Redacción •  Actualidad •  07/04/2022

8 de abril: movilización del servicio de atención domiciliaria en Madrid

  • Las personas trabajadoras del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD) se movilizan en Madrid el 8 de abril para protestar contra la precariedad en su trabajo.
  • CGT entiende que la precariedad del sector proviene de un dinero público mal gestionado y es por ello que pide a todas las organizaciones y a la ciudadanía que apoyen esta lucha por un trabajo digno y necesario.
8 de abril: movilización del servicio de atención domiciliaria en Madrid

El Sindicato de Oficios Varios de la Confederación General del Trabajo de Madrid ha convocado el 8 de Abril en la Plaza del Callao a las 18 hs en protesta contra la precariedad de las trabajadoras del SAD y como colofón a las marchas de la marea blanca

El 8 de Abril, las personas trabajadoras en los Servicios de Atención Domiciliaria, se echarán a la calle una vez más para defender sus derechos de clase. Este sector, formado en su mayoría por mujeres, ha sido considerado sector esencial durante la pandemia, ya que realizan las tareas de cuidado de personas mayores y dependientes.

El día 8 las compañeras del SAD alzarán sus voces en las calles de varias localidades, coincidiendo con la huelga general que se ha convocado en Andalucía y como colofón de las marchas de la Marea Blanca que han realizado, durante 14 jornadas por varias ciudades de la geografía andaluza.

Tenemos una población envejecida con un alto índice de dependencia. Que las personas puedan permanecer en sus domicilios mientras así lo deseen, no es sólo una cuestión de justicia social, sino también un aumento en la calidad de vida de estas personas. Pero para ello tienen que contar con los recursos necesarios y estos recursos, que las administraciones ponen a disposición de los dependientes, se malversan a través de subcontratas de fondos buitres que precarizan el sector recortando en salarios y derechos.

Durante la pandemia, estas mujeres han seguido cuidando de las personas enfermas, ancianas y dependientes con el precio, en muchos casos, de la propia vida. Armadas con mascarilla, unos guantes y una sonrisa han sido el contacto, la atención y el apoyo del millón y medio de dependientes censados en este país.


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