El Partido Comunista de Navarra conmemora la II República llamando a construir una República que dé respuesta a las necesidades de la clase trabajadora
- Bajo el escudo republicano de Iruñea, situado en la fachada de la plaza de Toros, el PCE-EPK en Navarra recuerda a los hombres y mujeres que lucharon en los años 30 por consolidar y aumentar los derechos alcanzados por la Constitución de 1931.
El PCE-EPK en Navarra reivindicó el sábado 15 de abril la Tercera República en un acto político que se celebró, como viene siendo habitual en los últimos años, en la entrada principal de la Plaza de Toros de Pamplona, bajo el escudo republicano que preside este edificio.
Ante decenas de militantes y simpatizantes, el Partido Comunista de Navarra insistió en que la República vuelve a ser la manera democrática de constitucionalizar la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza. Por ello, demandó su instauración, “no como una forma política abstracta”, sino como una salida “real” a las necesidades y reivindicaciones básicas de la clase trabajadora y el pueblo.En el acto político, en el que intervinieron la secretaria política, Isabel Burbano, y el coordinador de Izquierda Unida de Navarra y candidato de Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa, Carlos Guzmán, el PCE-EPK reclamó una República democrática y popular que garantice los derechos políticos, laborales y sociales; y que defienda lo público como fundamento de la economía productiva, los servicios básicos y el sistema financiero.
Así mismo, desde la formación marxista se demandó un cambio político, constitucional y de modelo que “profundice” la democracia, estableciendo mecanismos reales de participación en la vida pública y en la toma de decisiones, y que reconozca los derechos democráticos de los pueblos del Estado español y la realidad plurinacional como rasgo constitutiva de la misma.
Ese nuevo sistema político y social, según añadió Isabel Burbano, debe garantizar también “la igualdad legal y real” entre mujeres y hombres, “sin personas de segunda”, en el que las mujeres puedan desarrollar el papel que les corresponde.Por su parte, Carlos Guzmán recordó que, a pocos meses de las elecciones municipales y forales, el PCE-EPK ha participado en la construcción de un bloque político y social popular alternativo, que en la Comunidad Foral se ha traducido en Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa, en torno a un programa común transformador. Su objetivo, no es otro que, construir “un nuevo país que supere el régimen monárquico en el que sustenta la oligarquía económica y financiera”, según Guzmán.
Recuerdo a la II República
En el acto, también hubo un recuerdo a la II República, y más concretamente a las personas que lucharon por ella en Navarra. En ese sentido, el comisario de la exposición sobre el centenario del PCE en Navarra, Eduardo Mayordomo, destacó en la introducción al acto que esos hombres y mujeres no se contentaron con tener una Constitución como la aprobada en 1931, sino que “trabajaron para que los avances que venían recogidos en esos artículos fueran reales y se tradujeran en un cambio de realidad económica y laboral”. Así, recordó que esa lucha conllevó persecuciones que sufrieron antes y después del 18 de julio de 1936. Represión por denunciar el auge del fascismo, por pedir la libertad de los presos políticos de la Revolución de 1934 o por participar en las huelgas que consiguieron crear en Navarra el primer subsidio para los trabajadores parados.
En su discurso, Mayordomo también manifestó que el PCE puso en esos años todo su empeño en crear una alianza política, sindical y social de la izquierda navarra, que se tradujo en organizaciones como Alianza Obrera, Socorro Rojo, Juventudes Socialistas Unificadas o el Frente Popular. Alianzas que hicieron avanzar los derechos de los trabajadores hasta cuotas hasta ese momento inimaginables hasta la llegada de la dictadura fascista.
Escudo republicano municipal
Como viene siendo habitual, el acto se celebró en la entrada principal de la Plaza de Toros, bajo el escudo republicano de Pamplona que se conserva en su fachada y que ha sido rehabilitado hace pocos años.
Este escudo, mandado colocar por el Ayuntamiento en 1934 por el tercer alcalde que tuvo Iruñea en la II República, logró sobrevivir durante la dictadura franquista, convirtiéndose en otro de los muchos símbolos que recuerdan esa Iruñea leal a los ideales republicanos y que el fascismo no consiguió eliminar.