en terrazas y veladores, el freno a la sobreocupación de estos elementos en el espacio público, la exclusión de los locales de apuestas de esta ley y la regulación de las “dark kitchens” o cocinas fantasma, que están generando conflictos graves en edificios de viviendas en las que se ubican. Estas cocinas están ligadas al fenómeno “delibery” que recientemente fue incluido en la modificación del catálogo de la LEPAR.
Antes de plantear sus propuestas, la FRAVM repasa en su escrito los principales problemas que generan en los vecindarios las actividades ligadas a la LEPAR que, en virtud de sus causas divide en dos grandes bloques, aquellos “provocados por el incumplimiento sistemático y prolongado de la normativa vigente” y los generados “por la saturación de estas actividades en determinados territorios”.
En el primer grupo se hallarían, por ejemplo, los incumplimientos de horarios de cierre de locales o de desmontaje de terrazas, lo que afecta considerablemente al descanso vecinal por superación de los niveles ruido permitidos, así como el uso de equipos de música, televisiones y aparatos similares sin los permisos preceptivos. “También se producen con frecuencia infracciones relacionadas con la utilización de música en el exterior de locales, concretamente en terrazas y veladores, especialmente en la retransmisión de eventos deportivos”, señala la federación en sus alegaciones. Otra fuente habitual de exceso de ruido es la permanencia de grupos de personas en la puerta y aledaños de los establecimientos de ocio para fumar, o de las filas que se generan para acceder a su interior.
Más allá de la contaminación acústica, son recurrentes las denuncias por mala gestión de los residuos generados en las actividades que recoge la LEPAR, así como por “suciedad, malos olores, humos, aparición de insectos y roedores y otros factores insalubres”.
Lamentablemente, para desesperación de los vecinos y vecinas afectadas, es muy frecuente que este tipo de incumplimientos de la legislación se prolongue en el tiempo debido a la falta de vigilancia y control, “normalmente por falta de efectivos de policía municipal o de personal para realizar todo el trámite burocrático correspondiente a las sanciones. A ello se une que los locales llegan a acumular decenas de miles de euros en multas sin que se proceda a su cierre y, caso de producirse, se levanta la persiana mediante la presentación de una nueva Declaración Responsable (DR) que, teóricamente, subsana la deficiencia”, indica la FRAVM en su texto.
Precisamente el mal uso y abuso de las DR aparece como uno de los grandes problemas que la nueva LEPAR debería resolver. “Entendemos que ha resultado un instrumento útil para garantizar seguridad jurídica a muchas empresas que querían iniciar sus negocios en nuestra región, sin embargo no ha servido para resolver el problema de los incumplidores”. Es más, ahora estos lo tienen más fácil que antes para incumplir la norma.
A tenor de la federación vecinal, “podría ser comprensible que para abrir un establecimiento se permita hacerlo al amparo de una DR, por aquello de que no paguen justos por pecadores, pero ¿qué pasa si hechas las comprobaciones necesarias con posterioridad al inicio de la actividad se detecta una irregularidad, un incumplimiento, una falta?¿se puede resolver con una nueva DR como ahora ocurre? ¿cuántas veces es admisible subsanar mediante una DR? Algún límite debería existir si se quiere contener al incumplidor reincidente y convencido. De igual manera, no creemos que cualquier infracción pueda ser corregida mediante una nueva DR. Aquellas relativas a la salud o a la seguridad, deberían pasar directamente a un sistema de licencia por comprobación preceptiva de la subsanación”, sugiere la organización ciudadana.
Freno a la saturación
Los problemas anteriormente descritos se multiplican en las zonas saturadas de locales de ocio y restauración, donde los vecinos y vecinas conviven con otros como la sobreocupación del espacio público por la extensión de terrazas y veladores en detrimento de la movilidad y esparcimiento peatonal, o la implantación de una suerte de “monocultivo” económico, “que ha acabado progresivamente con la presencia de otros comercios convencionales como papelerías, librerías, tiendas de alimentación (…) sin que las administraciones hayan sabido proteger estos negocios de cercanía”.
La FRAVM subraya que existen elementos legales que permiten regular la saturación de un territorio en relación a una actividad (como la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid) “y no sólo en función de la Ley de Ruido en las actuales ZPAE de la capital”. “La nueva LEPAR debe abordar la necesidad de proteger zonas saturadas de establecimientos de ocio en los municipios madrileños, por motivos ambientales y por motivos de mantenimiento de comercio de proximidad variado, para garantizar el uso residencial de dichas zonas”, indica la federación, antes de concluir: “en esta línea nos preocupan especialmente las intenciones del sector del ocio de simplificar el catálogo LEPAR en una suerte de única licencia apta para todo, como si de “tabernaes” romanas se tratara. A la vista está la tendencia de convertirlo todo en un bar con algo, sea lo que sea, lo que entendemos como muy perjudicial para la sociedad madrileña”.
Esta es la relación de PROPUESTAS que la FRAVM espera que la Comunidad de Madrid tenga en cuenta en su tramitación de la reforma de la LEPAR.
Excluir la utilización de declaraciones responsables para la autorización de actividades LEPAR. En su defecto, limitar el número de DR a poder utilizar para la autorización y subsanación de deficiencias y incumplimientos en actividades LEPAR.
Ligar los expedientes sancionadores no sólo al titular de la actividad, sino también a la propiedad del local, para no poder eludir las sanciones y cierres por la vía del cambio de titular de la actividad.
Contemplar las ayudas a los municipios para disponer de agentes de autoridad suficientes y formados para la vigilancia y control de las actividades, así como del número suficiente de personal administrativo para las labores de concesión de licencias o control del las DR, expedientes sancionadores, disciplina urbanística, etc.
Reforzar la necesidad de cumplimiento de la normativa más exigente de entre las actividades desarrolladas, en aquellos casos en los que se tengan múltiples licencias de actividad en un mismo local.
Regular la sobreocupación de terrazas y veladores en el espacio público, aumentando las actuales distancias entre fachada y estos elementos, así como la necesidad de una superficie libre suficiente para el tránsito peatonal y uso estancial, diferente del ocupado por terrazas y veladores.
Exigir la colocación de papeleras de mesa como parte imprescindible de las terrazas y veladores, para evitar la suciedad que se genera habitualmente en las mismas.
Incorporar con claridad en el texto de la ley la posibilidad de que los ayuntamientos puedan regular la saturación de actividades de ocio como medida de protección del vecindario y los comercios convencionales, contra el fenómeno de la turistización, gentrificación y expulsión del vecindario.
Regular las conocidas como “dark kitchens” o cocinas fantasma, de manera que no puedan desarrollarse en edificios de viviendas.
Mantener un catálogo LEPAR suficientemente adaptado a las necesidades del mercado, pero también convenientemente diverso, diferenciando adecuadamente en número y condición las actividades permitidas, para facilitar el mejor control posible de las mismas.
Excluir los locales de apuestas de la LEPAR y prohibir la simultaneidad de las dobles licencias entre ambos sectores.
Incluir el informe de impacto ambiental obligatorio en cualquier licencia LEPAR.
Conectar la LEPAR con la Ley y estrategia de residuos, obligando a las actividades LEPAR la incorporación de criterios de economía circular y de gestión de residuos, de manera que se minimicen al máximo las afecciones por ruidos, olores, humos, suciedad, residuos etc.