Rusia veta en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución sobre Ucrania
- La resolución, impulsada por Estados Unidos y Albania, demandaba detener la operación militar rusa y revertir el reconocimiento de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Rusia vetó este viernes el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que demandaba el cese inmediato de la operación militar en Ucrania, según anunció el representante permanente ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia.
En opinión de Nebenzia, este proyecto de resolución del Consejo es “antirruso y antiucraniano”. También consideró que “contradice indudablemente los intereses fundamentales del pueblo ucraniano, ya que trata de salvar y consolidar en Ucrania el sistema de poder que ha llevado a este país a una tragedia que ha durado al menos ocho años”.
La resolución, que había sido impulsada por Estados Unidos y Albania, recibió el apoyo de 11 países miembros del Consejo, mientras otros tres se abstuvieron (China, India y Emiratos Árabes Unidos).
La nación euroasiática ejerció su derecho al veto, un poder que solo ejercen de manera exclusiva los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Este grupo está integrado además por China, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, quienes también pueden evitar que se apruebe cualquier resolución, al ser miembros permanentes.
De acuerdo con el texto de la resolución, que quedó archivada, el Consejo respaldaba el llamado del secretario general de la ONU, António Guterres, a detener la operación militar en Ucrania y deploraba profundamente “la agresión rusa contra Ucrania”.
Además, el proyecto reflejaba que el Consejo de Seguridad de la ONU indicaba que Rusia debía retirar de manera inmediata y sin condiciones previas todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania, anular de inmediato todas sus decisiones respecto al reconocimiento de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
El diplomático ruso ante la ONU precisó que el documento no refleja el papel de Occidente en su respaldo a Kiev y en desestimar la violación continua de los acuerdos de Minsk (capital de Belarús) por parte de las autoridades de Kiev. “Si sus autores hubieran intentado que se pareciera mínimamente a un documento equilibrado, no habrían dejado de lado cuestiones que no deben olvidarse”, apuntó.
Los acuerdos de Minsk fueron firmados en 2014 entre el gobierno de Ucrania y los separatistas de Donestk y Lugansk. Este pacto proponía el alto al fuego inmediato en la región del Donbás, donde se encuentran las autoproclamadas repúblicas. Kiev irrespetó el convenio a solo una semana de suscrito y prosiguió durante ocho años sus ataques contra el Donbas con un saldo de miles de heridos.
Nebenzia arremetió contra los países occidentales al aseverar que han convertido a Ucrania en “un peón de su juego geopolítico sin importarles en absoluto los intereses del pueblo ucraniano”, mientras los responsabilizó de los hechos actuales, más allá de las responsabilidades de los dirigentes de Kiev.
El funcionario ruso ante Naciones Unidas remarcó que esta resolución es un movimiento en una “cruel e inhumana partida de ajedrez contra Ucrania”. “Es difícil competir con EE.UU. en número de invasiones”, evidenció.
El pasado 24 de febrero, el mandatario ruso Vladímir Putin anunció el inicio de una operación militar especial en el territorio ucraniano, luego de que los líderes de las autoproclamadas repúblicas, reconocidas por Rusia como Estados soberanos, solicitaran ayuda militar. Previamente, ambas regiones firmaron con la Federación un tratado de amistad y asistencia recíproca ante la agresión de Kiev en la región.
Putin aseguró que entre los objetivos estaba desmilitarizar y desnazificar Ucrania, como parte de la protección de la soberanía y seguridad de Moscú, ante la permanente amenaza que representa el país vecino.
En este sentido, El Ministerio de Defensa ruso aseguró que la operación militar no está dirigida a zonas urbanas ucranianas ni a la población civil, sino que busca inutilizar infraestructura bélica.
Asimismo, el mandatario ruso amenazó con llevar a la justicia a los responsables de “numerosos crímenes sangrientos contra civiles”. El jefe de Estado ruso solicitó a uniformados y civiles en Ucrania a que no opongan resistencia a la operación y alertó que si una fuerza externa amenaza o interviene, recibirá la respuesta del Kremlin de inmediato.