Alianza por la Solidaridad alerta de la crisis humanitaria en Centroamérica por sequía, contaminación y acaparamiento de agua
Alianza por la Solidaridad trabaja en la zona garantizando un derecho al agua de calidad que cada día está más en riesgo.
a ONG Alianza por la Solidaridad, con motivo del Día Mundial del Agua, alerta de la grave crisis que pueden sufrir millones de personas de los países centroamericanos, y más en concreto del llamado “Corredor Seco”, debido a las sequías y tormentas ciclónicas, cada vez más graves debido al cambio climático, la contaminación de las fuentes de agua por la minería y el acaparamiento del agua de los ríos más caudalosos con grandes hidroeléctricas. Los tres factores unidos, ponen el peligro la seguridad alimentaria de las comunidades, denuncia la organización, que lleva 30 años trabajando en la zona con proyectos relacionados con este recurso.
Los últimos datos de la FAO señalan que el 50% de los cultivos del “corredor seco” (que atraviesa Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y parte de Costa Rica) se han perdido en los últimos años debido a las sequías, cada vez más duraderas, y a precipitaciones con patrones de comportamiento que no guardan relación con los esperados en esta zona del planeta. De hecho, en la COP22 de Marruecos se señaló que Centroamérica es una de las regiones más vulnerables del mundo al cambio climático, siendo Honduras el país que encabeza el ránking a nivel global. Nicaragua y Guatemala también están entre los 10 más afectados.
A ello se suma, el aumento de la industria minera en esta zona, auspiciada por el aumento de los precios de metales como el oro, pero también plomo, níquel o cobre. Del total de territorio Centroamericano, el 14% se encuentra concesionado a las empresas mineras, muchas extranjeras. “La minería requiere gran cantidad de agua para la separación de los metales, que en el caso del oro además requiere cianuro, pero hay otros muchos metales pesados en altas proporciones, como mercurio, plomo, etcétera. Esa agua contaminada acaba en la tierra y el subsuelo, generando muchos problemas de salud debido al consumo de agua directamente o a productos regados con ella”, señala Almudena Moreno, coordinadora del Programa de Desarrollo Sostenible de Alianza por la Solidaridad.
Alianza trabaja en Centroamérica desde hace años para garantizar el derecho al acceso al agua potable en Nicaragua y El Salvador. El año pasado concluyó el proyecto “Mejora de las condiciones de agua potable y saneamiento en 8 municipios de Chinandega Norte”, en el corredor seco de Nicaragua, iniciativa que ha dotado de agua potable 3.459 familias de 50 comunidades, 15 sistemas de riego y letrinas para 1.812 letrinas. En total, una cuarta parte de la población total. Chinandega es una de las zonas mineras del país y en los análisis de los sistemas de agua potable que se ha hecho en uno de los municipios, Villanueva, detectaron que el 80% de las fuentes de abastecimiento están contaminadas. Ahora, los trabajos continúan y se construyen en la actualidad dos redes de agua potable en comunidades aisladas gracias a sistemas fotovoltaicos. A finales de año, al menos 4.085 personas podrán tener agua potable de calidad y a un precio asequible.
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El Salvador, es otro de sus países de acción para la organización Alianza por la Solidaridad. En concreto, en el municipio de Berlín se han instalado unos sistemas de recogida de agua de lluvia, para poder aprovecharla al máximo, dado que es en la parte superior de la Cuenca y no se retiene. Gracias a este trabajo 267 familias tienen acceso a agua. Además, se han entregado filtros purificadores de agua a 459 familias, logrando así su adecuado tratamiento para el consumo humano. Estas acciones han ido acompañadas de reforestación en las zonas de recarga para aumentar la disponibilidad de agua y así disminuir los efectos adversos del cambio climático. Cabe señalar que el pasado año este país fue profundamente afectado por la sequía, obligando al Gobierno salvadoreño a decretar una emergencia nacional ante la disminución de los niveles freáticos de las aguas subterráneas y los caudales de los ríos, que han llegado a disminuir entre un 40 a 90%.
En Guatemala, Alianza por la Solidaridad tiene en marcha su campaña TieRRRa de apoyo a las comunidades maya quekchí que viven en el entorno del río Cahabón, donde una empresa guatemalteca, Corporación Multinversiones, ha encargado al grupo Cobra español la construcción de una hidroeléctrica que ha dejado prácticamente sin agua el cauce durante la cada vez más larga estación seca. “Llevamos recogidas más de 15.000 firmas con las que exigimos que se paren las obras hasta que se haga una consulta previa e informada a las comunidades afectadas y que se realice un informe de impacto ambiental de los casi 30 kms de cauce afectados”, afirma Moreno.
Alianza por la Solidaridad trabaja para paliar los efectos de los tres factores (cambio climático, contaminación y acaparamiento) que, combinados, están agravando el derecho al agua limpia de los 47 millones de personas que viven en Centroamérica.