Maíllo señala que el mensaje de Felipe de Borbón “le muestra cada vez más político y menos institucional, pero incapaz de hablar de vivienda, violencia machista, crisis climática o Palestina”
- El coordinador federal de Izquierda Unida destaca que las palabras navideñas del jefe del Estado “muestran el enfoque de parte que viene realizando hace tiempo” y apunta que “nos parece que estamos ante una institución que ha decidido atravesar de manera oblicua sus competencias para alinearse con la parte más conservadora de la sociedad y bordear permanentemente el límite de sus atribuciones constitucionales”
El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, considera que el tradicional mensaje anual del jefe del Estado “no aporta ninguna novedad” al debate político en nuestros país que algunos se han empeñado en llevar al límite desde el comienzo de legislatura. Maíllo ve que las palabras de Felipe de Borbón “muestran el enfoque de parte que viene realizando hace tiempo, alejado de cualquier ecuanimidad en los asuntos más relevantes de nuestro país y que más afectan a la gente”.
El máximo responsable de IU advierte de que estamos ante “un jefe de Estado cada vez más político y menos institucional”, pero notablemente “incapaz de empatizar y mucho menos tratar de ahondar en las causas de problemas importantes como la crisis de la vivienda, donde elude ni una mínima referencia a la rapiña, a la especulación o a que estamos ante un derecho inalienable a la dignidad humana, reconocido hasta por esa misma Constitución a la que tanto recurre para otros temas”.
“Nos parece -asegura- que estamos ante una institución que ha decidido atravesar de manera oblicua sus competencias para alinearse con la parte más conservadora de la sociedad y bordear permanentemente el límite de sus atribuciones constitucionales”.
Antonio Maíllo lamenta también que “entre los grandes ausentes” del mensaje del jefe del Estado “estén también temas como la violencia machista, el genocidio en Palestina o el cambio climático”.
De ahí que desde Izquierda Unida se constate con tristeza que al referirse a cuestiones como la Dana “Felipe de Borbón deje a un lado cualquier observación sobre su origen y alcance en los constatados fallos de prevención o en la misma crisis climática, y prefiera encaramarse en el cómodo pedestal de observador privilegiado y paternalista”.