Intelectuales y sabios españoles en la Casa del Quinto Regimiento (Publicado por «Milicia Popular» el 24 de noviembre de 1937)
En el Quinto Regimiento se ha celebrado un acto sencillo, pero de una gran elocuencia. Los hombres más representativos de nuestra cultura dentro y fuera de España, han convivido unas horas con nosotros, después de haberles organizado su evacuacion a lugares más alejados de las molestias y peligros de la guerra.
Los Jefes del Quinto Regimiento, los camaradas comunistas que llevan sobre si responsabilidades graves de todo orden, han tenido presente en este momento los respetos y las atenciones que merecen nuestros poetas, nuestros profesores, nuestros investigadores. Así, los ha puesto en condiciones de trasladarse con todo su material de trabajo a Valencia. El respeto por la cultura es el respeto por nosotros mismos y por los ideales que a todos nos animan. Voces proletarias, voces de camaradas jefes con mando en el frente han dicho las palabras de despedida. En la atmósfera quedó la emoción de los momentos en que lo mejor de nuestros sentimientos y nuestras inteligencias se identifica con la historia – la que escribimos con sangre- y pesa en ella para el mañana.
Antonio Mije, Consejero de Guerra en La Junta de Defensa de Madrid, pronunció las siguientes palabras:
«Nos damos perfecta cuenta de que ustedes no quieren dejar Madrid en el momento actual, de máximo peligro. Pero nosotros sabemos que bajo la metralla de la aviación enemiga el clima no es favorable para un investigador o para un poeta. Por eso, para el Quinto Regimiento y para el Partido Comunista es cuestión de honor ponerles a ustedes a salvo para que continúen desarrollando su fecunda labor.
El pueblo sabe cuidar a los hombres que dan gloria a España, a nuestra España, a la verdadera España. No podemos dejar que el grupo de hombres que pertenecen no solamente a nuestro país, sino a toda la humanidad vivan bajo las bombas incendiarias que los aviadores alemanes e italianos lanzan contra la Biblioteca Nacional, contra el Museo del Prado y otros centros de cultura.
La cultura es patrimonio del pueblo, por eso nosotros que ocupamos los puestos de vanguardia en la defensa de Madrid, tomamos sobre nosotros la responsabilidad y el honor de salvarles a ustedes.
El enemigo ha tenido hasta hace poco tiempo superioridad de armamento sobre nosotros. Hoy, tenemos más tanques y más aviones, más fusiles y más ametralladoras. Tenemos la seguridad de que el enemigo no entrará en Madrid; pero queremos librar a nuestros sabios y a nuestros poetas de los riesgos de una situación como la de Madrid, para que sigan trabajando para el bien de la humanidad».
MANIFIESTO DE LOS INTELECTUALES Y SABIOS
«Los profesores, catedráticos de Universidad, médicos, poetas, investigadores, que salen para Valencia por las gestiones, la ayuda del Quinto Regimiento y bajo la orden de La Junta de Defensa, manifestada por su Comisario de Guerra, declaramos lo siguiente:
Jamás nosotros, académicos y catedráticos, poetas e investigadores, con títulos de universidades españolas y extranjeras, nos hemos sentido tan profundamente arraigados en la tierra de nuestra Patria; jamás nos hemos sentido tan españoles como en el momento que los madrileños que defienden la libertad de España nos han obligado a salir de Madrid para que la labor de nuestra investigación no se detenga, para librarnos en nuestro trabajo de los bombardeos que sufre la población civil de la capital de España; jamás nos hemos sentido tan españoles como cuando hemos visto que, para librar nuestro tesoro artístico y científico, los milicianos que exponen su vida por el bien de España, se preocupan de salvar los libros de nuestras bibliotecas, los materiales de nuestros laboratorios, de las bombas incendiarias que lanzan los aviones extranjeros sobre nuestros edificios de cultura.
Queremos expresar esta satisfacción que nos honra como hombres, como científicos y como españoles ante el mundo entero, ante toda la humanidad civilizada».
Firmas: Antonio Machado, Enrique Moles Ornella, Pio del Río Ortega, Isidro Sanchez Covisa, Antonio Madinaveitia Tabugo, José María Sacristan, José Moreno Villa, Miguel Prados Such y Arturo Duperier Vallesa.
Fuente: Federico Rubio Herrero (Cronologia mundial durante seis meses trepidantes, julio-diciembre de 1936) pag. 97 y 98.