Redacción •  Cultura •  23/05/2022

Joaquín Sabina inspira libro de relatos de Xosé Ramón Pena

  • El escritor gallego publica de la mano de De Conatus una obra basada en la canción “La del pirata cojo”. Pena asegura que le une a Sabina su predilección por los perdedores que nunca se cansan de intentarlo.
  • El próximo 31 de mayo, a las 19:30 horas, “Todas las vidas” se presentará en la Casa de Galicia en Madrid, con la participación del autor y la editora Silvia Bardelás.
Joaquín Sabina inspira libro de relatos de Xosé Ramón Pena

Este libro inspirado en la canción “La del pirata cojo” de Joaquín Sabina retrata personajes anónimos completamente influidos por la cultura popular de su tiempo. Son perdedores por ser soñadores y la música en todos ellos es la culpable de un sueño abstracto y sentimental que les lleva a tomar decisiones desacertadas. Decisiones desacertadas que propulsan, sin embargo, una vida auténtica, salvaje y surrealista. Con esta lectura, el lector se siente uno más, se hace consciente de la existencia de dos mundos que nunca se tocan: el de los que crean la cultura, llevan las instituciones, ordenan el mundo, y el de aquellos que simplemente votan, pero no participan en nada. Con unos personajes de hace unas décadas, Xosé Ramón Pena es capaz de trazar un mundo que empezó mucho antes y que todavía pervive: aquel que hace creer que todos podemos llegar a ser lo que soñamos o por lo menos, llegar a tener un nombre, llegar a ser reconocidos. De alguna manera, el narrador hace un zoom con su cámara dentro de la sociedad de masas, de la cultura de masas que nombró Ortega y Gasset para centrarnos en algunos ejemplos individuales. Y esa cultura solo parece ofrecer sueños, pero ninguna herramienta para cumplirlos. Xosé Ramón Pena sigue la tradición gallega de cuentistas, podría considerarse un Fernández Flórez moderno, el cuentista de un mundo que ha perdido la magia pero que todavía vive en su estela. Cada relato cuenta una vida que no sigue un orden cronológico sino un orden de significado. En algún momento, sus personajes han decidido lanzarse a ser algo más de lo que su circunstancia les depara hasta llegar a atracar un banco para tener visibilidad, a pensar en el boxeo como una oportunidad de éxito, a ser un comunista en Las Vegas.

La cultura popular a través de la música y el cine siempre ha llevado al deseo de otras vidas, a una experiencia vicaria de mundos más intensos que complementan el hastío y la falta de horizonte de la vida cotidiana de una clase social con pocos recursos. Solo unos pocos de esos que viven vicariamente no se sienten satisfechos y emulan la aventura con los pocos recursos que están a su alcance. La ironía es un recurso literario cada vez más en desuso. Quizás porque en un mundo tan ideologizado, parece banal admitir cualquier transgresión. Sin embargo, es en esa distancia con la sociedad, con los valores estandarizados, en los que aparece la empatía. Saber contar un cuento viene sobre todo de la tradición de una cultura cuentista. Xosé Ramón Pena sabe, como supo Fernández Flórez o Cunqueiro, construir personajes que rayan el esperpento, tratarlos con una ironía tierna y llevarlos por una historia de sueño y pérdida que deja en el lector un recuerdo de lo que significa vivir. La narrativa de Todas las vidas recupera el diálogo como una forma de crear personajes verdaderamente humanos. La descripción de los espacios, desde el oscuro gimnasio de boxeo de una ciudad de provincias hasta el brillo y la exuberancia de una naturaleza primaveral envuelven al lector en atmósferas reales que parecen imposibles. La sensualidad en los cuerpos que se mueven en territorios prohibidos nos devuelve una vivencia sensorial que la literatura olvida en estos tiempos.


De Conatus /