La rebelión de Israel ante el orden internacional
- Pese a la orden de un alto al fuego tomada por el Consejo de Seguridad, Israel continúa la masacre en Gaza. Palestina reclama el uso de fuerzas transnacionales para garantizar la paz.
Las tropas israelíes continuaron su ofensiva en la Franja de Gaza, pese a que Naciones Unidas aprobó una resolución en la que se demanda un alto al fuego inmediato en el territorio.
Si bien Israel ha desoído decenas de resoluciones aprobadas por la amplias mayorías en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la decisión de el lunes fue tomada por el Consejo de Seguridad, órgano con atribuciones suficientes como para ordenar una intervención armada a fin de garantizar “la paz y la seguridad internacional”.
En ese sentido, el representante palestino ante la ONU, Riyad Mansour, destacó el carácter de la medida. “Las resoluciones del Consejo de Seguridad son vinculantes y si Israel no va a aplicarlas, entonces es deber del Consejo de Seguridad utilizar el Capítulo VII para tomar medidas para hacer que se cumplan”, es decir, autorizar el uso de la fuerza.
Algo que no parece importarle a Tel Aviv, dado que al menos 18 palestinos murieron a causa de un bombardeo ejecutado por el Ejército de Israel contra un edificio residencial en la ciudad de Rafah el martes.
Desde la ciudad palestina del sur de Gaza, el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), James Elder, declaró que habría «un número de dos dígitos de niños muertos durante la noche (…) sólo horas después de que se aprobara la resolución».
Capítulo VII
Elsecretario general de la ONU, António Guterres, celebró la resolución e instó a que se implemente de forma inmediata. “El Consejo de Seguridad acaba de aprobar una resolución largamente esperada sobre Gaza, exigiendo un alto el fuego inmediato y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes. Esta resolución debe implementarse. El fracaso sería imperdonable”, dijo.
La manifestación de Guterres obedece a que resoluciones de este tipo son consideradas vinculantes para todos los Estados miembros de las Naciones Unidas y, por lo tanto, Israel entró en desacato al desobedecer la orden del Consejo de Seguridad, lo cual sienta un precedente político de relevancia.
Sin embargo, la ResoluciónS/RES/2728(2024)no expresa ninguna represalia en caso de incumplimiento, por lo cual no se deben esperar consecuencias fácticas o medidas coercitivas contra Israel.
Más allá de eso, la medida consensuada el pasado lunes, podría ser el primer paso hacia una condena mayor, dado que el texto expresa en su tercer punto que el Consejo de Seguridad “decide seguir ocupándose activamente del asunto”.
En caso de que el Consejo defina aumentar la presión contra Israel, en suartículo41, la Carta Orgánica de la ONU estipula que podrá decidir “medidas que no impliquen el uso de la fuerza armada” e “instar a los miembros de las Naciones Unidas a que apliquen dichas medidas”. Las que van desde la interrupción total o parcial de las relaciones económicas y diplomáticas, hasta bloqueos marítimos, de comunicaciones, radioeléctricas o aéreas, entre otras.
A su vez, el artículo 42 señala que el Consejo de Seguridad “podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.
De momento, la resolución se limita a “exigir” el alto el fuego durante el mes de Ramadán, que comenzó el 11 de marzo: exige la devolución de 130 rehenes secuestrados en Israel y retenidos en Gaza, y “enfatiza la necesidad urgente” de permitir que la ayuda humanitaria llegue a la población hambrienta del territorio palestino asediado.
Estados Unidos, el jugador clave
A seis meses de iniciada la agresión de Israel, la del lunes no fue la primera resolución discutida por el Consejo de Seguridad ante el genocidio en proceso en la Franja de Gaza.
Estados Unidos (EE.UU.) había frenado cualquier iniciativa de este tipo y desde el inicio de la agresión israelí vetó tres proyectos de alto al fuego, bajo el argumento de que cualquier tregua impuesta daría “oxígeno a Hamás” y entorpecería las conversaciones patrocinadas por Egipto y Qatar.
Por su parte, China y Rusiavetaronla propuesta de alto el fuego presentada por Washington al Consejo, el viernes pasado, por considerar insuficiente el grado de exigencia sostenida por el texto. En octubre, otra resolución presentada por Washington también había sido vetada, ya que ni siquiera planteaba la posibilidad de un cese de las hostilidades.
Estos antecedentes llevaron a que la decisión estadounidense de abstenerse y habilitar la aprobación del texto debatido el lunes, fuera inesperado tanto para Israel, como para la comunidad internacional.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, intentó restarle importancia a la posición sostenida y explicó tras la votación que su país apoyaba plenamente “algunos de los objetivos críticos de esta resolución no vinculante”, subrayando lo último en referencia a que no se inscribe en el Capítulo VII.
Pero el hecho no pasó desapercibido para el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien dijoque la abstención «constituye una clara desviación de la posición constante de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad desde el comienzo de la guerra» y canceló la visita programada de una delegación israelí a Washington, DC. El grupo tenía como objetivo discutir formas de evitar un ataque israelí a la populosa ciudad de Rafah, en el sur de Gaza.
No obstante, la abstención estadounidense expresa un hito más en el paulatino cambio de actitud de la Casa Blanca de Joe Biden, con crecientes críticas al Gobierno de Netanyahu.
El giro de Washington tiene como contexto las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre y una cada vez mayor condena de la sociedad estadounidense a la masacre llevada adelante por Israel: según laencuestadora estadounidense Gallup, el apoyo al Estado israelí en jóvenes de entre 18 y 34 años de edad descendió del 64 por cientoal 38 por ciento desde el inicio de los ataques a Gazay la curva es cada vez más pronunciada.
De hecho, el propio Donald Trump hizo un llamado el pasado lunes para que Israel termine con su ofensiva en Gaza. “Debemos alcanzar la paz. No pueden seguir con esto, y diré que Israel debe ser muy cuidadoso porque están perdiendo a una buena parte del mundo. Están perdiendo un montón de apoyo”, manifestó el candidato presidencial por el Partido Republicano en unaentrevistacon un diario israelí.
De momento, los funcionarios estadounidenses han descartado poner condiciones a la ayuda a Israel, reafirmando su compromiso con la seguridad de ese país.
Mientras tanto, la matanza en la Franja de Gaza no se detiene.Hasta este miércoles, al menos 32.490 palestinas y palestinos fueron asesinados por ataques militares israelíes según las autoridades sanitarias, que a la vez señalan que el 72 por ciento de las víctimas fatales son mujeres o niños.
A esto se suma que existen condiciones de hambruna por las cuales el 31 por ciento de los niños menores de 2 años de edad sufren desnutrición aguda, el agua potable escasea, los servicios sanitarios se encuentran colapsados y la totalidad de la población ha sido desplazada de sus hogares.