CCOO y UGT denuncian que Correos completa el desmantelamiento del patrimonio histórico en el País Valencià con la venta del edificio de Alicante

Ahora le toca el turno al edificio de Alicante, para completar la desaparición “histórica” del Patrimonio de Correos en esta comunidad, en beneficio de la Generalitat como comprador de todos los edificios, por valores económicos cuando menos discutibles. 

En el País Valencià, Correos vende todos los edificios de las tres capitales de provincia (Valencia, Castellón y próximamente Alicante, además del de Elche). El de Valencia hace apenas una semana, valorado por Patrimonio por unos 30 millones de euros y vendido por el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, a la Generalitat Valenciana por 23,9 millones, para luego pagar un alquiler por utilizar parte de la planta baja de oficina. Y ya había vendido los edificios históricos de Castellón y Elche.

La importancia que tienen para la sociedad los edificios históricos de Correos en Alicante, Valencia, Castellón y Elche, y su arraigo popular en la vida de las ciudades del País Valencià, no merecen el desprecio y la utilización “política” que el presidente de Correos hace de ellos. No puede haber más propaganda (por muchas campañas millonarias que haga Serrano) y mejor imagen para Correos que el conocimiento popular de la ciudadanía y la utilización de los servicios postales públicos de los edificios históricos de Correos arraigados en el territorio y esenciales para las ciudades.

Además, en el colmo de la utilización política/partidista de Serrano, firma un Acuerdo con la Generalitat (como ha hecho en otras CCAA afines) para prestar servicios que Correos, como empresa pública 100% del Estado, ya presta en todo el territorio nacional sin que tenga necesidad de utilizar a la compañía pública para sus intereses personales.

Tal y como está ocurriendo actualmente en Valencia con el traslado forzoso, y a toda prisa, de más de 150 trabajadores/as al vetusto y obsoleto edificio del CTP de la calle San Vicente, en otro ejercicio más de falta de transparencia e información, y demostrando de nuevo su desprecio por el diálogo social y falta de respeto hacia los más de 50 trabajadores/as del edificio de Alicante que prestan sus servicios en la oficina de atención al cliente, la unidad de reparto 1 y los servicios técnicos y administrativos de Correos en la provincia, estos desconocen dónde y en qué condiciones serán trasladados.

Serrano pretende justificar la venta y posterior alquiler de parte de los edificios históricos del patrimonio de Correos por motivos puramente operativos, pero no puede ocultar la realidad: forma parte del desmantelamiento general de la empresa, al que se opone el 76% de la plantilla, firmado con sindicatos amarillos y corporativos (CSIF y SL) con una representación del 24% y pretende “amortiguar” la grave situación económica de pérdidas acumuladas provocadas por su falta de pericia empresarial y su nula capacidad para gestionar el dialogo social en la empresa pública con más plantilla del país y de paso utilizar a la compañía para intereses partidistas.