Derecha colombiana apoya movimiento anti-Petro rumbo a la segunda vuelta de la elección presidencial

El excéntrico millonario Rodolfo Hernández cosechó tempranamente el apoyo de la derecha en la carrera por la segunda vuelta de la elección presidencial en Colombia frente el centroizquierdista Gustavo Petro, quien pese a vencer en el primer turno enfrenta resistencias para sumar más respaldo de aquí a la elección del 19 de junio.

Petro se impuso con 40.3 por ciento de los sufragios sobre Hernández (28.2), un empresario inmobiliario que de manera sorpresiva sacó del camino a Federico Gutiérrez (23.9), el abanderado de la derecha afín al oficialismo.

Apenas se conoció el conteo oficial, Gutiérrez anunció su respaldo al candidato independiente, a quien en la campaña llamó “farsante” y “solapado”. El candidato perdedor indicó que Petro “es un peligro para la democracia”.

Varios representantes del Centro Democrático, el partido en el poder, se alinearon detrás de Hernández, quien también enarbola un discurso antisistema que tiene como eje el combate a la corrupción, pese tener imputaciones de la fiscalía por un contrato irregular cuando fue alcalde de la ciudad de Bucaramanga (2016-2019).

“El país necesita cambios, no el suicidio que ofrece Petro, pero sí autoridad, orden y la prosperidad que propone un empresario como Hernández”, tuiteó la influyente senadora María Fernanda Cabal.

La coalición oficialista, que apenas logró 4.2 por ciento de los apoyos, declinó asumir una posición común. “Cada uno de sus sectores y movimientos (de la alianza) decidirá”, reza una carta pública. Aunque el contendiente de Petro también va contra el sistema, las fuerzas tradicionales se plegaron a su candidatura casi de manera automática, en un frente “anti-Petro” que en teoría tiene más posibilidades de crecer que el que lidera el centroizquierdista. Los abstencionistas representan 45 por ciento del electorado.

Petro obtuvo 8.5 millones de vo-tos frente a los 5.9 millones de Hernández, quien podría recibir el voto de los seguidores de Gutiérrez y la corriente que encabeza el ex presidente ultraderechista Álvaro Uribe, quien enfrenta líos con la justicia pero es influyente.

Tanto Petro como Hernández lograron capitalizar el descontento expresado en las reprimidas protestas de 2019 y 2021, y el desprestigio del gobierno de Duque por el manejo de la crisis económica que siguió a la pandemia. Durante la campaña para el primera vuelta, Petro se enfocó en atacar a Gutiérrez en debates televisados y en plaza pública. Ahora deberá cambiar de estrategia para contrarrestar el fenómeno de Hernández y sumar 2 millones más de votos que requiere.

Una fuente de su campaña admitió que el hasta ayer outsider es un “rival incómodo”.

Sin un partido que lo respalde ni una ideología clara, el empresario logró meterse en la pelea a punta de propaganda en TikTok. Nunca se le vio en tarima y sobre el final de la contienda, decidió no participar en los debates.

Para el analista Alejo Vargas, Petro “está en la cuerda floja”. Ahora deberá modificar sus propuestas, su discurso.