Mesa-debate: «Voces de mujer para Afganistán. De la comprensión del conflicto a la defensa de la acogida»
Jueves, 30 de septiembre a las 17,30h.
¿UN MES DEL FIN DE LA OCUPACIÓN EN AFGANISTÁN Y YA NO INTERESA?
Apenas un mes de la vuelta de los talibanes al gobierno de Afganistán y nadie parece acordarse de lo que sucede en aquel país. La opinión mediática y mediatizada ha pasado de plegarse de forma acrítica a la espectacularización del rescate humanitario, a olvidarse de lo que sigue ocurriendo con el pueblo afgano, de las miles de familias que desean escapar de un nuevo horror y no encuentran a dónde ir. La escenificación de la ayuda con su cara más asistencialista ha servido solo para lavar la imagen de los gobiernos ocupantes, pero no para consolidar un plan de reconocimiento de derechos de las personas que necesitan protección internacional, tal como obligan los convenios internacionales firmados por todos los países miembros de la UE y por España en particular.
El rescate y traslado de la mayor cantidad de personas, que se transmitió como un imperativo moral en los aciagos días de las salidas pactadas entre los ejércitos y los talibanes, ha quedado atrás. Ahora todo el interés gira en cuántos obstáculos poner para que el previsible exilio, en especial de mujeres y menores de edad, no termine golpeando a las puertas de nuestro continente. Más vallas, más muros, más controles… Y, sobre todo, millones de euros que la Unión Europea prevé dar a los países cercanos a Afganistán, para que frenen su huida. La externalización de fronteras en su versión más grotesca.
La protección del pueblo afgano nunca fue prioridad para Europa. En los años que han antecedido al retorno de los talibanes al poder, la UE ha considerado a Afganistán como país seguro y no ha dudado, hasta pocos días antes de los recientes hechos, de organizar vuelos de deportación de ciudadanos oriundos de aquel país.
Incluso a día de hoy, en la web del Ministerio de Exteriores español, sigue apareciendo Afganistán entre la lista de países a cuyos nacionales se les exige un visado de tránsito aeroportuario para hacer tránsito en la zona internacional de cualquier aeropuerto situado en el territorio de los Estados Schengen para tomar un vuelo de conexión hacia un país fuera del área Schengen. Un impedimento que en la práctica se traduce en la imposibilidad de llegar a cualquier país de Europa por una vía segura.
Desde la RSA nos negamos a olvidar tan pronto la situación de ese pueblo hermano y creemos necesario dar continuidad a un debate constructivo que nos permita entender la complejidad del conflicto y, sobre todo, profundizar en la realidad de sus gentes, las posibilidades reales de encontrar protección internacional. ¿Qué rol nos compete como sociedad civil? ¿Cómo aplicar desde los movimientos ciudadanos la experiencia de apoyo mutuo que vivimos con el hermano pueblo sirio?