La Universidad de Santiago de Compostela y el Gobierno de Asturia comienzan los trámites para iniciar la exhumación de la fosa de Celanova
- La fosa de Celanova podría albergar los restos de siete milicianos asturianos fusilados por los falangistas en septiembre de 1939.
El equipo de Histagra, de la Universidad de Santiago de Compostela, y la Dirección General de Justicia, departamento de la Consejería de Presidencia del Gobierno de Asturias, mantuvieron el una primera reunión conjunta el pasado 17 de enero para iniciar los trámites que permitan exhumar este año, 2022, la fosa del cementerio de Celanova, documentada por el Comité de Memoria Histórica de la Comarca de Celanova, en la que podrían estar enterrados siete milicianos asturianos fusilados del 22 de septiembre de 1939 por un pelotón de la Bandera de Falange de Marruecos.
Francisco Serrulla, médico forense que forma parte del equipo de Histagra, encargado por la Xunta de Galiza de llevar a cabo las exhumaciones en Vilagarcía de Arousa y en Crecente en el segundo semestre de 2021, viajó esta semana a Oviedo para realizar las pruebas de ADN a dos familias de dos de los asesinados en Celanova aquella mañana de septiembre.
Los nombres y las historias de Baldomero Vigil Escalera Vallejo, 19 años, pintor; Marcelino Fernández García, 21 años, mecánico; Guillermo de Diego Álvarez, 25 años, chofer; Alfonso Moreno Gayol, 26 años, chofer; Abelardo Suárez del Busto, 28 años, albañil; Belarmino Álvarez García, 29 años, mineiro; y Mariano Blanco González, 36 años, litógrafo, se conocen desde que la primavera pasada el Comité de Memoria Histórica de la Comarca de Celanova empezó a divulgar el resultado de sus investigaciones en los Archivo de Ourense y Ferrol, donde aparecieron las causas de estos siete asturianos capturados por las fuerzas sublevadas tras la caída de Gijón a finales de octubre de 1937.
El Comité de Memoria Histórica de la Comarca de Celanova, que contó desde el principio con el apoyo del Gobierno de Asturias, organizó un acto el pasado 25 de septiembre en el Instituto de Celanova (que sirvió de prisión central desde la guerra hasta 1943) de homenaje a los 7 fusilados. A raíz de la divulgación de su memoria, aparecieron familiares de dos de los asesinados: Abelardo Suárez del Busto y Marcelino Fernández García. Una de las familiares, Gracia, nieta de Abelardo, visitó Celanova en octubre. Con la hija de Marcelino, Josefa, el Comité entró en contacto a finales de ese mismo mes.
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