La Comunidad de Madrid deja a 16.000 vecinos de Vallecas sin atención médica por las tardes
- Un único médico de guardia atiende en el Centro de Salud Campo de la Paloma a una población envejecida, cuando hasta ahora eran cinco los médicos de familia que pasaban consulta por las tardes.
- La Comunidad de Madrid ha intentado en los últimos años imponer el cierre vespertino de los centros de atención primaria.
- La Asociación de Vecinos de los Pinos de San Agustín, que se plantea incluso presentar una querella, convoca una concentración para el próximo miércoles, 1 de junio, a las 19:30 a las puertas del centro (C/ Villalobos, 14).
La Asociación de Vecinos Los Pinos de San Agustín ha denunciado la última medida de las autoridades sanitarias en este barrio vallecano. Actualmente, el Centro de Salud Campo de la Paloma, que viene sufriendo en los últimos meses recortes y abandono, es atendido en horario vespertino exclusivamente por un único profesional de guardia, cuando hasta ahora lo hacían cinco médicos de familia. Según lamenta Mariano Monjas, presidente de la asociación, “este médico sólo puede atender casos leves o derivar a las urgencias del hospital”.
Esta decisión se enmarca dentro de los intentos de la Comunidad de Madrid de llevar a la práctica su intención de cerrar por las tardes las consultas de Atención Primaria, una medida que en los tres últimos años ha provocado multitud de actos de protesta vecinal.
Esta situación límite ha llevado a la Asociación de Vecinos de los Pinos de San Agustín a convocar a la vecindad del barrio a que se concentre a las puertas de su Centro de Salud del Campo de la Paloma el próximo miércoles 1 de junio a las 19.30. La entidad llama a la ciudadanía a oponerse a esta agresión “porque nos están matando” asegura Monjas. El establecimiento sanitario se encuentra en el número 14 de la calle Villalobos.
Desde el pasado año, el centro de salud del barrio padece el recorte sistemático del número de profesionales que atiende a la vecindad, en lo que la asociación vecinal considera una agresión a la dignidad y a los derechos de las vecinas y vecinos. Una población de 16.000 personas, de las cuales sólo 3.000 son menores. Una vecindad envejecida que requiere una continua atención a su salud para garantizar incluso la supervivencia.
La asociación quiere expresar su total desacuerdo con este inhumano recorte de personal que es un atentado al derecho a la salud y exigir además su inmediata reposición. Incluso se plantea la posibilidad de presentar una querella ante lo que consideran una brutal agresión que no pueden admitir.