Exigen a la Junta de Castilla y León otras políticas forestales para la Sierra de la Culebra
- Ecologistas en Acción de Zamora demanda a la Junta que se considere a los pinos como especies alóctonas y que, por su mejor respuesta al fuego, se potencie el roble y otras frondosas.
Sobre las recientes declaraciones de los representantes políticos de la Junta de Castilla y León, en relación a que las zonas incendiadas en la Sierra de la Culebra se repoblarán nuevamente con pinos (considerados por este organismo como árboles “autóctonos”), Ecologistas en Acción de Zamora quiere realizar una serie de valoraciones.
Los pinares de la Sierra de la Culebra se comenzaron a plantar a partir de los años 40 del pasado siglo. Evitar la erosión tras siglos de usos intensivos de los suelos y, además, promover el desarrollo económico de un país en periodo de postguerra, justificaron las repoblaciones con pinos resineros (Pinus pinaster), silvestres (Pinus sylvestris) y en menor medida, con pino laricio (Pinus nigra) en los montes de La Culebra. En cualquier caso, estas tres especies -si bien son autóctonas en diferentes hábitats de la península Ibérica-, no se pueden considerar árboles propios para La Culebra, porque quizá llevan sin ocupar este territorio de forma natural probablemente varias decenas de siglos y habría que remontarse a registros polínicos antiguos para defender su origen autóctono.
La irresponsabilidad de plantar pinares en el contexto de cambio climático
Por otro lado, Ecologistas en Acción de Zamora exige a la Junta de Castilla y León un cambio radical en las políticas forestales de este y otros territorios. En un contexto de cambio global, de sequías y olas de calor prolongadas y, por lo tanto, de riesgo de incendios forestales cada vez de mayor magnitud, es una irresponsabilidad seguir plantando pinares, especies que además son muy pirófitas y que propagan el fuego con mucha facilidad durante los incendios forestales.
De la misma manera y como ya se ha demostrado en el grave incendio del pasado mes de junio en La Culebra, algunas infraestructuras como los cortafuegos minerales, no han resultado útiles para frenar la potencia del fuego. Pero curiosamente, las masas más extensas de robledal (en la umbría de Villardeciervos) o algunas franjas de vegetación autóctona (como la que discurre paralela a la carretera Villardeciervos-Ferreras de Arriba) han sufrido menos el impacto del fuego y han actuado como cortafuegos vegetales debido a la mayor humedad y a la ausencia de resina.
Exigimos a los responsables de la Junta de Castilla y León que promuevan los bosques autóctonos de roble melojo, de abedul, de encinas, de alcornoques y de madroños, especies que, por un lado, aguantan mejor los incendios forestales y a diferencia de los cultivos de pinos, forman ecosistemas de gran biodiversidad que acogen a numerosas especies de flora y de fauna. Recordemos además, que la Sierra de la Culebra está incluida dentro de la Red Natura 2000 por lo que promover los ecosistemas autóctonos –y no los pinares de repoblación- supone una respuesta mucho más coherente frente a las obligaciones derivadas de las Directivas europeas y especialmente, frente a la crisis ambiental que nos acompaña.