Redacción •  Actualidad •  19/03/2022

La campaña Banca Armada denuncia que el BBVA continúa destinando miles de millones de euros a financiar empresas productoras de las prohibidas armas nucleares y empresas relacionadas con la militarización de fronteras

  • Koldobi Velasco, activista de la campaña, ha intervenido en la junta de accionistas del banco para denunciar la doble moral del que es el “segundo banco del Estado en volumen de inversiones armamentísticas” que, a su vez, hace “campañas de lavado de imagen mediante su apoyo a las víctimas de Ucrania”.
  • Velasco se ha dirigido al Presidente de la entidad bancaria para señalar “su cinismo al financiar empresas como el Grupo Eulen, ATOS y Accenture que participan en la militarización de la Frontera Sur del Estado Español, contribuyendo a crear la sensación de que para el BBVA hay guerras y refugiados de primera y de segunda”.
  • Por su parte, Jon Narváez, también miembro de Banca Armada, ha intervenido para denunciar las relaciones del banco con empresas productoras de armamento nuclear, a pesar de estar prohibidas por el derecho internacional desde la entrada en vigor del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares en enero de 2021.
La campaña Banca Armada denuncia que el BBVA continúa destinando miles de millones de euros a financiar empresas productoras de las prohibidas armas nucleares y empresas relacionadas con la militarización de fronteras

Dos miembros de la campaña Banca Armada, integrada por 9 oenegés de todo el Estado, han participado esta mañana en la Junta de Accionistas del BBVA como representantes de 24 accionistas críticas que previamente les habían delegado su voto.

Koldobi Velasco y Jon Narváez han intervenido dirigiéndose al presidente del banco, Carlos Torres, para denunciar las reiteradas inversiones en empresas armamentísticas que la entidad vasca realizó durante el período 2019-2021 y el “cinismo” manifiesto al crear una campaña de apoyo a las víctimas del conflicto armado ucraniano.

Durante el período mencionado, el BBVA ha destinado más de 5.421 millones de euros a compañías de la industria armamentística que participan en la eufemística “seguridad de fronteras” y a compañías que mantienen, modernizan o fabrican armamento nuclear.

Denunciamos los vínculos del BBVA con empresas relacionadas con la militarización de fronteras

En este sentido, la intervención de Koldobi Velasco se ha centrado en la denuncia de las inversiones en empresas relacionadas con la contención de la “frontera Sur” de Europa, o lo que es lo mismo: las alambradas, concertinas, cámaras de seguridad, sistemas de vigilancia y otros elementos disuasorios de la entrada de personas migradas y refugiadas a territorio del Estado Español. “A la frontera sur del Estado Español y a Canarias llegan personas que huyen de conflictos como Siria, Etiopía, Somalia o Libia, o que huyen de zonas en tensión o que simplemente buscan un lugar mejor dónde vivir a salvo y en paz. Cuando estas personas llegan a nuestras fronteras, se les recibe de forma inhumana a causa del sistema de militarización y securitización que tenemos instalado para proteger la Europa Fortaleza”, ha explicado Velasco

El Grupo Eulen, ATOS o Accenture han recibido financiación del BBVA y forman parte de las empresas contratistas que han recibido encargos en la Frontera Sud para hacer, por ejemplo, labores de mantenimiento de los sistemas de vigilancia como el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) y servicios de mantenimiento y reparación tanto de puestos fronterizos como de los CETIs (Centros de Estancia Temporal para Inmigrantes), en los que se cometen flagrantes violaciones de los Derechos Humanos, especialmente preocupantes en el caso de las personas más vulnerables, incluidas las familias con niños menores y las personas con problemas graves de salud.

A modo de ejemplo, el Grupo Eulen, empresa receptora de 42 contratos por valor de más de 16 millones de euros para la gestión y mantenimiento de instalaciones dónde a menudo se vulneran los derechos de las personas migrantes, recibió 37 millones de euros en créditos sólo en los dos últimos años por parte del BBVA. ATOS, con 26 contratos, algunos de ellos para el mantenimiento del SIVE que le han proporcionado 19 millones de euros, ha sido asistida por BBVA en operaciones de underwriting por valor de más de 47 millones.

“Sr. presidente y miembros del consejo de administración, ¿de verdad creen que es moralmente aceptable hacer campañas de lavado de imagen con Ucrania mientras históricamente han financiado el negocio de la guerra y de la militarización de fronteras?” concluía Velasco.

El BBVA sigue financiando empresas que producen armamento nuclear

El también activista de la campaña Jon Narváez, intervino para incidir en las inversiones que el BBVA realiza a empresas que fabrican armamento nuclear, algo denunciable puesto que existe legislación nacional e internacional que las limita y prohíbe, y más inmoral aún teniendo en cuenta la amenaza de esta índole que sobrevuela la guerra de Ucrania.

“Como sabrán, en enero del año pasado entró en vigor el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, después de que 51 países lo ratificaran. Ese tratado prohíbe explícitamente la fabricación, el desarrollo, la adquisición, el almacenaje y el emplazamiento de armas nucleares, así como prohíbe usar o amenazar con usar dichas armas, y finalmente, también prohíbe que se asista o se ayude de cualquier forma para que se puedan realizar estos actos prohibidos” explicó Narváez.

El BBVA ha financiado durante el período 2019-2021 a 7 empresas que todavía producen armamento nuclear en el mundo: Airbus, Boeing, General Dynamics, Honeywell International, Jacobs Engineering, Leonardo y Thales.  Según explicó en la Junta el activista y miembro de SETEM Hego Haizea, el BBVA: “Han invertido más de 5.300 millones de euros en estas 7 empresas. ¿Y saben qué es lo más despreciable? Que esto supone, según los datos de los que disponemos, un incremento del 66% respecto al período anterior en lo que refiere a inversiones en empresas que fabrican armas nucleares”.

Las empresas de armas dependen en un 75% de pasivos financieros que las instituciones financieras les proporcionan para financiar su circulante o cualquier adquisición de activos y así poder producir su material de guerra. “Sin financiación, no hay armas”, remarcó Narváez.

Pero más allá de la “vergüenza que supone que España aún no haya firmado el tratado internacional de prohibición de armamento nuclear”, lo que el activista recalcó, al igual que Koldobi, es la doble moral de la entidad vasca. “Por favor, no sean tan cínicos. No vistan de altruismo sus acciones relacionadas con el conflicto en Ucrania cuando hasta ahora han estado alimentando el armamento nuclear y beneficiándose de la industria de la guerra alrededor del mundo”, concluyó.


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