Sanidad retiró durante 2021 varios productos para mejorar, supuestamente, la disfunción eréctil
Tras la retirada este 2021 de varios peligrosos cuyo riesgo no queda del todo claro para los pacientes, se pone de relieve que la disfunción eréctil es un asunto que ha de ser tratado con seriedad. Lejos de los complementos falsamente naturales, es primordial no sólo acudir a especialistas, sino informarse debidamente sobre la impotencia sexual. Desde sus factores de riesgo y métodos preventivos hasta sus causas psicológicas.
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Los recientes casos de la yohimbina y el nortadalafilo
Desde prácticamente siempre ha existido un mercado paralelo de supuestos productos farmacológicos que, por desgracia, no sólo no han cumplido sus milagros, sino que han puesto en riesgo la salud de sus consumidores. Dejando de lado los ingredientes que nuestros ancestros utilizaron atrás para aliviar algunos males, y sin entrar en su eficacia real, el fraude de algunos medicamentos —este año, entre otros, contra la disfunción eréctil— sigue siendo una cuestión a combatir no sólo por la justicia, sino por toda la sociedad. Si no, y quizá con más importancia todavía, con voluntad de erradicar la desinformación sobre aspectos de nuestra salud a menudo obviados tras la búsqueda del producto mágico.
El pasado mes de abril de este 2021 el Ministerio de Sanidad retiró el producto «+ACTIVO». Unas cápsulas que, como complemento alimenticio, y con intención de acabar con los problemas de erección, contenían una sustancia peligrosa en pacientes con infarto y otras dolencias como la hipotensión o la angina de esfuerzo. A pesar de que un complemento alimenticio pueda ser beneficioso en algunos casos, la realidad es que la impotencia sexual es mucho más compleja. Es decir, requiere de especialistas en Medicina Sexual, Urología y Andrología, así como de tratamientos muy concretos, según su naturaleza, para tratarla debidamente y con seguridad. En este caso, según recogía la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, a causa de la presencia de nortadalafilo —que aumenta el flujo sanguíneo del pene, aunque el producto en cuestión aseguraba contener sólo productos naturales—, se ponía en peligro a una población que suele tener problemas cardiacos y problemas de erección al mismo tiempo: la tercera edad.
Más recientemente, en este mes de Diciembre, la AEMPSha ordenado la prohibición de la comercialización y la retirada del mercado de las cápsulas Yohimnine+Caffeine, indicadas para mejorar la disfunción eréctil, por estar comercializadas como complemento alimenticio y no como medicamento o fármaco contra la impotencia masculina.
Como figura en su etiquetado, algo confirmado más tarde por los análisis llevados a cabo por el Laboratorio Oficial de Control de esta Agencia, este producto «contiene la sustancia activa yohimbina en una cantidad suficiente para restaurar, corregir o modificar una función fisiológica ejerciendo una acción farmacológica, lo que le confiere la condición legal de medicamento, según lo establecido en el artículo 2 a) del texto refundido de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, aprobada por el Real Decreto Legislativo 1/2015, de 24 de julio».
Algunas de las causas de la disfunción eréctil
En primer lugar, cabe destacar que las causas generales de la disfunción eréctil pueden ser verdaderamente distintas, pero estrechamente relacionadas. Por una parte, existe la impotencia sexual física, donde se implica toda una serie de factores relacionados directamente con nuestro organismo. Pero, por otra, existe también la posibilidad de que algún que otro factor psicológico se haya entrometido en la normalidad sexual del paciente. En este segundo caso —que comprende desde problemas en la relación sentimental y ansiedad como estrés y depresión—, siendo necesario complementar el tratamiento con terapia para hallar la razón mental del problema.
Cuanto a las causas físicas, en primer lugar encontramos la impotencia sexual como consecuencia de pacientes con problemas en los vasos sanguíneos o, dicho de otro modo, con algunos factores de riesgo cardiovascular. En otro punto, ésta también puede aparecer como consecuencia de un problema en el sistema nervioso —una conexión neurológica fallida o alterada— e incluso, presentando una alta incidencia en los casos registrados, a causa de la diabetes. Asimismo, la incapacidad para poder tener o mantener una erección, y la consecuente pérdida del apetito o la satisfacción sexual, se relaciona también con el desequilibrio hormonal y las enfermedades renales.
No existen los milagros: acude a un especialista
Si se trata de encontrar un remedio más allá del medicamento, haciendo prevalecer lo natural por encima de lo químico, lo que sí existen son métodos de prevención de la disfunción eréctil ideales para aplicar tras el tratamiento o para evitar la dolencia. Entre otros, y destinados a evitar los factores de riesgo, siendo importante tanto llevar una buena alimentación como hacer ejercicio, aprender a meditar o, también en el punto psicológico, labrar una comunicación afectiva sincera con la pareja. Y, en caso de no haber podido prevenir la impotencia sexual, siempre está la oportunidad de recurrir a una clínica especializada que restaure nuestra estabilidad.