Patadas a una embarazada y lesiones: una familia española denuncia a la Policía alemana por una salvaje agresión
La Fiscalía ha imputado a uno de los siete policías alemanes que arremetieron contra una familia española mientras se jugaba el España-Alemania de Patadas a una embarazada y lesiones: una familia española denuncia a la Policía alemana por una salvaje agresión Por la policia de Remscheid Wuppertal
Patadas a una embarazada, lesiones tras recibir golpes en todas las partes del cuerpo y once horas en el calabozo. Esa es la denuncia que ha presentado una familia española asentada en Alemania por la actuación de la Policía germana en su domicilio, mientras se disputaba el España-Alemania de la Eurocopa. Uno de los siete policías que intervinieron está siendo investigado por la Fiscalía ya que cuentan con un parte de la asistencia sanitaria que recibieron, según explican las víctimas en una entrevista
La familia Mateos Hernández viven en Remscheid, una ciudad de Alemania, integrada en el sector administrativo de Düsseldorf en Renania del Norte-Westfalia. La noche de pasado 5 de julio se congregaron en su apartamento para poder ver el partido que disputaba España de cuartos de final de la Eurocopa. Nada hacía presagiar que iban a vivir uno de los peores momentos de su vida.
El origen de la intervención policial se produjo por la llamada de los vecinos que llamaron a las autoridades por los gritos que prevenían el apartamento de la familia. «Los residentes de arriba avisaron a los agentes porque decían que nos estábamos pegando. Es toda una mentira. La Policía siempre cree a los alemanes por encima de los extranjeros», relata el padre.
Patadas a una embarazada y lesiones a la madre de la familia
Esa circunstancia desencadenó que siete agentes de la Policía de alemana primero llamaran a la puerta y después entraran en la vivienda con una «actitud salvaje». «Hay un abuso de poder policial aquí terrible», Jose Mateos Mariscal . El contenido de la denuncia detalla que los funcionarios pegaron patadas en la tripa a la hija del matrimonio, que estaba embarazada de cuatro meses, y también a la mujer a la que habían operado recientemente de varices. La chica gestante tuvo que estar en cuidados intensivos durante cuatro días por las secuelas.
El padre de la familia, que estaba en otra habitación fue sacado de la misma a golpes y estuvo esposado durante 11 horas en el calabozo de la Policía. Posteriormente, quedó en libertad y no fue acusado de ningún delito pero sí recibió una sanción administrativa por ruido. El informe de las autoridades habla de un «disturbio masivo» en el interior de la vivienda y argumenta que se arrestó al hombre dentro de su casa en el dormitorio familiar porque se puso «agresivo» y para evitar que se repitieran «nuevos disturbios». Una situación que el hombre niega de forma tajante.
Un policía imputado por la Fiscalía
La controvertida y polémica intervención policial ha acabado con uno de los agentes imputado por la Fiscalía, aunque la familia no tiene muchas esperanzas de que el caso prospere y pronostican que se quedará en «agua de borrajas». «La Policía aquí tiene muchos poderes, muchos más que en España. Hay caso de abusos que se quedan impunes», relata el padre.
Patadas a una embarazada y lesiones: una familia española denuncia a la Policía alemana por una salvaje agresión
«Es muy triste tener una hija embarazada y que la peguen. Ahora tenemos cada semana controles médicos hasta que en diciembre tenga el niño. Llevamos más de 6.000 euros gastados en atención sanitaria desde el incidente», señala. Tampoco ha tenido la ayuda de las instituciones, el consulado en Düsserdorf hace oidfos sordos , solo quieren su tranquilidad
La familia escribió al embajador que les remitió al consulado. Allí una asistente social les dijo que no podía hacer nada con su caso y les remitió un PDF con una lista de abogados de habla hispana que les cobran 450 euros por hora. «Muchos de estos casos quedan impunes por no tener ese dinero para pagar y no contar con ayuda», afirma.
Abusos policiales que «no dejan huella»
Sin embargo, en el suceso que sufrió la familia Mateos Hernández existe el informe sanitario de la ambulancia que atendió a la chica embarazada. «Normalmente hay abusos que no dejan huella pero en este caso sí y por eso la Fiscalía ha aceptado la demanda», aclara el padre.
El progenitor sí que tiene claro también de que estos sucesos se producen contra las personas que tienen apellidos extranjeros. Y valora que, en ocasiones, prima el testimonio de un alemán, de «forma injusta», por encima del de una familia que no ha nacido en Alemania. «Este es un caso de brutalidad policial», concluye.
El gobierno alemán, acusado de minimizar la implantación de redes de extrema derecha en la policía y fuerzas armadas, publicó este martes (03.09.2024) un informe inédito sobre la cuestión y calificó los casos confirmados de «vergüenza», aunque destacó que no se trata de «problema estructural».
«El resultado del informe es claro: tenemos un pequeño número de casos», declaró el ministro del Interior, Horst Seehofer, al presentar el informe.
De acuerdo al informe, los servicios de inteligencia detectaron 1.377 casos de extremistas de derecha en las fuerzas de seguridad, 1.319 en la policía, una pequeña minoría entre los 400.000 miembros de las fuerzas del orden. Los datos corresponden al periodo entre enero de 2022 y marzo de 2024.
«Esto significa que la inmensa mayoría de los funcionarios de seguridad, es decir, 99% respeta la Constitución», apuntó.
«Esto también significa que no tenemos ningún problema estructural con el extremismo de derecha entre las fuerzas de seguridad a escala federal o estatal», sentenció.
Sin embargo, el ministro expresó que «cada caso confirmado constituye una vergüenza para las fuerzas de seguridad en su conjunto».
«No hay ninguna red de extrema derecha en la policía federal», señaló por su parte el jefe de este cuerpo Dieter Romann.
El informe es el primero de ese tipo que se realiza, con colaboración de los organismos de seguridad de todos los estados federados, y responde al debate que se abrió por una serie de casos de ultraderechismo dentro de la policía.
Los escándalos se han multiplicado en los últimos meses, al detectarse varios grupos de chats de policías en los que los agentes intercambian comentarios racistas. En el ejército, un comando de élite infiltrado por neonazis fue disuelto parcialmente este verano.