Manifestación desde el Centro de Salud Abrantes (Madrid): 14-O

La semana pasada el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, presentaba en una reunión telemática con los directores de los centros de salud madrileños un nuevo “Plan de mejora de la Atención Primaria” y anunciaba inversiones: 200 millones de euros en los dos  próximos años, para, entre otras cuestiones, la creación de 1.222 plazas de distintas categorías.

Pero esta anunciada ‘mejora’ de la Atención Primaria, ha tenido poco recorrido. El 12 de octubre el periódico El País publicaba una noticia cuanto menos alarmante sobre el estado de la sanidad pública madrileña. Según esta información, en uno de los documentos entregado a  las direcciones asistenciales, la Consejería de Sanidad es explícita: “¿Cuál es nuestro punto crítico? La falta de profesionales (médicos de familia y pediatras), que no mejorará a corto ni a medio plazo: condiciona la prestación del servicio y la accesibilidad y, por tanto, el modelo asistencial”.

Es decir la propia administración madrileña reconoce que el gobierno autonómico no está capacitado para poder mejorar la atención primaria a corto plazo a pesar de la supuesta inversión de 200 millones de euros en la sanidad, porque no ha solventado el problema de la falta de personal. Actualmente, según estiman organizaciones sindicales y de defensa de la sanidad pública, la Comunidad de Madrid necesitaría cerca de 2.500 profesionales de todas las categorías y otros 1.500 más en los próximos 3-5 años, para compensar los puestos de trabajos no repuestos, así como las jubilaciones. Porque hay que tener en cuenta la jubilación próxima de muchos sanitarios y sanitarias, que dejará por cubrir numerosas plazas (por ejemplo en el Centro de Salud de Fátima, de Carabanchel, según estimaciones de
trabajadoras del centro, se van a jubilar en los dos próximos años un 30% de su plantilla).

Es una auténtica vergüenza que el gobierno de la tercera comunidad autónoma en población del estado, no ponga en marcha los recursos para cubrir todas las plazas sanitarias y garantizar una atención primaria pública, de calidad y universal para toda la ciudadanía madrileña. Máxime cuando, a día de hoy, la Comunidad de Madrid ha recibido más 3.300 millones de euros del fondo Covid-19 del Gobierno central, está a la espera de recibir otra importante transferencia de fondos finalistas y, además, el Ministerio ha anunciado más de  1.000 millones de euros para reforzar la Atención Primaria en el conjunto de las Comunidades Autónomas.

El gobierno de Madrid, en vez de invertir en la Atención Primaria, pilar fundamental en la prevención de enfermedades y en nuestra sanidad pública, apuesta por los recortes y por su desmantelamiento. En la misma reunión en la que Escudero anunció su ‘plan de mejora’, ofrecía a las direcciones de los centros de salud cambiar los horarios de los turnos de tarde para que estos terminaran a las 18:00h. A partir de esta hora las agendas de los profesionales sanitarios se cerrarían y ya no habría consultas de médic@s de familia, ni de pediatras.

Este nuevo recorte en la Atención Primaria lo está negociando la Consejería, directamente con las direcciones de cada centro por lo que aunque la medida es de aplicación a toda la Comunidad de Madrid, en la práctica se ira aplicando de forma paulatina y descentralizada.

Adelantar el horario de cierre en tres horas generará un grave problema para aquellas personas que por trabajo o cuestiones familiares no pueden ir en otro horario. Entendemos que este recorte en la atención afectará sobre todo a las clases trabajadoras.

Ante la voladura deliberada por parte de la administración de la CAM de la sanidad pública, cada día cobran mayor sentido las manifestaciones semanales que llevamos realizando en defensa del centro de salud de Abrantes -Carabanchel desde hace ya más de un año.

Hay que resaltar que el 10 de septiembre hizo un año desde que en la puerta de este ambulatorio apareció un cartel indicando “No hay médicos ni de mañana ni de tarde”. Desde entonces, salvo un breve parón durante la Navidad y ahora en pleno verano, cada jueves cientos de vecinos y vecinas nos hemos movilizado ante nuestro centro de atención primaria para exigir que este no se cerrara y en defensa de una sanidad pública. Y aunque el ambulatorio ha recuperado algunos facultativos y facultativas -insistimos, su número varía cada día-, el CS Abrantes, que atiende un área con una población de 30.000 personas, está en una situación muy difícil: le han quitado más de un tercio de los 16 profesionales médic@s que tenía en febrero de 2020, al inicio de la pandemia.

Reclamamos que se aumente el personal sanitario y la inversión tanto en la atención primaria, pilar fundamental en la prevención de enfermedades, como en el conjunto de nuestra sanidad pública.

Luchemos por una sanidad pública, universal y de calidad, no sólo para el barrio, sino para toda la Comunidad de Madrid. ¡Por ti, por el barrio!