El actual sistema de implantación de la energía eólica en Galicia es incompatible con la protección de los ecosistemas de montaña
- La Asociación de Defensa Ambiental Salvemos Cabana apuesta por proteger el «tesoro natural» de estos entornos frente al impacto negativo de los aerogeneradores de última generación, que habitualmente sobrepasan los 200 metros de altura y causan un «impacto irreparable» en el paisaje y un perjuicio evidente para las especies.
En este sentido, el colectivo ha respaldado el lema promovido por Naciones Unidas para la celebración en 2023 del Día Internacional de las Montañas centrado en la «restauración de los ecosistemas» en una actuación que pretende sensibilizar sobre la importancia de la preservación de estas áreas y su protección frente a las amenazas externas.
La entidad ambiental recuerda que «resulta fundamental preservar estos majestuosos entornos» que «determinan la vida de las poblaciones» y «ofrecen numerosos servicios ecosistémicos», además de ser un refugio para la biodiversidad para la flora y la fauna.
Por estos motivos, la asociación considera que «si bien la instalación de parques eólicos en el actual contexto puede ser considerada como una de las opciones del mix energético para la descarbonización resulta inaceptable que en aras del mayor beneficio para las empresas del oligopolio se esté comprometiendo la integridad» de estos entornos naturales.
Porque para Salvemos Cabana «el hecho constatable es que la integración paisajística de cadenas de aerogeneradores de última generación que superan ampliamente los 200 metros de altura en punto de pala es sencillamente imposible, a lo que hay que añadir el resto de infraestructuras energéticas (tendidos eléctricos, subestaciones), que contribuyen a llenar el territorio de cicatrices imposibles de ocultar».
El colectivo ambiental recuerda además que «la implantación de los parques eólicos en Galicia está siendo desordenada y sumamente desequilibrada» y conceptos como el de la utilización de las «mejores técnicas disponibles» o de «respeto a las cautelas ambientales» se han convertido en muchos casos en justamente lo contrario por el «deficiente o nulo control ambiental» de la Xunta que provoca una «injusticia continuada para las comunidades». «Y frente a esta realidad -critican- está el cinismo cómplice de la patronal y quienes de manera comprensible o incomprensible la defienden» que ahora dicen que la actuación eólica «es la única donde todo vuelve a su estado primitivo». Sin embargo, para Salvemos Cabana, «no hay más que ver lo que ha pasado en la Serra do Gontón, en Cabana de Bergantiños o en los montes de Amil (Pontevedra), donde parte de sus cumbres han sido voladas por los aires con explosivos para la implantación de aerogeneradores y elementos de gran valor ambiental y patrimonial como el Penedo do Castelo o el monte Acibal se han visto arrasados sin posibilidad de restitución».
«Y esto no lo dicen solo las distintas asociaciones, plataformas y entidades que están luchando por preservar lo que aún queda, sino que el propio Consello da Cultura Galega ha alertado de que la manera en el que se está desarrollando la energía eólica en Galicia está resultando negativa para ámbitos de la sociedad como el cultural, el económico, el medioambiental y el patrimonial«, insiste el colectivo.
Salvemos Cabana explica que el documento emitido por este organismo consultivo de la Administración «no deja lugar a dudas» y señala textualmente que la instalación de los parques eólicos está rompiendo «con la imagen del paisaje tradicional y con la memoria colectiva de sus habitantes«. Por ello, frente a eso, «las afirmaciones de la patronal eólica son nada».
Finalmente, pide al Gobierno de la Xunta y a su presidente Alfonso Rueda que reflexionen sobre «el callejón sin salida» al que están conduciendo al territorio y sus habitantes y pongan remedio «antes de que la situación sea irreversible ampliando el área de la Red Natura como reiteradamente ha exigido Europa, ejerciendo el control debido sobre las empresas pero sobre todo «escuchando a las comunidades afectadas», que son «las que realmente están sufriendo las consecuencias» de la «desmesurada fiebre» por beneficiar las cuentas de resultados de las grandes energéticas «para que quizás en un futuro los beneficiadores pasen a ser beneficiarios y entren a formar parte de sus consejos de Administración, como por desgracia ya ha sucedido en demasiados casos», concluye la entidad.