Redacción •  Cultura •  24/06/2023

El Teatro del Barrio cumple diez años y presenta una temporada anti trumpista más a pie de calle que nunca

  • El Teatro del Barrio cumple diez años como un teatro de vocación popular con estructura de cooperativa.
    Para conmemorar su primera década incorpora el lema ‘A las calles’, cambiará sus butacas y rediseñará su imagen y su decoración. Con su nueva programación, más que nunca, persigue dar voz a la calle frente a la manipulación de los espacios de poder.
    Además, a partir de diciembre, se recuperarán los grandes hits de la programación de esta década. El primero será Autorretrato de un joven capitalista español, de Alberto San Juan.
El Teatro del Barrio cumple diez años y presenta una temporada anti trumpista más a pie de calle que nunca

Fue el 4 de diciembre de 2013. Teatro del Barrio levantaba la persiana tomando el testigo de Sala Triángulo, iniciando un nuevo proyecto artístico y social en el armazón de aquel espacio que había sido un baluarte fundamental de la escena alternativa. Y lo hizo como un eslabón más salido de la explosión de indignación que había sido el 15M, el movimiento que el diario The Guardian calificó como “el acontecimiento político más importante [en España] desde la muerte de Franco”, y que se desparramó por plazas de todo el mundo.

Una doble vocación

Y, como aquel movimiento, tenía una doble vocación: servir de altavoz real de la clase trabajadora y aportar una mirada crítica de las estructuras sociales y económicas. “We are the 99%”, decía Occupy Wall Street, y eso podría aplicarse a esta otra esquina del planeta. John Holloway se ha preguntado ¿Cómo cambiar el mundo sin tomar el poder?, y el Barrio es un firme defensor de la cultura en ese cometido. Es un teatro respondón. No en vano, se ubica a pocos metros de la Puerta de Sol, donde se instaló la mítica acampada. En Lavapiés, un rincón a la vez castizo y multicultural que se ha rebelado mucho más que otros vecindarios ante dinámicas de especulación inmobiliaria y saturación turística. Porque la memoria de los sitios también imprime carácter, como recuerda Julia Ramírez Blanco en 15M. El tiempo de las plazas.

“Hambre de realidad” fue uno de los primeros lemas del Barrio, al que acompañaron más tarde otros gritos de guerra como “no hay mayor entretenimiento que la realidad” o, recientemente, “Casa Alegría”, que subrayaba la vocación inspiradora por la que apuesta esta iniciativa. Este teatro siempre ha entendido su escenario como un lugar donde analizar el presente e imaginar otras realidades posibles, haciendo una suerte de periodismo escénico, utilizando como herramienta el lenguaje artístico y constituyéndose como una vía alternativa y honesta frente a los espacios mediáticos sometidos a controles y manipulaciones del poder económico.

El Barrio se organizó como una cooperativa de socias, que hoy supera las 600 personas, y que se vertebra en comisiones de trabajo: existe un Consejo Rector que vela por los valores del proyecto, una Comisión de Comunidad que dinamiza la relación entre las socias, una Comisión de Programación que apoya a la Dirección Artística en la valoración de las propuestas teatrales, una Comisión Varufakis que mantiene a raya las cuentas, una Comisión de Universidad que ofrece contenidos y debates de libre acceso, y una Comisión de Actividades que brinda este escenario a vecinas que lo necesitan para expresar sus reivindicaciones. Además, existen Ana, Lucía, Raquel, la otra Ana, la otra Lucía y la otra Raquel, Marisa, Fran, Tony, Jacobo, Fernando y Paloma, una plantilla de personas empleadas que desarrolla las funciones profesionales que requiere el día a día del proyecto.

Humanismo, conciencia de clase y nuevas sensibilidades

Así, desde el minuto uno la programación artística del Barrio la definieron líneas fuerza como el humanismo, la memoria, la conciencia de clase y el cuestionamiento de un sistema que privilegia a las élites, lo que lo ha llevado a criticar la herencia de estructuras franquistas, la frustración que ha traído consigo la cultura del pelotazo y las distintas discriminaciones que nos afectan socialmente. Y con el paso de los años, ha ido convirtiéndose en un lugar pionero en detectar nuevas sensibilidades y servir de puente directo con ellas, al incorporarlas también a la programación y actividades. Hablamos, claro, de la fortísima y ya irreversible ola feminista, el amor libre, el anticolonialismo, antirracismo o el ecologismo. Han liderado la tarea, como Directoras Artísticas del teatro, Alberto San Juan en sus primeras temporadas y Ana Belén Santiago en las más recientes.

En este marco temático han pasado por aquí nombres como José Sacristán, Nuria Espert, Juan Margallo, Sergi López, Sanchis Sinisterra, Aitana Sánchez Gijón, Natalie Pinot, Andrés Lima, Will Keen, Juan Mayorga, Juan Cavestany, Luis Bermejo, Pilar Gómez, Leo Bassi, Pablo Remón, Pepe Viyuela, Manolo Solo, Fernanda Orazi, Gabriela Weiner, Malena Alterio, Silvia Albert Sopale, Cristina Medina, Los Torreznos, Bob Pop, Teatro en Vilo, Pamela Palenciano, Carla Chillida, la Extraña Compañía, la Compañía Chévere, José Troncoso, Silbatriz Pons, Las Niñas de Cádiz o Eva Redondo, entre un larguísimo etcétera.

La fiesta

La risa, la fiesta y la verbena que son propias de la vida vecinal están también en el ADN del Barrio, y por eso la comedia, la música, los conciertos y las noches de baile han sido otra constante de esta cartelera, jaranas que también se han puesto en pie en la incombustible Taberna del Teatro del Barrio. Por aquí han hecho de las suyas cómicos como Ignatius Farray, Elsa Ruiz, Marina Lobo o Carlos Librado, y han transitado intérpretes sonoros como Santiago Auserón, La Shica, Bebe, Luis Pastor, Martirio, Muchachito Bombo Infierno, Volante de la Puebla, El Drogas o Javier Álvarez.

Producciones propias

Eso sí, el Teatro del Barrio no se ha limitado a ser un escenario de exhibición: también impulsa producciones propias, historias y voces que es preciso llevar a los escenarios, y que han girado por festivales y teatros nacionales e internacionales. Entre estos títulos destacan El pan y la sal, Mundo Obrero, Ruz – Bárcenas, El Rey -que se convirtió también en película-, Las guerras correctas, La sección, la trilogía Mujeres que se atreven -que incluye Emilia, por la que Pilar Gómez obtuvo el Premio Max a la Mejor Interpretación-, Feminismo para torpes, Los que hablan, No soy tu gitana, Cómo hemos llegado hasta aquí, Homenaje a Billy El Niño e Infiltrado en VOX, entre otras creaciones.

Experimentación

Otro rasgo definitorio es la experimentación. Se ha querido resignificar el destino que tiene un escenario poniéndolo bajo los pies de activistas o analistas del presente que poco o nada tenían que ver con el lenguaje escénico antes de enfrentarse a este patio de butacas, como Nerea Pérez de las Heras, Silvia Agüero o Moha Gerehou. También se han acuñado nuevos formatos basados en sentencias e interrogatorios judiciales o publicaciones periodísticas, como la versión musical de Revista Mongolia o los podcasts en vivo, que han ido desde No te metas en política y Carne Cruda a Maldito Bollodrama y Nadie hablará de nosotras. El Barrio, además, trabaja para erigirse como un teatro de repertorio, y así va a la contra de la hiperactividad de la industria teatral que, anclada en el criterio de novedad, apenas mantiene las obras en cartel unos días, sin darles tiempo a crecer. Y también quiere ser un laboratorio de creación, una voluntad asociada a la cual mantiene abierto un programa de residencias artísticas.

La cara más social

Discurriendo en paralelo a su proyecto artístico, el Teatro del Barrio refuerza su identidad callejera con un proyecto social que teje comunidad, manteniendo el espíritu de patio de vecinas y de acampada del 15 M, donde los vínculos se regían por los afectos, como mostró el documental Libre te quiero de Basilio Martín Patino.

Los dos ejemplos más importantes en este sentido son la Universidad del Barrio y Re@cción vecinal, dos actividades de entrada libre ideadas para ceder el escenario a voces no hegemónicas. En el marco de la Universidad, que sufrió un parón de un par de temporadas a raíz de la pandemia y se ha reconvertido en el proyecto Cultivando mentes críticas, se plantean debates sobre memoria, energía o economía de la mano de personas expertas; Emilio Silva, uno de los fundadores y presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, fue uno de sus impulsores embrionarios. En el marco de Re@cción vecinal, espacio para la denuncia y la acción comunitaria, se han acogido hitos de gran trascendencia como el acto a favor del Derecho a Decidir, la representación titiritera de La Bruja y Don Cristóbal a raíz de que esta obra le costara la detención a dos artistas o la visita de la Delegación Zapatista.

Además, el teatro ofrece talleres, desarrolla actividades con espectadoras como sesiones de escucha mensuales, ha creado un Grupo de Teatro Aficionado para Socias, un Club de Lectura y se mantiene abierto de par en par al vecindario como un espacio de encuentro y reunión lejos del consumo. Durante la pandemia se convirtió en despensa solidaria, cada temporada atiende recogidas de material escolar o clases de español a personas refugiadas, durante la ola de calor del pasado verano se ofreció como refugio climático y colabora de forma habitual con asociaciones y ONG como Caídos del cielo (Premio Max de carácter social 2022), Dragones de Lavapiés, Valiente Bangla, Plaza Solidaria, Da La Nota, Esta es una Plaza o Museo Situado. También es parte de MACOMAD, la Red de Teatros Alternativos o el Mercado Social de Madrid, entre otras cooperativas.

Y toda esta labor de agitación artística y cultural ha sido reconocida como Lo mejor de la cultura en el informe del Observatorio de la Cultura 2022, poniendo el énfasis en que se trata de gran teatro de solo 130 butacas.

Temporada 2023/2024

De vuelta de una pandemia que lo ha cambiado todo, Teatro del Barrio cumple sus primeros diez años con el trumpismo instalándose en las instituciones españolas tras correr como la pólvora por Europa y América, amenazando las conquistas sociales más recientes y poniendo a prueba nuestro futuro, esperanza y capacidad de resistencia. Por eso, para la temporada 2023/2024 el Barrio no quiere solo celebrar su primera década de vida, sino también mantenerse más que nunca a pie de calle, y en su programación y actividades, absorber las reivindicaciones de la gente y motivarla a recuperar la consciencia y confianza en el poder que tiene.

Por eso ha elegido A las calles como lema de una temporada que, con más carrerilla que nunca, será feminista, antirracista, intergeneracional, ecologista, abierta y anti privilegios. Nos vemos en las calles para no vernos en la calle. Es una apuesta por recuperar el espacio público como concepto político, la voz que hay en bares, parques y aceras lejos de retóricas mediáticas. Se quiere ganar terreno para las preocupaciones reales y fomentar la conversación y la vida en común.

Un tiempo efervescente en el que contar historias, mover, remover, acuerpar, celebrar, cantar, bailar, gritar y cuidar. En el que este teatro cambiará sus butacas, su imagen y su decoración por otra inspirada en el paisaje urbano. El Teatro del Barrio quiere que los años que vengan sean ya otra historia.

Feminismos

Que la conciencia feminista es ya irreversible lo demuestra cómo se ha instalado en nuestra mentalidad y narrativa, y cómo se detecta la gravedad de los discursos que niegan la violencia machista o la discriminación de género. Por eso, esta temporada se escenificarán en el Teatro del Barrio varios títulos que nacen de este discurso. Arrancamiento es el nuevo título de Pamela Palenciano y denuncia la violencia institucional que sufren las madres que denuncian abuso sexual contra sus criaturas; estará toda la temporada, de la misma manera que otro clásico de esta casa, No solo duelen los golpes. Vuelve Freak, de Anna Jordan y Paula Amor con dos mujeres comparten las presiones que sufren en su vida sexual; será el 10 y 24 de septiembre, 1 y 29 de octubre. Malas , del colectivo Cómo me pone la lavadora es teatro comunitario donde mujeres cuentan sus propias historias; estará toda la temporada. En Trilogía de Naxos I. Drama en tres lamentos y un par de actos, Brigitte Vasallo recupera la historia borrada de personas que no tuvieron espacio para una memoria propia; del 5 al 8 de octubre. En Concrette Matter, de Los detectives, espectáculo apoyado por el Instituto de Las Mujeres, se analizan los vínculos y referentes de madres e hijas; será el 13 y 14 de octubre. Vuelven Las niñas de Cádiz con El viento es salvaje, Premio Max 2020, una versión libérrima e hilarante de “Fedra” y «Medea»; el 12 y 13 de enero.

Capitalismo mata

Cómo hemos llegado hasta aquí es una producción del propio teatro con Nerea Pérez de las Heras y Olga Iglesias, que muestra la de mentiras que le contaron a la generación hija del pelotazo. Estará toda la temporada. Autorretrato de un joven capitalista español, de Alberto San Juan, fue uno de los primeros espectáculos que abrieron el Teatro del Barrio. Vuelve del 13 al 21 de diciembre. Cabezas de cartel es un fenómeno teatral de Perigallo Teatro que reflejará cómo todas queremos ser importantes, del 20 de sepiembre al 1 de octubre. Calma! de Guillem Albá, humor gestual que nos pregunta por qué vamos tan deprisa, el 15 y 16 de diciembre. En Inestable , de Sutottos, se cuentan paranoias, fobias, obsesiones y ansiedades de noviembre y diciembre. Contra Ana es una autoficción que retrata la anorexia, del 5 al 26 de noviembre. Todas ellas abordan las consecuencias cotidianas de un sistema no compatible con la vida.

Antirracismo

El Teatro del Barrio está convencido de que no basta con no ser racista: hay que ser activamente antirracista. Combatir los clichés, trabajar por la igualdad más allá de la integración, cuidar la multitud de lenguajes e identidades y celebrar la diversidad de nuestras calles. Por eso estará en cartel toda la temporada las producciones propias No soy tu gitana, de Silvia Agüero y Nüll García, que nos demuestra que casi todo lo que te contaron de las mujeres gitanas es mentira. Una producción del Teatro del Barrio, e Infiltrado en Vox, con Moha Gerehou, un acto antirracista a propósito del nuevo trumpismo. Una producción del Teatro del Barrio que se mantendrá toda la temporada en cartel. Paraíso blanco, de Sergio López (Teatro del Percutor) es teatro de objetos sobre la primera persona refugiada, y se podrá ver el 22 de diciembre.

Inspiraciones

Todos los espectáculos de esta temporada en el Teatro del Barrio seguirán estimulando el pensamiento. Pero algunos resultarán, en este sentido, más específicos e inspiradores. Como Leyenda del espacio , de José Juan Rodríguez, donde un intérprete de cabecera de Pablo Messiez piensa su estar en el mundo desde un escenario. Lo veremos del 13 al 17 de septiembre. Por supuesto seguirán en cartelera Los Torreznos, el terror de los intelectuales, durante toda la temporada. El fragor, de Massimiliano Casu, es un original espectáculo de conjuros sonoros, que se mantendrá en cartel el 20 y 21 de octubre. Castroponce, de Pablo Rosal, presenta humor a lo Berlanga contra el caciquismo, del 7 de octubre al 4 de noviembre. Muchos años después, sigue Encerrona, de Pepe Viyuela, carcajadas para celebrar nuestro lado frágil. En cartel toda la temporada. En Taranto Aleatorio, de María del Mar Suárez (La Chachi), habrá folclore, parodia y flamenco, el 15 y 16 de noviembre.

Amores y placeres

A celebrar los amores a otras personas y una misma vendrán Las Mortero de Estigma Teatro, una verbena de la diversidad, el 16 y 17 de septiembre. Parné, con Gloria Ribera, es un canto cupletero a la psicalipsis contemporánea; la podremos ver el 27 y 28 de octubre. Y del 13 al 15 de diciembre, Lo normal , de Menudas pájaras, donde una sexóloga payasa nos anima a follar como queramos. En Próximo, Claudio Tolcachir, se pregunta si es tiempo de vínculos en la distancia, y podremos verlo del 5 al 26 de noviembre. Pitu Aparicio, con La Bollera Perfecta 2.0 abordará el placer como arma política.

Sátira

El humor es fundamental para el Teatro del Barrio, por eso nos esperan risas con Mongolity , la Revista Mongolia en formato escénico, que se mantendrá combatiente toda la temporada. La política es un espectáculo de Patricia Benedicto contra lo autoritario, justo lo que necesitamos; del 4 al 25 de octubre. En El Gulag, cada noche, cuatro monologuistas se ríen del sistema. Vuelve Ignatius Farray con su show inclasificable.

Memoria

Fue un gran éxito en taquilla la pasada temporada y vuelve en esta ocasión: La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco , de Max Aub con dirección de Laura Ortega, cuenta la historia de un camarero mexicano que busca a Franco para matarlo; lo veremos del 17 al 19 de noviembre. El enterrador , de Gerard Vázquez, es el aliado final de los fusilados; del 22 al 16 de noviembre. El loco de la vía , de Salvador Amor, es un concierto teatral de Rafael Amor, y podremos disfrutarlo el 28 de octubre.

Todas las familias

Vuelven los espectáculos para todas las familias que ya son marca de Teatro del Barrio: Aúpa Leré , de Cia. Percumento, diversión para futuros percusionistas. Y Piccolino en la ciudad , de Canti Vaganti, con la célebre oruga verde conquistando la ciudad.

Toda la temporada.

Fiesta

Guillem Albá, el rockstar de los clowns, cierra su gira de Marabunta en el Teatro del Barrio el 29 de diciembre. Seguirá habiendo Noche de swing, de baile, Fiesta en casa, conciertos y pinchadas. Porque el Teatro del Barrio es muy de Emma Goldman: «si no puedo bailar, no es mi revolución».


Teatro del Barrio /