Condena regional por la ola de violencia en Sudáfrica
La Unión Africana condenó los disturbios y la mayor refinería del país, en el epicentro de la protesta, cerró sus puertas.
Las protestas desatadas en Sudáfrica tras el encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma no han cesado y pese a que el presidente Cyril Ramaphosa desplegó soldados para tratar de contener la violencia ya hay un saldo de 72 muertos.
En medio de la violencia, la mayor refinería de petróleo de Sudáfrica, la Sapref, ubicada en KwaZulu-Natal, provincia natal de Zuma, suspendió sus trabajos por las protestas, comunicó la directora de la empresa para el desarrollo sostenible, Hlengiwe Hlela.
Los saqueos estallaron en la capital económica de Sudáfrica, Johannesburgo, y KwaZulu-Natal, mientras la oposición sudafricana acusó a grupos radicales de atizar el desasosiego.
Las fuerzas armadas, bajo órdenes del presidente Ciryl Ramaphosa, desplegaron 2.500 soldados para ayudar a la Policía a frenar los disturbios. «El total de personas que han perdido la vida desde el inicio de estas protestas (…) subió a 72», dijo la policía la noche del martes en un comunicado.
El número de detenidos subió a 1.234, aunque varios miles han participado en la ola de saqueos.
En un discurso al país la noche del lunes, Ramaphosa fustigó los «actos oportunistas de criminalidad, con grupos de personas instigando el caos como mampara para los saqueos y el robo».
Entretanto, la Comisión de la Unión Africana (UA) condenó «el aumento de la violencia que resultó en la muerte de civiles y escenas chocantes de pillaje», y llamó a «una urgente restauración del orden».
El presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, ha lamentado las «escenas de saqueos de propiedades públicas y privadas y destrucción de infraestructuras», que han provocado «la suspensión de servicios esenciales en KwaZulu-Natal, Gauteng y otras partes de Sudáfrica».
El expresidente Zuma se entregó a las autoridades para cumplir una condena por desacato por negarse a declarar en un juicio en su contra sobre corrupción.